Estudios apuntan a nuevos tratamientos para la artrosis de mano
Dos medicamentos utilizados durante décadas para tratar las formas inflamatorias de artritis también pueden beneficiar a algunas personas con artrosis de mano. Esto lo demuestran dos nuevos estudios presentados en la reunión anual de 2019 del American College of Rheumatology (ACR), que tuvo lugar a principios de noviembre en Atlanta.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, alrededor del 40 por ciento de las personas desarrollará artrosis de mano en algún momento de su vida, pero contrariamente a la creencia popular de que la aparición de la enfermedad tiene lugar a una edad más avanzada, a menudo comienza en la etapa de la mediana edad. Los dedos rígidos y dolorosos pueden dificultar la realización de las actividades más comunes de la vida diaria, como tipear, usar un teléfono celular, abotonarse una camisa o abrir un frasco.
Durante mucho tiempo, la artrosis se ha considerado una enfermedad degenerativa provocada por el deterioro cartilaginoso debido al "desgaste", no a la inflamación. Los tratamientos médicos incluyen analgésicos no narcóticos (como paracetamol y medicamentos antiinflamatorios no esteroideos), que pueden no ser siempre efectivos y no impiden que la enfermedad avance.
La evidencia reciente muestra que al menos algunas personas con artrosis también tienen inflamación, incluso en el revestimiento de las articulaciones (sinovitis). Entonces, los investigadores comenzaron a evaluar si los medicamentos utilizados para la artritis inflamatoria también podrían funcionar para la artrosis.
Hasta ahora, los resultados han sido, en general, desalentadores. Un análisis realizado en 2018 de 11 ensayos aleatorizados y controlados de diferentes medicamentos comúnmente utilizados para tratar la artritis reumatoide (AR) halló que no eran mejores que el placebo para los síntomas de la artrosis. Pero los dos nuevos estudios presentados en la conferencia arrojaron resultados diferentes.
En este estudio, los pacientes con signos de sinovitis fueron aleatorizados para recibir un ciclo de seis semanas de 10 mg diarios del corticoesteroide prednisolona o un placebo. Al final del ensayo, el dolor en los dedos de los integrantes del grupo que recibió el corticoesteroide disminuyó significativamente en comparación con el grupo que recibió el placebo, por un promedio de 21 puntos frente a 5 puntos, respectivamente, medidos con la escala analógica visual (VAS). El grupo que recibió la prednisolona también mostró mejores resultados en otras mediciones, incluida la disminución de la inflamación, como se observa en las pruebas de diagnóstico por imágenes. El problema es que el uso prolongado de corticoesteroides puede provocar una serie de efectos colaterales graves, como osteoporosis, glaucoma y diabetes.
La autora principal del estudio, Féline Kroon, cursa un doctorado en el Centro Médico de la Universidad de Leiden en los Países Bajos. Kroon explica que los síntomas de la artrosis de mano pueden fluctuar con el tiempo, con períodos de mayor dolor e hinchazón. Su grupo quería comprobar si la prednisolona, un potente antiinflamatorio, sería eficaz para controlar el dolor durante los brotes. Según Kroon, este medicamento no está pensado para un uso a largo plazo, y agregó que "en vista del riesgo de complicaciones, se debe desaconsejar que se recete prednisolona durante períodos prolongados a pacientes con artrosis de mano".
Aún así, señaló que los resultados del estudio muestran que los corticoesteroides pueden ser una opción de tratamiento eficaz a corto plazo cuando nada más funciona. A corto plazo también describe la durabilidad de los beneficios: el dolor de los pacientes volvió cuando se les retiró el medicamento.
David Pisetsky, MD, reumatólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke en Durham, North Carolina, que no participó en el estudio, tiene una opinión algo ambivalente acerca de los resultados.
"Son importantes porque sugieren que algunos pacientes con artrosis pueden tratarse con prednisolona o prednisona", señaló. "Pero dados los efectos colaterales, se necesitan muchos más estudios para determinar qué pacientes se beneficiarían de este enfoque, la dosis y la duración de la terapia, y los posibles efectos colaterales en esta población de pacientes", concluyó Pisetsky.
