Lo más destacado del segundo día del ACR 2015: La reunión anual del ACR continúa a todo vapor en San Francisco
Nuestro equipo todavía está aquí en el sitio en el ACR 2015 y continuamos absorbiendo información nueva e intrigante derivada de las últimas investigaciones sobre la artritis y otras enfermedades reumáticas. A continuación, se encuentran los aspectos más destacados de lo que escuchamos durante el transcurso del 2.º día.
Se brindaron varias presentaciones sobre tratamientos para la OA de rodilla. Primero, hubo buenas noticias para las personas con OA que reciben inyecciones de corticoesteroide en la rodilla, ya que un estudio, presentado por el Dr. Tim McAlindon del Centro Médico de la Universidad Tufts, se descubrió que recibir inyecciones cada tres meses durante dos años no aumentó significativamente el daño estructural del cartílago como se temía anteriormente. La condroitina recibió el visto bueno gracias a un estudio canadiense dirigido por el Dr. Jean-Pierre Pelletier de la Universidad de Montreal. Su estudio encontró que el sulfato de condroitina era tan bueno como el celecoxib (Celebrex) para controlar el dolor. Pero, además, la condroitina pareció retardar la progresión del daño del cartílago en algunas dosis durante el período de estudio de dos años. Incluso si el beneficio fuera pequeño, podría significar un retraso en la cirugía de rodilla en el futuro, afirmó el Dr. Pelletier. Otro estudio, también de Tufts, encontró que el taichí ayudó con el dolor y el funcionamiento en la OA de rodilla tanto como la fisioterapia. Pero el taichí, debido a que es una práctica de mente/cuerpo, también ayudó a mejorar la depresión, que es un gran problema que padecen las personas con diferentes tipos de artritis. Y un pequeño estudio de Brasil de 98 pacientes con OA encontró que las inyecciones de ozono una vez a la semana en la rodilla durante ocho semanas parecen ayudar con el dolor y la función articular en comparación con el placebo, pero se necesitan estudios más amplios para respaldar esto.
Además, un par de nuevos estudios abordaron el tema de cambiar o suspender un medicamento biológico. Una de las preguntas más importantes es qué hacer si un inhibidor biológico del FNT no funciona en una persona con AR. En este caso, se recomienda cambiar a otro inhibidor del FNT (como se ha sugerido tradicionalmente) o a un medicamento biológico con un modo diferente. Un importante estudio realizado en Francia y dirigido por Jacques-Eric Gottenberg encontró que a más pacientes les fue mejor con un medicamento biológico que no inhibe el FNT que con un segundo inhibidor del FNT. "Hubo una clara superioridad en todo momento", señaló el Dr. Gottenberg. Un estudio no relacionado encontró que los pacientes que están estables con su medicamento biológico actual, pero lo cambian o lo interrumpen por razones no médicas, generalmente económicas o relacionadas con el seguro, obtienen peores resultados que aquellos que se apegan a su régimen. Los que cambiaron de medicamento y los que lo abandonaron tuvieron peores respuestas que los que no lo hicieron; tenían menos probabilidades de tener la enfermedad bien controlada y usaban más recursos de atención médica, explicó el autor principal del estudio, el Dr. Douglas Wolf.
Otra presentación analizó los factores de riesgo modificables y no modificables: se cree que los genes representan entre un 50 y un 60% estimado del riesgo de artritis reumatoide (AR), y el resto se atribuye a las exposiciones ambientales. Varios estudios presentados analizaron el consumo de sal, el tabaquismo, el IMC, la dieta, el consumo de alcohol y otros hábitos de estilo de vida en los años anteriores a que las personas desarrollaran AR. Los resultados fueron fascinantes. Ninguno es totalmente concluyente, pero tomados en conjunto, con resultados previos, señalan que el estilo de vida es importante. Un estudio sueco descubrió que las mujeres que fumaban mucho y consumían gran cantidad de sodio presentaban un mayor riesgo de tener anti-CCP (péptido anticíclico citrulinado), un anticuerpo y biomarcador temprano para la artritis inflamatoria, incluida la AR. Los estudios realizados en el pasado han encontrado que las personas pueden dar positivo de anti-CCP hasta 15 años antes de que aparezcan los síntomas. En un estudio del Reino Unido, se buscó factores de estilo de vida y biomarcadores que aumentaran el riesgo de AR en familiares de primer grado de personas con AR. El simple hecho de tener un familiar de primer grado con AR duplica el riesgo de AR de una persona, pero otros factores inclinan las probabilidades. Aquellos que consumían mucho alcohol tenían más probabilidades de tener factor reumatoide positivo (FR) y aquellos con sobrepeso tenían más probabilidades de tener un nivel elevado de proteína C reactiva (un indicador de la inflamación). En un tercer estudio, se encontró que las mujeres con anti-CCP positivo y sobrepeso (IMC de 25 o más) mostraron un mayor riesgo de AR pero también un tiempo más corto para el inicio de la enfermedad en comparación con los controles.
Y finalmente, otro gran debate hoy. Este se centró en la prescripción de opioides. Los opioides son una herramienta que se puede usar bien o de manera peligrosa, indicó el Dr. John Markman del Centro Médico de la Universidad de Rochester. Pero, indica el Dr. Daniel Clauw, de la Universidad de Michigan, si bien los opioides funcionan bastante bien para el dolor agudo que no necesariamente se traduce en dolor crónico, se deben usar otros tratamientos. En cuestión: si los beneficios del medicamento superan los riesgos.
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