Más estadounidenses dicen tener limitaciones relacionadas con la artritis que hace 15 años
Más de 54 millones de adultos en los Estados Unidos tienen alguna forma de artritis y, a casi la mitad de ellos, el dolor, la rigidez y el daño articular, les dificultan la vida, según un nuevo informe publicado a principios de marzo por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Si bien en el informe se observa que la prevalencia de la artritis no ha cambiado de forma significativa desde 2002, sí se destaca un salto del 20% en el número de personas que tienen limitaciones atribuibles a la artritis que afectan sus actividades, es decir, que tienen dificultades para llevar a cabo tareas sencillas como levantar una bolsa de compras o caminar unas pocas cuadras.
Anne Schuchat, MD, directora en funciones de los CDC, afirma que el aumento es alarmante. "Millones de personas no son capaces de seguir con su rutina diaria debido a los síntomas... una cantidad significativamente mayor de adultos que hace una década", comenta y señala que los adultos afroestadounidenses, hispanos y no hispanos multirraciales dicen tener limitaciones relacionadas con la artritis con mayor frecuencia que los blancos.
Ann M. Palmer, presidenta y directora ejecutiva de la Arthritis Foundation, asegura: "Esto no es una sorpresa para nosotros, pero probablemente lo sea para muchas personas. La artritis es la principal causa de discapacidad en este país. Sin embargo, lamentablemente es un secreto muy bien guardado.
En una encuesta de la Arthritis Foundation llevada a cabo por Harris Poll entre junio y julio de 2016, se descubrió que la vida diaria se ha convertido en un desafío para casi la mitad de los miembros de la Arthritis Foundation que tienen artritis y que participaron en la encuesta. El 56% informaron dificultades para levantar objetos del suelo y el 47%, dificultades para acostarse y para levantarse de la cama.
"Cuando la artritis limita la movilidad y la capacidad funcional, también tiende a provocar aislamiento y a tener un impacto emocional", explica Palmer. "El 60% de los encuestados dijeron que se sienten que no pueden participar en actividades debido a la artritis y alrededor de la mitad afirmaron que tienen poco interés o que sienten poco placer cuando llevan a cabo actividades, y que además se sienten tristes, deprimidos o sin esperanzas. Esto es sumamente preocupante".
Los resultados de los CDC se basan en datos de 2013, 2014 y 2015 de la Encuesta Nacional de Salud, una encuesta presencial sobre el estado de salud y las conductas de aproximadamente 35,000 adultos estadounidenses. A los participantes se les pregunta, por ejemplo: "¿Alguna vez un médico u otro profesional sanitario le dijo que tiene alguna forma de artritis, artritis reumatoide, gota, lupus o fibromialgia?". Si la respuesta es sí, se les pregunta: "¿Se siente limitado de alguna manera en sus actividades habituales debido a la artritis o a otros síntomas articulares?".
No está claro por qué una mayor proporción de personas con artritis tuvieron dificultades con las actividades cotidianas entre 2013 y 2015 (43.5%) en comparación con 2002 (36%), pero Cynthia Crick, portavoz de los CDC en materia de artritis, cree que la obesidad puede tener algo que ver. Este y otros informes han mostrado que casi dos tercios de los adultos que sufren artritis también tienen sobrepeso u obesidad, y muchos padecen otros problemas de salud crónicos, como enfermedad cardíaca y diabetes. Las personas obesas presentan mayores probabilidades de tener artritis grave, y las enfermedades crónicas dificultan el tratamiento de la artritis. Entre los encuestados, el 49% de las personas con enfermedad cardíaca, el 47% de las personas con diabetes y el 30% de las personas con obesidad informaron que tienen artritis.
También es cada vez mayor la cantidad de adultos jóvenes y de mediana edad que padecen enfermedad articular: de los más de 54 millones de adultos en los EE. UU. que tienen artritis diagnosticada por un médico, casi dos tercios (59%) son menores de 65 años.
"Al contrario de lo que comúnmente se cree, la artritis no es una enfermedad de la vejez", señala la Dra. Schuchat. "El 60% son adultos en edad laboral, y sabemos que tienen menos empleo que las personas no afectadas por la artritis". Las limitaciones causadas por la artritis probablemente tengan que ver con las cifras de empleo.
En otras palabras, la artritis no solo hace la vida más difícil, sino que también puede hacerles perder mucho dinero a los pacientes. Los costos médicos directos anuales de la artritis rondan los 81 mil millones. Los costos indirectos en términos de pérdida de ingresos y productividad son de aproximadamente la mitad, según los datos de los CDC.
Se calcula que alrededor de 78 millones de adultos en los EE. UU. tendrán artritis en 2040. Una gran mayoría tendrán artrosis, pero eso no necesariamente significa un aumento correspondiente del dolor y de la discapacidad, siempre que las personas se sigan moviendo, según los expertos. En el informe de los CDC, se pone énfasis en la actividad física como tratamiento eficaz para muchos problemas relacionados con la artritis. En estudios anteriores de los CDC, se descubrió que disminuye el dolor y mejora la capacidad funcional en casi un 40%. Sin embargo, según otros estudios de investigación, pocos pacientes con artritis cumplen con los 150 minutos de ejercicio recomendados a la semana, y casi un tercio apenas se mueve siquiera.
