Voces. ¿Qué aprendió acerca de pedir ayuda?
Todo el mundo necesita pedir ayuda de vez en cuando, pero cuando uno tiene una enfermedad crónica, pedir y aceptar ayuda puede ser especialmente complicado. Esto es lo que tres blogueras han aprendido.
http://rawarrior.com
"Pedir es dar"
Hasta que la artritis reumatoide (AR) me golpeó duramente en 2006, siempre fui yo quien brindaba ayuda, no la que pedía. Fue uno de los cambios más angustiosos que trajo la discapacidad.
A veces, temía tanto pedir ayuda que decidí prescindir de ella, lo cual está bien si se trata de una taza de té, pero no si es un frasco de medicina que realmente uno necesita abrir. Entonces comencé a pensar: si yo disfruto de ayudar, los demás también lo harán. Mi pedido de ayuda les da la oportunidad de tener la bendición de hacer una diferencia para alguien.
También aprendí que las personas, a menudo, se sorprenden cuando les pido. Puede que no se den cuenta de que las cosas son tan difíciles para mí. Tal vez quieran ayudar, pero no saben cómo.
Debido a que soy alta, de vez en cuando ayudo a un amigo, o a un extraño, a alcanzar algo que necesitan. Sí, todavía me brinda la misma alegría de siempre.
http://itsjustabadday.com
“Tuve que soltar el estigma”
Siempre he sido independiente con una familia increíblemente comprensiva. Después de la universidad, tuve un trabajo que requería viajar y viví durante un año en New York City. Pero, en 2012, mi artritis psoriásica empeoró mucho. No podía caminar, no podía conducir, así que tuve que volver a vivir con mi familia.
Al principio, me volvió loca; cuando tenía casi 30 años, pensé que no debería necesitar a mis padres y que debería estar más avanzada en la vida. Pero tuve que depender de ellos para todo. Por mucho que lo odiara, sabía que era exactamente donde tenía que estar.
Tuve que soltar el estigma de necesitar ayuda para poder salir adelante. ¡Aprendí que aceptar mi situación y, a veces, tener que pedir ayuda ha tenido efectos profundos en mi proceso de curación!
http://shawnacoronado.com
“Fue un trauma emocional”
Uno de los problemas más difíciles para mí relacionado con mi artrosis vertebral es pedir ayuda. Como escritora y experto en jardinería, solía cargar bolsas de tierra de 50 libras sobre mi hombro con facilidad, y de repente mi artrosis me obligó a encontrar otras soluciones. Pedir ayuda fue un trauma emocional; me gusta pensar que no necesito ayuda.
Comencé una práctica nueva y más saludable en la primavera, mi temporada de jardín más ocupada: publico en las redes sociales pidiendo ayuda con proyectos de jardín. Pago a algunos ayudantes y canjeo o intercambio servicios con otros.
También encontré herramientas que facilitan la jardinería, como mi soplete para malezas, que me permite quemar pequeñas malezas en mis caminos y entradas. Esto evita que tenga que agacharme y realmente hace una diferencia en mis niveles de dolor.
Obtenga las herramientas adecuadas y pida ayuda siempre que pueda, y esto aliviará su dolor.
Recursos relacionados:
Kelly O’Neill Young
http://rawarrior.com
"Pedir es dar"
Hasta que la artritis reumatoide (AR) me golpeó duramente en 2006, siempre fui yo quien brindaba ayuda, no la que pedía. Fue uno de los cambios más angustiosos que trajo la discapacidad.
A veces, temía tanto pedir ayuda que decidí prescindir de ella, lo cual está bien si se trata de una taza de té, pero no si es un frasco de medicina que realmente uno necesita abrir. Entonces comencé a pensar: si yo disfruto de ayudar, los demás también lo harán. Mi pedido de ayuda les da la oportunidad de tener la bendición de hacer una diferencia para alguien.
También aprendí que las personas, a menudo, se sorprenden cuando les pido. Puede que no se den cuenta de que las cosas son tan difíciles para mí. Tal vez quieran ayudar, pero no saben cómo.
Debido a que soy alta, de vez en cuando ayudo a un amigo, o a un extraño, a alcanzar algo que necesitan. Sí, todavía me brinda la misma alegría de siempre.
Julie Cerrone
http://itsjustabadday.com
“Tuve que soltar el estigma”
Siempre he sido independiente con una familia increíblemente comprensiva. Después de la universidad, tuve un trabajo que requería viajar y viví durante un año en New York City. Pero, en 2012, mi artritis psoriásica empeoró mucho. No podía caminar, no podía conducir, así que tuve que volver a vivir con mi familia.
Al principio, me volvió loca; cuando tenía casi 30 años, pensé que no debería necesitar a mis padres y que debería estar más avanzada en la vida. Pero tuve que depender de ellos para todo. Por mucho que lo odiara, sabía que era exactamente donde tenía que estar.
Tuve que soltar el estigma de necesitar ayuda para poder salir adelante. ¡Aprendí que aceptar mi situación y, a veces, tener que pedir ayuda ha tenido efectos profundos en mi proceso de curación!
Shawna Lee Coronado
http://shawnacoronado.com
“Fue un trauma emocional”
Uno de los problemas más difíciles para mí relacionado con mi artrosis vertebral es pedir ayuda. Como escritora y experto en jardinería, solía cargar bolsas de tierra de 50 libras sobre mi hombro con facilidad, y de repente mi artrosis me obligó a encontrar otras soluciones. Pedir ayuda fue un trauma emocional; me gusta pensar que no necesito ayuda.
Comencé una práctica nueva y más saludable en la primavera, mi temporada de jardín más ocupada: publico en las redes sociales pidiendo ayuda con proyectos de jardín. Pago a algunos ayudantes y canjeo o intercambio servicios con otros.
También encontré herramientas que facilitan la jardinería, como mi soplete para malezas, que me permite quemar pequeñas malezas en mis caminos y entradas. Esto evita que tenga que agacharme y realmente hace una diferencia en mis niveles de dolor.
Obtenga las herramientas adecuadas y pida ayuda siempre que pueda, y esto aliviará su dolor.
Recursos relacionados: