Campamento Crecer con artritis juvenil
En 1989, Gina Yocum, de ocho años, asistió por primera vez al campamento MASH en Wisconsin. Disfrutó tanto en el campamento para niños con AJ que volvió al verano siguiente, y luego a 28 más. Durante los primeros 10 años, Gina asistió al campamento como campista; este junio será su 20.° año como miembro del personal.
Cuando Gina hizo su primera escapada al Campamento MASH (Make Arthritis Stop Hurting), era uno de los pocos campamentos de AJ en todo el país. En la actualidad, los campamentos de AJ en 25 estados reciben a niños de costa a costa.
Los campamentos para niños con AJ de la Arthritis Foundation están patrocinados a nivel nacional por AbbVie, Alpha Omicron Pi y Genentech, y su personal está formado por voluntarios, incluidos profesionales médicos. Gracias al patrocinio y a las donaciones, el costo del campamento es bajo (o, en algunos casos, gratuito), pero para los campistas y sus padres, la experiencia de asistir a los campamentos para niños con AJ no tiene precio.
"Fomentar experiencias positivas, proporcionar recursos inestimables y ofrecer un espacio de apoyo dentro de la comunidad de la AJ son objetivos fundamentales en AbbVie, y razones clave por las que financiamos el campamento", menciona Jim Salanty, vicepresidente de Reumatología de Estados Unidos de AbbVie.
Además de ofrecer las actividades tradicionales de los campamentos, como cabalgatas, natación, baile, cursos de cuerdas, fogatas y arte y manualidades, los campamentos para niños con AJ ofrece contenidos especialmente adaptados a los niños con artritis.
"Cada actividad tiene un objetivo psicosocial, de desarrollo o terapéutico", comenta Gina, que se especializa en vida infantil de profesión. "Una gran parte del campamento es aprender sobre la enfermedad y aprender habilidades para la vida. Pero en cuanto a divertirse, realmente podemos jugar a cualquier cosa: lo que lo hace especial es estar juntos".
Logan B. (16) que ha asistido al campamento Dakota en Michigan los últimos tres veranos, está de acuerdo. "Las actividades son muy divertidas, pero lo mejor es estar con amigos en la cabaña y alrededor de las fogatas", comparte.
Para algunos campistas, los niños del campamento son los primeros que conocen con artritis. Así ocurrió con Gina, a quien se le diagnosticó artritis a los 11 meses, y con Logan, que se le diagnosticó poliartritis a los 11 años.
Y, en un mundo en el que la artritis "se considera una enfermedad de personas mayores", los campamentos para niños con AJ son un lugar donde los niños con artritis se integran. "Sientes que puedes ser tú mismo, porque en otros lugares a vecesse burlan de ti porque las personas no lo entienden", expresa Logan. "Sin embargo, aquí eso no ocurre porque todos saben por lo que estás pasando".
"Es reconfortante lograr ser 'normal' durante una semana", asegura Kendall I., de 16 años, que ha asistido al campamento durante seis años.
Por eso, las amistades que se hacen en el campamento suelen ser cercanas y duraderas.
"Sigo siendo muy buena amiga de unas chicas que conocí en el campamento hace casi 30 años", cuenta Gina. "Nos seguimos apoyando después de todos estos años".
Lo mismo le sucedió a Kendall, quien sigue teniendo un estrecho vínculo con amigos del campamento a través de mensajes de texto, Snapchat y otras redes sociales.
Como Gina, muchos campistas vuelven cuando son adultos para ayudar a la nueva generación de niños con AJ.
"Cuando era campista, el personal estaba formado por voluntarios de la AF y el Children's Hospital of Milwaukee", cuenta Gina. "Ahora entre el 90 y el 98% del equipo cada año está compuesto de antiguos campistas y otros adultos que tienen artritis juvenil".
"Ver y estar con jóvenes adultos que han prosperado a pesar de la artritis es otro aspecto positivo del campamento", agrega Gina.
Logan y Kendall mencionan que también se ven como voluntarios en el futuro. Logan ha sido consejero en capacitación durante los últimos dos años y será consejero junior este año.
"El campamento enseña a los niños cómo tragar las pastillas, cómo aplicarse las dosis y cómo abordar la enfermedad, pero quizá lo más significativo para los padres es ver a sus hijos prosperar después del campamento", comenta Gina.
"Noté mucho cambio en él", afirma Debbie, la madre de Logan. "Aceptar su enfermedad y ver a otros niños con AJ y simplemente crecer y estar sin nosotros".
La madre de Kendall, Tracy, dice que dejar a su hija en el campamento por primera vez fue un viaje de ida y vuelta de 20 a 24 horas. Ahora su hija asiste a un campamento más cercano, pero Tracy dice que volvería a hacer el largo viaje sin dudarlo si tuviera que hacerlo. "Ha hecho amigos para toda la vida y lo disfruta mucho cada año", afirma. "No podría ser mejor y ha sido una verdadera bendición inscribirla cada verano".