En el segundo estudio, investigadores franceses hicieron un seguimiento de pacientes con artrosis erosiva de mano durante un año. La artrosis erosiva afecta principalmente a las mujeres mayores y provoca brotes graves y pérdida ósea. Un grupo del estudio recibió una dosis semanal de 10 mg de metotrexato, el medicamento más comúnmente recetado para la AR. El otro grupo recibió un placebo. La expectativa era que el metotrexato aliviara el dolor y ralentizara el daño articular al controlar la inflamación, tal como sucede en casos de AR.
Sin embargo, el resultado fue que el medicamento no mostró diferencias con el placebo en cuanto al control del dolor. Pero sí ralentizó la erosión articular e incluso condujo a cierto grado de curación (remodelación) ósea.
El autor principal del estudio, Christian Roux, MD, jefe de la unidad articular del Departamento de Reumatología de la Universidad Cote D'Azur, dice que la falta de alivio del dolor probablemente se deba al "origen multifactorial del dolor en la artrosis de mano (es decir, el dolor es causado tanto por la inflamación como por el daño mecánico) a diferencia de la AR, en la que el dolor se debe únicamente a la inflamación".
También dice que el metotrexato puede ser más efectivo para el control del dolor si los pacientes reciben tratamiento temprano, antes de que se produzca el daño. "Si el tratamiento es tardío, es probable que el origen mecánico del dolor predomine y el metotrexato no sea efectivo", explicó Roux. "Se necesita un nuevo estudio en el que se proporcione tratamiento temprano para demostrar este punto".
Según Roux, en general, se necesitan muchos más estudios sobre el uso del metotrexato para la artrosis de mano. Aún así, puede ser algo esperanzador para una enfermedad para la cual no hay un tratamiento real.
El Dr. Pisetsky dice que vale la pena probar terapias comprobadas como el metotrexato para las formas inflamatorias de artrosis. Pero señala que la falta de efectividad para controlar el dolor coincide con lo que los médicos han visto en sus propios pacientes. -LINDA RATH
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Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, alrededor del 40 por ciento de las personas desarrollará artrosis de mano en algún momento de su vida, pero contrariamente a la creencia popular de que la aparición de la enfermedad tiene lugar a una edad más avanzada, a menudo comienza en la etapa de la mediana edad. Los dedos rígidos y dolorosos pueden dificultar la realización de las actividades más comunes de la vida diaria, como tipear, usar un teléfono celular, abotonarse una camisa o abrir un frasco.
Durante mucho tiempo, la artrosis se ha considerado una enfermedad degenerativa provocada por el deterioro cartilaginoso debido al "desgaste", no a la inflamación. Los tratamientos médicos incluyen analgésicos no narcóticos (como paracetamol y medicamentos antiinflamatorios no esteroideos), que pueden no ser siempre efectivos y no impiden que la enfermedad avance.
La evidencia reciente muestra que al menos algunas personas con artrosis también tienen inflamación, incluso en el revestimiento de las articulaciones (sinovitis). Entonces, los investigadores comenzaron a evaluar si los medicamentos utilizados para la artritis inflamatoria también podrían funcionar para la artrosis.
Hasta ahora, los resultados han sido, en general, desalentadores. Un análisis realizado en 2018 de 11 ensayos aleatorizados y controlados de diferentes medicamentos comúnmente utilizados para tratar la artritis reumatoide (AR) halló que no eran mejores que el placebo para los síntomas de la artrosis. Pero los dos nuevos estudios presentados en la conferencia arrojaron resultados diferentes.
