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Medicamentos para la artritis y sensibilidad al sol

Algunos medicamentos para la artritis pueden aumentar la sensibilidad al sol. Conozca cómo protegerse. 

Pasar tiempo al aire libre puede ser beneficioso para su salud física y mental, pero antes de exponerse a los rayos solares, debe saber que ciertos medicamentos utilizados para tratar la artritis pueden provocar fotosensibilidad. Esto significa que la piel puede reaccionar a la radiación ultravioleta (UV), ya sea de la luz del sol o de camas de bronceado, lo que aumenta la propensión a quemaduras solares y erupciones cutáneas, además del riesgo de cáncer de piel. 

Medicamentos que provocan sensibilidad al sol

Entre los medicamentos para la artritis que pueden provocar fotosensibilidad, se incluyen drogas antirreumáticas modificadoras de la enfermedad (DMARD) que se venden con receta, como el metotrexato (Trexall), la azatioprina (Azasan, Imuran), la leflunomida (Arava) y la hidroxicloroquina (Plaquenil), además del medicamento antiinflamatorio no esteroideo (NSAID) de venta libre naproxeno (Aleve). (La tetraciclina, un antibiótico común, también causa fotosensibilidad).

En caso de no saber con seguridad si los medicamentos que toma pueden provocar fotosensibilidad, pregúntele al médico o al farmacéutico.  Las precauciones son incluso más importantes si padece lupus, que puede causar fotosensibilidad. Por otro lado, las personas que tienen artritis psoriásica pueden notar mejoras en la psoriasis con la exposición limitada a los rayos UV, pero igual es necesario tomar precauciones para evitar las quemaduras solares.  

Síntomas de la sensibilidad al sol

Existen dos tipos de reacciones fotosensibles: las fototóxicas y las fotoalérgicas. En una reacción fototóxica, el medicamento se activa por acción de la radiación UV y provoca daño en la piel que puede verse y sentirse como una quemadura solar. Las reacciones fototóxicas generalmente ocurren en un plazo de 24 horas y suelen limitarse a la piel expuesta.

"A veces, una dosis más alta del medicamento conlleva un mayor riesgo de tener esta reacción", explica la Dra. Ashima Makol, reumatóloga de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota. "Si se produce esta reacción, el médico puede considerar bajar la dosis, si es posible".  

Una reacción fotoalérgica ocurre cuando la exposición a los rayos UV desencadena un cambio en el medicamento, de manera que el sistema inmunitario lo reconoce como una amenaza externa y activa una respuesta alérgica, como una erupción cutánea, ampollas, lesiones o bultos rojos. "Este tipo de reacción es más difícil de predecir, ya que puede ocurrir después de que hayan pasado más de 24 horas e incluso puede afectar partes de la piel que no estuvieron expuestas", señala la Dra. Makol.

Protéjase la piel

Si toma medicamentos que pueden provocar fotosensibilidad, evite los centros de bronceado y protéjase la piel cuando esté al aire libre, particularmente en los horarios en que la luz del sol es más intensa, aproximadamente de 10 a.m. a 3 p.m. Un sombrero de ala ancha y ropa que le brinde protección del sol, como mangas o pantalones largos, ofrecen barreras permanentes, a diferencia de los protectores solares. Las gafas de sol con cristales que bloquean los rayos UV pueden protegerle los ojos y la piel de alrededor. Aplíquese un protector solar de amplio espectro con un factor de protección solar (SPF) de al menos 30 en la piel expuesta, incluidos puntos no tan obvios como el cuello, las orejas, los labios o el dorso de las manos. Si va a nadar o transpirar, elija un protector solar resistente al agua o aplíqueselo con frecuencia. 

"Pasar tiempo al aire libre hace bien, mejora el estado de ánimo y proporciona vitamina D, pero es necesario tomar precauciones y usar el sentido común", advierte la Dra. Makol.  Además, sea consciente de que puede exponerse a la radiación UV incluso si no está afuera. Por ejemplo, los parabrisas de los autos generalmente están tratados para proteger a los conductores de los rayos UV, pero los vidrios laterales, traseros y del techo corredizo a menudo no ofrecen esta protección. Por último, revísese la piel con regularidad para detectar síntomas fuera de lo común y consulte a un dermatólogo una vez al año para hacerse un examen profesional.

 

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