Una experiencia que no tiene precio
Cuando Gina hizo su primera escapada al Campamento MASH (Make Arthritis Stop Hurting), era uno de los pocos campamentos de AJ en todo el país. En la actualidad, los campamentos de AJ en 25 estados reciben a niños de costa a costa.
Los campamentos para niños con AJ de la Arthritis Foundation están patrocinados a nivel nacional por AbbVie, Alpha Omicron Pi y Genentech, y su personal está formado por voluntarios, incluidos profesionales médicos. Gracias al patrocinio y a las donaciones, el costo del campamento es bajo (o, en algunos casos, gratuito), pero para los campistas y sus padres, la experiencia de asistir a los campamentos para niños con AJ no tiene precio.
"Fomentar experiencias positivas, proporcionar recursos inestimables y ofrecer un espacio de apoyo dentro de la comunidad de la AJ son objetivos fundamentales en AbbVie, y razones clave por las que financiamos el campamento", menciona Jim Salanty, vicepresidente de Reumatología de Estados Unidos de AbbVie.
Aprender y divertirse
Además de ofrecer las actividades tradicionales de los campamentos, como cabalgatas, natación, baile, cursos de cuerdas, fogatas y arte y manualidades, los campamentos para niños con AJ ofrece contenidos especialmente adaptados a los niños con artritis.
"Cada actividad tiene un objetivo psicosocial, de desarrollo o terapéutico", comenta Gina, que se especializa en vida infantil de profesión. "Una gran parte del campamento es aprender sobre la enfermedad y aprender habilidades para la vida. Pero en cuanto a divertirse, realmente podemos jugar a cualquier cosa: lo que lo hace especial es estar juntos".
Logan B. (16) que ha asistido al campamento Dakota en Michigan los últimos tres veranos, está de acuerdo. "Las actividades son muy divertidas, pero lo mejor es estar con amigos en la cabaña y alrededor de las fogatas", comparte.
Hacer amigos e integrarse
Para algunos campistas, los niños del campamento son los primeros que conocen con artritis. Así ocurrió con Gina, a quien se le diagnosticó artritis a los 11 meses, y con Logan, que se le diagnosticó poliartritis a los 11 años.
Y, en un mundo en el que la artritis "se considera una enfermedad de personas mayores", los campamentos para niños con AJ son un lugar donde los niños con artritis se integran. "Sientes que puedes ser tú mismo, porque en otros lugares a vecesse burlan de ti porque las personas no lo entienden", expresa Logan. "Sin embargo, aquí eso no ocurre porque todos saben por lo que estás pasando".
"Es reconfortante lograr ser 'normal' durante una semana", asegura Kendall I., de 16 años, que ha asistido al campamento durante seis años.
Por eso, las amistades que se hacen en el campamento suelen ser cercanas y duraderas.
"Sigo siendo muy buena amiga de unas chicas que conocí en el campamento hace casi 30 años", cuenta Gina. "Nos seguimos apoyando después de todos estos años".
Lo mismo le sucedió a Kendall, quien sigue teniendo un estrecho vínculo con amigos del campamento a través de mensajes de texto, Snapchat y otras redes sociales.
Vovler como modelos a seguir
Como Gina, muchos campistas vuelven cuando son adultos para ayudar a la nueva generación de niños con AJ.
"Cuando era campista, el personal estaba formado por voluntarios de la AF y el Children's Hospital of Milwaukee", cuenta Gina. "Ahora entre el 90 y el 98% del equipo cada año está compuesto de antiguos campistas y otros adultos que tienen artritis juvenil".
"Ver y estar con jóvenes adultos que han prosperado a pesar de la artritis es otro aspecto positivo del campamento", agrega Gina.
Logan y Kendall mencionan que también se ven como voluntarios en el futuro. Logan ha sido consejero en capacitación durante los últimos dos años y será consejero junior este año.
Ayudar a los niños a prosperar
"El campamento enseña a los niños cómo tragar las pastillas, cómo aplicarse las dosis y cómo abordar la enfermedad, pero quizá lo más significativo para los padres es ver a sus hijos prosperar después del campamento", comenta Gina.
"Noté mucho cambio en él", afirma Debbie, la madre de Logan. "Aceptar su enfermedad y ver a otros niños con AJ y simplemente crecer y estar sin nosotros".
La madre de Kendall, Tracy, dice que dejar a su hija en el campamento por primera vez fue un viaje de ida y vuelta de 20 a 24 horas. Ahora su hija asiste a un campamento más cercano, pero Tracy dice que volvería a hacer el largo viaje sin dudarlo si tuviera que hacerlo. "Ha hecho amigos para toda la vida y lo disfruta mucho cada año", afirma. "No podría ser mejor y ha sido una verdadera bendición inscribirla cada verano".