Técnicas de mente y cuerpo para su hijo con artritis juvenil

La meditación enfoca la mente a través de la respiración profunda o de la repetición de una palabra o frase. Los estudios demuestran que esta práctica no solo disminuye el dolor, sino que también aumenta la materia gris, una zona del cerebro que tiende a encogerse en las personas con dolor crónico. Gran parte de las investigaciones sobre la meditación para la artritis se realizaron en adultos, pero también ha demostrado ser eficaz para aliviar la angustia emocional en niños.

La meditación puede tomar varias formas, como el mindfulness, la meditación transcendental y la caminata consciente. En los niños más pequeños, la más fácil de hacer puede ser la meditación con mindfulness: llevar la atención al momento presente mediante respiraciones profundas. 

"Lo más fácil para hacer con los chicos es la respiración", dice Charlotte Royal Walker, MSW, LCSW, una psicoterapeuta integradora de NorthShore University HealthSystem en Glenview, Illinois. "Seguir la inspiración mientras el aire pasa por su cuerpo y seguir la exhalación".  

Cómo practicarlo con su hijo
En este tipo de meditación, los chicos cierran los ojos e inspiran y expiran profundamente, concentrándose en el aire que ingresa y sale en cada respiración. Cuando aparezcan pensamientos o preocupaciones, díganles que imaginen que sus pensamientos son nubes y que simplemente dejen que cada nube se aleje flotando, sugiere Walker. Luego, indíquenles suavemente que vuelvan a concentrarse en su respiración. 

Dos o tres minutos de meditación son suficientes para los niños más pequeños. Los chicos más grandes pueden meditar 10 minutos o más por cada vez. 

Por sí sola, la respiración profunda baja los niveles de la hormona del estrés, el cortisol, generando una sensación de calma. También ralentiza la frecuencia cardíaca y baja la presión arterial. "En un tiempo muy corto, los niños pueden ayudar a sus cuerpos a relajarse y, como resultado, pueden sentirse mucho mejor y con mayor control de la situación", agrega el Dr. Banez.

La respiración profunda es fácil de enseñar y de hacer. "Es algo que los hicos pueden hacer casi en cualquier lugar", añade. "Me gusta describirla como una estrategia de afrontamiento muy portátil".

Cómo practicarlo con su hijo
La respiración diafragmática es el tipo que suele utilizarse para la artritis y otras afecciones de dolor crónico. Para hacerla correctamente, los niños deben colocar una mano sobre su pecho y la otra mano sobre su estómago. Inhalan lentamente por la nariz y exhalan lentamente por la boca. Cuando los chicos hacen esto correctamente, la mano que está sobre el estómago debería elevarse a medida que el abdomen se mueve hacia adentro y hacia afuera, mientras que la mano que está sobre el pecho permanece quieta.

Los niños pueden inhalar y exhalar a la cuenta de uno. O pueden usar el método de 4-4-4, en el que se inhala durante cuatro segundos, se mantiene la respiración durante cuatro segundos y se exhala a lo largo de cuatro segundos. Estos métodos de respiración también pueden usarse durante la meditación.

Esta técnica utiliza la imaginación de los niños para ayudarlos a relajarse y mejorar sus habilidades de afrontamiento. Imaginarse a sí mismos en un lugar seguro y confortable les calma el cuerpo y la mente.

La investigación realizada en adultos con artritis determina que las imágenes guiadas son útiles para aliviar el dolor, reducir la ansiedad y mejorar el bienestar emocional. También hay evidencia de que la práctica ayuda a controlar el dolor en los niños.

Walker ha utilizado las imágenes guiadas con su propio hijo, que tiene artritis idiopática juvenil (AJI). "Cuando estaba llorando o con dolor, le decía 'Cierra los ojos y piensa en la playa' y parecía funcionar". Lo llamaba nuestro 'recreo del dolor'".

Las imágenes guiadas también pueden ser útiles para quitarles el estrés a las inyecciones en el hogar. "Cuanto más puedas utilizar la respiración profunda o las imágenes guiadas, no solo se alivia el estrés del proceso, sino que ayuda a que no se genere ese estrés", explica Denise Costanzo, enfermera certificada del Centro Pediátrico de Reumatología e Inmunología de Cleveland Clinic Children's.

Cómo practicarlo con su hijo
Los niños tienen que cerrar los ojos y pensar en un lugar que les resulte cómodo, por ejemplo, la playa. A medida que inspiran y expiran profundamente, haga que incorporen los detalles de la escena; el sonido de las olas rompiendo en la orilla, la sensación de una brisa cálida en la cara y el graznido de las gaviotas. Indíqueles que imaginen que cada ola que se retira, se lleva el dolor consigo.
 

Esta técnica implica tensar y luego relajar cada grupo de músculos, de los pies a la cabeza. Hacerlo les enseña a los chicos cómo se sienten los músculos cuando están tensos comparado con cuando están relajados. Relajar cada músculo ayuda a aliviar la tensión acumulada en el cuerpo y reduce el estrés. 

Para los niños pequeños, el Dr. Banez utiliza un abordaje lúdico simplificado. "Lo llamamos jugar al robot y al muñeco de trapo. ¿Cómo se siente tu cuerpo cuando eres un robot? Está rígido y tenso comparado con como se siente cuando es un muñeco de trapo, suelto y blando", explica.

Cómo practicarlo con su hijo
Los niños deben comenzar acostándose boca arriba. Toman aire mientras aprietan los músculos de los dedos de los pies y mantienen la tensión durante unos cinco segundos. Luego relajan los músculos mientras exhalan el aire. Guíelos mientras continúan con el resto del cuerpo, tensionando los músculos de las piernas, abdomen, brazos, manos y, finalmente, la cabeza.

Tensionar los músculos puede no ser muy cómodo para los chicos que tienen mucho dolor articular. En lugar de hacerlo, simplemente haga que se imaginen que tensan y relajan cada músculo, aclara Walker.