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No se sienta culpable por su artritis

Deje de sentir culpa cuando la artritis se interponga en su camino. Le explicamos cómo cambiar esa perspectiva.

Por Michele Cohen Marill

Algunos días, la artritis simplemente impedirá que realice las tareas de la casa, o vaya a la fiesta de un amigo, o finja que todo está bien cuando no es así. Si eso lo hace sentir culpable, pregúntese el porqué y deje de reprocharse. «Elimine la palabra "debería" de su vocabulario y, en cambio, concéntrese en sus logros», dice Nicole Schechter, psicóloga clínica en Johns Hopkins University School of Medicine, de Baltimore, quien se especializa en el tratamiento de personas con dolor crónico.

Es frecuente que las personas con artritis y dolor crónico tengan sentimientos de culpa cuando no cumplen las expectativas de alguien, o las suyas propias, o cuando dependen constantemente de la ayuda de otros. «El control de la artritis y la gestión de la salud mental se complementan entre sí y son sumamente importantes», afirma Craig Thomas, PhD, director de la División de Salud de la Población del National Center for Chronic Disease Prevention and Health Promotion, que forma parte de los  Centers for Disease Control and Prevention (CDC). Según los CDC, aproximadamente 1 de cada 5 adultos con artritis en Estados Unidos tiene síntomas de ansiedad, mientras que casi 1 de cada 9 adultos con artritis tiene síntomas de depresión.

«Sentirse culpable por necesitar los cuidados y el apoyo de otros, ya sean cuidadores o familiares, es un sentimiento completamente normal», dice Thomas. «Es muy común, pero no es de gran ayuda. Existen muchos consejos que pueden ayudarlo a manejar ese sentimiento de culpa». Por ejemplo, «busque pruebas de que en realidad existe un problema. Muchas veces, solo está en su cabeza, así que pregúnteles a sus seres queridos: "¿Soy una carga para ustedes?", "¿Es demasiado?". Al mismo tiempo, valore quién es usted y lo que les aporta, y pregúntese: "Si la situación fuera al revés, ¿estaría bien?". Eso lo ayudará a cambiar la opinión sobre el asunto, ya que es algo que se espera que hagamos por cualquier persona que nos importa y amamos».

A continuación le mostramos otras maneras de cambiar el sentimiento de culpa ante situaciones frecuentes.

Al cancelar los planes. Deseaba reunirse con su grupo para tomar unas copas después del trabajo o encontrarse con un amigo para cenar, pero, al final del día, sentía demasiado cansancio y dolor. «Está bien sentirse triste por cancelar los planes», dice Schechter. Reconozca su decepción sin culparse. Prepárese para que las cosas salgan bien en el futuro. Planifique los compromisos sociales a una hora del día en la que suele tener más energía o en días en los que puede descansar y mantener el ritmo.

Cuando no puede realizar una tarea. Puede que le resulte demasiado doloroso preparar la cena o agacharse para vaciar el lavavajillas. «Piense en lo que puede y no puede hacer, y comuníquelo», aconseja Schechter. «El sentimiento de culpa surge porque piensa que está perjudicando a alguien», añade. Puede ayudar de otras maneras; por ejemplo, puede sentarse y picar los vegetales.

Cuando se retire de las actividades. «A veces, evadir parece lo más fácil, pero el aislamiento social aumenta el estrés emocional», afirma Schechter. Está bien ser discreto con respecto a su enfermedad, pero no tenga miedo de decirle a alguien que tiene limitaciones a causa del dolor. «La mayoría de las personas entienden y agradecen que se les diga lo que ocurre», comenta.

Al derrochar. Ha comido demasiado, se ha quedado despierto hasta muy tarde, o ha sobrecargado su día, y ahora está sintiendo los efectos. No pasa nada. Todo el mundo tiene un desliz a veces. Asegúrese de que sus metas son razonables, y haga lo posible por volver a la normalidad.

Cuando todo lo demás no funcione, intente con un diálogo interno. «La manera en que nos hablamos a nosotros mismos es muy, muy poderosa», dice Schechter. «Cambie su enfoque de las cosas que no puede controlar por las que sí». Aquí le contamos cómo hacerlo:

Cuando piense: «Debí haber ido a ese evento después del trabajo». 

Dígase a sí mismo(a): «Hoy no pude hacerlo, pero lo haré más adelante».

Cuando piense: «Ojalá pudiera arreglar el jardín».   

Dígase a sí mismo(a): «En vez de eso, puedo lavar la ropa».

Cuando piense: «Debí seguir con mi horario de caminatas».  

Dígase a sí mismo(a): «Me fijaré metas pequeñas, por ejemplo, mañana caminaré por 15 minutos en la mañana e iré aumentando la actividad poco a poco».