"Eso puede deberse a que tal vez no cuenten con la información adecuada", sugiere la Dra. Schuchat.
"Antes, a las personas con artritis quizá se les indicaba que no hicieran actividad física por temor a que empeorara la enfermedad. Pero ahora está comprobado que la actividad física puede resultar útil y que hay maneras de mantenerse activo que pueden adaptarse a las limitaciones causadas por la artritis. Queremos que las personas sepan que es mejor tratar la artritis antes de que empeoren los síntomas", explica.
Crick comenta que los estudios de los CDC han demostrado que participar en un programa de tratamiento de la enfermedad puede reducir el dolor, la fatiga y la depresión en un 10-20%. Sin embargo, solo 1 de 10 personas con artritis aprovecha estos programas en la actualidad. La portavoz alienta a los médicos a que se los recomienden a sus pacientes.
Según las pautas gubernamentales, se recomiendan al menos 30 minutos de actividad física entre moderada e intensa, como dar una caminata a paso ligero, nadar o andar en bicicleta, cinco días a la semana. Si se agrega entrenamiento de fuerza o levantamiento de pesas dos o tres veces a la semana, no solo se fortalecen los músculos, sino también que se lubrican las articulaciones y se reduce la pérdida ósea.
"Cuando se tiene dolor, el ejercicio suele ser lo último que se quiere hacer", comenta la Dra. Schuchat. "Comience de a poco con una caminata corta por el parque, algo de jardinería o una vuelta en la piscina. De esta manera, se puede iniciar un patrón que se convertirá en un gran cambio a la larga".
Jasvinder Singh, MD, un reumatólogo de la Universidad de Alabama, en Birmingham, que estudia la eficacia comparativa de los tratamientos de la artritis, expresa su apoyo firme a las recomendaciones de los CDC con respecto a la actividad física.
"Soy un defensor apasionado del ejercicio [por muchos motivos]", cuenta. "[Uno] es que mis pacientes regresan y me dicen que se sienten mucho mejor en general". El ejercicio también puede resultar muy útil para ayudar a las personas a ajustarse psicológicamente a la artritis y, a largo plazo, sentir que tienen mayor control de su vida.
"Además, el ejercicio ayuda a tratar otras enfermedades crónicas que puedan tener. Las personas que están en forma presentan un riesgo menor de sufrir ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y diabetes, y tienen mayores probabilidades de mantener un peso saludable. Por eso, se los recomiendo mucho a mis pacientes".
Uno de los problemas, según el Dr. Singh, es que las recomendaciones de ejercicio generalizadas no necesariamente tienen en cuenta las necesidades de un paciente en particular, como la gravedad y el tipo de artritis, las articulaciones afectadas y otros problemas de salud crónicos como la obesidad. Recomienda que los médicos y los pacientes colaboren para desarrollar un programa de ejercicio personalizado, en caso de ser necesario.
En la Arthritis Foundation, contamos con una herramienta en línea llamada Su solución de ejercicio (la herramienta YES) que orienta a las personas para que encuentren las actividades adecuadas y las modifiquen según sus necesidades, según las articulaciones específicas que tengan afectadas y su estado físico.
El Dr. Singh observa que solo en casos raros y muy graves, se prohibiría el ejercicio para la mayoría de los pacientes, incluso los que tienen varios problemas de salud crónicos.
Recomienda los mismos tipos de ejercicio que los CDC: caminata a paso ligero, natación, bicicleta y remo, con la salvedad de que 150 minutos a la semana al principio puede parecer muy difícil para quienes hacen ejercicio por primera vez.
"Les aconsejo que comiencen de a poco y vayan avanzando. No es necesario que la actividad se haga en incrementos de 30 minutos. Es igual de eficaz hacer ejercicio en tres segmentos de 10 minutos al día. Pero les digo a los pacientes que tengo que ver avances en un período de dos a seis meses", comenta.
Al Dr. Singh le gusta especialmente el método de los amigos, que consiste en entrenar con un compañero y controlarse mutuamente.
"Me parece que los programas de amigos o compañeros son el camino indicado. La mayoría de las personas no se sienten muy motivadas, pero la presión del grupo es una fuerza poderosa, independientemente de la edad. No solo para los adolescentes. Realmente funciona [para mantener a las personas motivadas]", afirma.
Autora: Linda Rath para la Arthritis Foundation
Anne Schuchat, MD, directora en funciones de los CDC, afirma que el aumento es alarmante. "Millones de personas no son capaces de seguir con su rutina diaria debido a los síntomas... una cantidad significativamente mayor de adultos que hace una década", comenta y señala que los adultos afroestadounidenses, hispanos y no hispanos multirraciales dicen tener limitaciones relacionadas con la artritis con mayor frecuencia que los blancos.
Ann M. Palmer, presidenta y directora ejecutiva de la Arthritis Foundation, asegura: "Esto no es una sorpresa para nosotros, pero probablemente lo sea para muchas personas. La artritis es la principal causa de discapacidad en este país. Sin embargo, lamentablemente es un secreto muy bien guardado.
