Elegir el NSAID correcto para tratar el dolor de la artrosis

Una clase de medicamentos llamados antiinflamatorios no esteroideos (NSAID) es fundamental para aliviar el dolor de la artrosis. Se consiguen en dosis con receta y de venta libre, y hay muchas opciones para elegir a la hora de tratar la artrosis. Obtenga más información sobre los NSAID y averigüe cuál es el mejor para usted.

Los NSAID tradicionales bloquean dos enzimas, la ciclooxigenasa-1 (COX-1) y la ciclooxigenasa-2 (COX-2), que producen prostaglandinas, sustancias que causan dolor e inflamación. Los NSAID originales se llaman salicilatos e incluyen la aspirina. Los salicilatos no acetilados no contienen aspirina y están diseñados para tener menos efectos colaterales. Los inhibidores selectivos de COX-2 se diseñaron para afectar menos el estómago, ya que solo bloquean las enzimas COX-2.

Los NSAID se venden como comprimidos, supositorios, líquidos y geles y parches de uso externo. También se consiguen en fórmulas de acción rápida y de acción prolongada. Puede tomar o aplicarse un NSAID una o varias veces al día. Según los investigadores, las formulaciones orales y tópicas son eficaces para el dolor, pero los NSAID tópicos o de uso externo pueden ser mejores para el dolor cerca de la superficie de la piel, como en las manos y en las rodillas. Los NSAID para administración oral pueden ser mejores para tratar el dolor que afecta todo el cuerpo o el dolor profundo.

Algunos NSAID, como el ibuprofeno estándar, deben tomarse cada cuatro o seis horas. Otros, como el naproxeno, se toman cada 12 horas. Algunos NSAID de venta con receta se venden en fórmulas de acción o liberación prolongada, que pueden tomarse una vez cada 24 horas. Una dosis que se toma una vez al día puede ser preferible para las personas que toman varios medicamentos.

Con casi 20 NSAID diferentes a la venta, hará falta probar algunos a fin de encontrar el más adecuado para usted. Cada organismo es diferente, al igual que la respuesta de cada persona a ciertos medicamentos. Dos personas pueden tomar exactamente la misma dosis, pero tener respuestas diferentes. Siempre siga con cuidado las instrucciones relacionadas con la dosis.

Los NSAID pueden provocar hemorragia gastrointestinal (sangrado en el estómago o en el tubo digestivo). Los NSAID tópicos o de uso externo pueden representar un riesgo menor que los de uso oral porque el medicamento permanece cerca del sitio de aplicación. Los inhibidores de COX-2 tienen un riesgo menor de provocar úlceras. El riesgo de problemas estomacales aumenta en las personas mayores de 65 años y en las que tienen antecedentes de úlceras estomacales o que toman anticoagulantes o corticoesteroides. El alcohol puede empeorar los problemas de estómago.

Con excepción de la aspirina, todos los NSAID aumentan el riesgo de ataque cardíaco o accidente cerebrovascular, en especial para las personas que ya tienen una enfermedad cardíaca o factores de riesgo relacionados. Estos efectos colaterales graves pueden presentarse durante las primeras semanas de tratamiento con un NSAID. El riesgo de efectos colaterales cardiovasculares aumenta cuanto más tiempo se toman los NSAID y cuanto mayor sea la dosis.

Para reducir el riesgo de problemas gastrointestinales o cardiovasculares, tome la dosis mínima de un NSAID que sea eficaz y durante el menor tiempo posible. Sin embargo, el uso de NSAID puede prohibirse por completo en determinados casos, por ejemplo, tener antecedentes de enfermedad renal, enfermedad cardíaca o úlceras estomacales.

Junto con el médico, pueden determinar si los NSAID pueden ayudar a tratar la artrosis y encontrar el adecuado para usted. Obtenga más información sobre los NSAID en nuestra guía de medicamentos.