Atleta superdotada no deja que la artritis la detenga y se convierte en campeona de lanzamiento de martillo
Cuando la vida te da limones, haz limonada.
Erika Mitchell nunca pensó que tendría que hacer limonada. Como estrella del atletismo en el colegio secundario, fue reclutada por la Alabama State University para competir en el heptatlón, una competencia de atletismo que incluye numerosas pruebas de carrera, salto y lanzamiento.
"En el heptatlón no se domina una sola disciplina, como Usain Bolt", explica Erika. "Se trata más bien de ser bueno en varias pruebas diferentes, como las vallas, el salto de altura, las carreras de larga y corta distancia, y el lanzamiento de peso y jabalina. Se trata de ser un buen atleta en general".
Erika se sumergió en el entrenamiento para el heptatlón, afinando sus habilidades y preparándose para la competencia. Luego llegaron los limones.
A principios de su primer año en Alabama State y tras una operación artroscópica, Erika empezó a sentir un dolor importante en el hombro derecho. "Sabía que algo no iba bien", afirma Erika. "Tenía mucho dolor. Volví al médico y le pregunté si estaba bien que sintiera tanto dolor.
Las pruebas revelaron que Erika tenía artritis glenohumeral en el hombro derecho, un tipo de artritis que provoca el deterioro de la articulación del hombro, lo que a menudo provoca el contacto hueso con hueso.
Erika estaba devastada. No podía lanzar la jabalina y apenas podía saltar o correr sin sentir dolor. Temía que su beca y su futuro estuvieran en peligro. Luego, hizo limonada de la situación.
La única prueba que podía hacer Erika sin sentir un dolor significativo era el lanzamiento de martillo. Entonces, cambió su régimen de entrenamiento para centrarse únicamente en esa prueba.
"Resulta que tenía un talento natural para el lanzamiento de martillo", cuenta ahora Erika. "En mi primer año fui clasificada en el segunda puesto en la Southwestern Athletic Conference. En la National Collegiate Athletic Association (NCAA), estaba entre los diez primeros".
Erika ya no practica atletismo, pero su pasión continúa. En la actualidad, trabaja como consultora de marketing y relaciones públicas para la National Football League Player's Association Metro Atlanta. En su tiempo libre, se entrena para su nueva pasión, la Spartan Race, una carrera de distancia y dificultad variables que incorpora obstáculos y retos físicos, y a menudo incluye desafíos en el barro y el agua, además de otras complicaciones.
"Participé en mi primera Spartan Race en marzo. No sabía muy bien qué esperar", cuenta Erika. "Pensé que, debido a mi artritis y a los años transcurridos, ya no podría competir. Pero estaba equivocada. Solo era cuestión de volver a hacerlo. No soy tan rápida como antes, pero aun así hice un buen trabajo".
Erika se ha incorporado recientemente al programa de defensores de la Fundación y tiene previsto trabajar con legisladores estatales y federales para mejorar el acceso a la atención de las personas que viven con artritis. También es la galardonada de la Jingle Bell Run 2016 de Atlanta y presenta un equipo llamado SportsUnlimited/NFLPA. Su objetivo es recaudar $5,000 para apoyar nuestra misión de conquistar y curar la artritis.
A pesar de todo, Erika se niega a conformarse con los limones. "No pensé que pudiera volver a competir. Pensé que era el fin de todo aquello por lo que había trabajado tanto", reflexiona Erika. "Sin embargo, la artritis no me detuvo. Cambió mi rumbo y me ayudó a darme cuenta de la oportunidad de sobresalir en otra cosa".
Obtenga más información sobre Erika y apoye a su equipo de la Jingle Bell Run hoy mismo.
Erika Mitchell nunca pensó que tendría que hacer limonada. Como estrella del atletismo en el colegio secundario, fue reclutada por la Alabama State University para competir en el heptatlón, una competencia de atletismo que incluye numerosas pruebas de carrera, salto y lanzamiento.
"En el heptatlón no se domina una sola disciplina, como Usain Bolt", explica Erika. "Se trata más bien de ser bueno en varias pruebas diferentes, como las vallas, el salto de altura, las carreras de larga y corta distancia, y el lanzamiento de peso y jabalina. Se trata de ser un buen atleta en general".
Erika se sumergió en el entrenamiento para el heptatlón, afinando sus habilidades y preparándose para la competencia. Luego llegaron los limones.
A principios de su primer año en Alabama State y tras una operación artroscópica, Erika empezó a sentir un dolor importante en el hombro derecho. "Sabía que algo no iba bien", afirma Erika. "Tenía mucho dolor. Volví al médico y le pregunté si estaba bien que sintiera tanto dolor.
Las pruebas revelaron que Erika tenía artritis glenohumeral en el hombro derecho, un tipo de artritis que provoca el deterioro de la articulación del hombro, lo que a menudo provoca el contacto hueso con hueso.
Erika estaba devastada. No podía lanzar la jabalina y apenas podía saltar o correr sin sentir dolor. Temía que su beca y su futuro estuvieran en peligro. Luego, hizo limonada de la situación.
La única prueba que podía hacer Erika sin sentir un dolor significativo era el lanzamiento de martillo. Entonces, cambió su régimen de entrenamiento para centrarse únicamente en esa prueba.
"Resulta que tenía un talento natural para el lanzamiento de martillo", cuenta ahora Erika. "En mi primer año fui clasificada en el segunda puesto en la Southwestern Athletic Conference. En la National Collegiate Athletic Association (NCAA), estaba entre los diez primeros".
Erika ya no practica atletismo, pero su pasión continúa. En la actualidad, trabaja como consultora de marketing y relaciones públicas para la National Football League Player's Association Metro Atlanta. En su tiempo libre, se entrena para su nueva pasión, la Spartan Race, una carrera de distancia y dificultad variables que incorpora obstáculos y retos físicos, y a menudo incluye desafíos en el barro y el agua, además de otras complicaciones.
"Participé en mi primera Spartan Race en marzo. No sabía muy bien qué esperar", cuenta Erika. "Pensé que, debido a mi artritis y a los años transcurridos, ya no podría competir. Pero estaba equivocada. Solo era cuestión de volver a hacerlo. No soy tan rápida como antes, pero aun así hice un buen trabajo".
Erika se ha incorporado recientemente al programa de defensores de la Fundación y tiene previsto trabajar con legisladores estatales y federales para mejorar el acceso a la atención de las personas que viven con artritis. También es la galardonada de la Jingle Bell Run 2016 de Atlanta y presenta un equipo llamado SportsUnlimited/NFLPA. Su objetivo es recaudar $5,000 para apoyar nuestra misión de conquistar y curar la artritis.
A pesar de todo, Erika se niega a conformarse con los limones. "No pensé que pudiera volver a competir. Pensé que era el fin de todo aquello por lo que había trabajado tanto", reflexiona Erika. "Sin embargo, la artritis no me detuvo. Cambió mi rumbo y me ayudó a darme cuenta de la oportunidad de sobresalir en otra cosa".
Obtenga más información sobre Erika y apoye a su equipo de la Jingle Bell Run hoy mismo.