Estudio 1: Corticoesteroides
En este estudio, los pacientes con signos de sinovitis fueron aleatorizados para recibir un ciclo de seis semanas de 10 mg diarios del corticoesteroide prednisolona o un placebo. Al final del ensayo, el dolor en los dedos de los integrantes del grupo que recibió el corticoesteroide disminuyó significativamente en comparación con el grupo que recibió el placebo, por un promedio de 21 puntos frente a 5 puntos, respectivamente, medidos con la escala analógica visual (VAS). El grupo que recibió la prednisolona también mostró mejores resultados en otras mediciones, incluida la disminución de la inflamación, como se observa en las pruebas de diagnóstico por imágenes. El problema es que el uso prolongado de corticoesteroides puede provocar una serie de efectos colaterales graves, como osteoporosis, glaucoma y diabetes.
La autora principal del estudio, Féline Kroon, cursa un doctorado en el Centro Médico de la Universidad de Leiden en los Países Bajos. Kroon explica que los síntomas de la artrosis de mano pueden fluctuar con el tiempo, con períodos de mayor dolor e hinchazón. Su grupo quería comprobar si la prednisolona, un potente antiinflamatorio, sería eficaz para controlar el dolor durante los brotes. Según Kroon, este medicamento no está pensado para un uso a largo plazo, y agregó que "en vista del riesgo de complicaciones, se debe desaconsejar que se recete prednisolona durante períodos prolongados a pacientes con artrosis de mano".
Aún así, señaló que los resultados del estudio muestran que los corticoesteroides pueden ser una opción de tratamiento eficaz a corto plazo cuando nada más funciona. A corto plazo también describe la durabilidad de los beneficios: el dolor de los pacientes volvió cuando se les retiró el medicamento.
David Pisetsky, MD, reumatólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke en Durham, North Carolina, que no participó en el estudio, tiene una opinión algo ambivalente acerca de los resultados.
"Son importantes porque sugieren que algunos pacientes con artrosis pueden tratarse con prednisolona o prednisona", señaló. "Pero dados los efectos colaterales, se necesitan muchos más estudios para determinar qué pacientes se beneficiarían de este enfoque, la dosis y la duración de la terapia, y los posibles efectos colaterales en esta población de pacientes", concluyó Pisetsky.
Estudio 2: Metotrexato
En el segundo estudio, investigadores franceses hicieron un seguimiento de pacientes con artrosis erosiva de mano durante un año. La artrosis erosiva afecta principalmente a las mujeres mayores y provoca brotes graves y pérdida ósea. Un grupo del estudio recibió una dosis semanal de 10 mg de metotrexato, el medicamento más comúnmente recetado para la AR. El otro grupo recibió un placebo. La expectativa era que el metotrexato aliviara el dolor y ralentizara el daño articular al controlar la inflamación, tal como sucede en casos de AR.
Sin embargo, el resultado fue que el medicamento no mostró diferencias con el placebo en cuanto al control del dolor. Pero sí ralentizó la erosión articular e incluso condujo a cierto grado de curación (remodelación) ósea.
El autor principal del estudio, Christian Roux, MD, jefe de la unidad articular del Departamento de Reumatología de la Universidad Cote D'Azur, dice que la falta de alivio del dolor probablemente se deba al "origen multifactorial del dolor en la artrosis de mano (es decir, el dolor es causado tanto por la inflamación como por el daño mecánico) a diferencia de la AR, en la que el dolor se debe únicamente a la inflamación".
También dice que el metotrexato puede ser más efectivo para el control del dolor si los pacientes reciben tratamiento temprano, antes de que se produzca el daño. "Si el tratamiento es tardío, es probable que el origen mecánico del dolor predomine y el metotrexato no sea efectivo", explicó Roux. "Se necesita un nuevo estudio en el que se proporcione tratamiento temprano para demostrar este punto".
Según Roux, en general, se necesitan muchos más estudios sobre el uso del metotrexato para la artrosis de mano. Aún así, puede ser algo esperanzador para una enfermedad para la cual no hay un tratamiento real.
El Dr. Pisetsky dice que vale la pena probar terapias comprobadas como el metotrexato para las formas inflamatorias de artrosis. Pero señala que la falta de efectividad para controlar el dolor coincide con lo que los médicos han visto en sus propios pacientes. -LINDA RATH
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