En una encuesta de la Arthritis Foundation llevada a cabo por Harris Poll entre junio y julio de 2016, se descubrió que la vida diaria se ha convertido en un desafío para casi la mitad de los miembros de la Arthritis Foundation que tienen artritis y que participaron en la encuesta. El 56% informaron dificultades para levantar objetos del suelo y el 47%, dificultades para acostarse y para levantarse de la cama.
"Cuando la artritis limita la movilidad y la capacidad funcional, también tiende a provocar aislamiento y a tener un impacto emocional", explica Palmer. "El 60% de los encuestados dijeron que se sienten que no pueden participar en actividades debido a la artritis y alrededor de la mitad afirmaron que tienen poco interés o que sienten poco placer cuando llevan a cabo actividades, y que además se sienten tristes, deprimidos o sin esperanzas. Esto es sumamente preocupante".
Los resultados de los CDC se basan en datos de 2013, 2014 y 2015 de la Encuesta Nacional de Salud, una encuesta presencial sobre el estado de salud y las conductas de aproximadamente 35,000 adultos estadounidenses. A los participantes se les pregunta, por ejemplo: "¿Alguna vez un médico u otro profesional sanitario le dijo que tiene alguna forma de artritis, artritis reumatoide, gota, lupus o fibromialgia?". Si la respuesta es sí, se les pregunta: "¿Se siente limitado de alguna manera en sus actividades habituales debido a la artritis o a otros síntomas articulares?".
Causa y efecto
No está claro por qué una mayor proporción de personas con artritis tuvieron dificultades con las actividades cotidianas entre 2013 y 2015 (43.5%) en comparación con 2002 (36%), pero Cynthia Crick, portavoz de los CDC en materia de artritis, cree que la obesidad puede tener algo que ver. Este y otros informes han mostrado que casi dos tercios de los adultos que sufren artritis también tienen sobrepeso u obesidad, y muchos padecen otros problemas de salud crónicos, como enfermedad cardíaca y diabetes. Las personas obesas presentan mayores probabilidades de tener artritis grave, y las enfermedades crónicas dificultan el tratamiento de la artritis. Entre los encuestados, el 49% de las personas con enfermedad cardíaca, el 47% de las personas con diabetes y el 30% de las personas con obesidad informaron que tienen artritis.
También es cada vez mayor la cantidad de adultos jóvenes y de mediana edad que padecen enfermedad articular: de los más de 54 millones de adultos en los EE. UU. que tienen artritis diagnosticada por un médico, casi dos tercios (59%) son menores de 65 años.
"Al contrario de lo que comúnmente se cree, la artritis no es una enfermedad de la vejez", señala la Dra. Schuchat. "El 60% son adultos en edad laboral, y sabemos que tienen menos empleo que las personas no afectadas por la artritis". Las limitaciones causadas por la artritis probablemente tengan que ver con las cifras de empleo.
En otras palabras, la artritis no solo hace la vida más difícil, sino que también puede hacerles perder mucho dinero a los pacientes. Los costos médicos directos anuales de la artritis rondan los 81 mil millones. Los costos indirectos en términos de pérdida de ingresos y productividad son de aproximadamente la mitad, según los datos de los CDC.
El ejercicio es poder
Se calcula que alrededor de 78 millones de adultos en los EE. UU. tendrán artritis en 2040. Una gran mayoría tendrán artrosis, pero eso no necesariamente significa un aumento correspondiente del dolor y de la discapacidad, siempre que las personas se sigan moviendo, según los expertos. En el informe de los CDC, se pone énfasis en la actividad física como tratamiento eficaz para muchos problemas relacionados con la artritis. En estudios anteriores de los CDC, se descubrió que disminuye el dolor y mejora la capacidad funcional en casi un 40%. Sin embargo, según otros estudios de investigación, pocos pacientes con artritis cumplen con los 150 minutos de ejercicio recomendados a la semana, y casi un tercio apenas se mueve siquiera.
"Eso puede deberse a que tal vez no cuenten con la información adecuada", sugiere la Dra. Schuchat.
"Antes, a las personas con artritis quizá se les indicaba que no hicieran actividad física por temor a que empeorara la enfermedad. Pero ahora está comprobado que la actividad física puede resultar útil y que hay maneras de mantenerse activo que pueden adaptarse a las limitaciones causadas por la artritis. Queremos que las personas sepan que es mejor tratar la artritis antes de que empeoren los síntomas", explica.
Crick comenta que los estudios de los CDC han demostrado que participar en un programa de tratamiento de la enfermedad puede reducir el dolor, la fatiga y la depresión en un 10-20%. Sin embargo, solo 1 de 10 personas con artritis aprovecha estos programas en la actualidad. La portavoz alienta a los médicos a que se los recomienden a sus pacientes.
Cómo ponerse en movimiento
Según las pautas gubernamentales, se recomiendan al menos 30 minutos de actividad física entre moderada e intensa, como dar una caminata a paso ligero, nadar o andar en bicicleta, cinco días a la semana. Si se agrega entrenamiento de fuerza o levantamiento de pesas dos o tres veces a la semana, no solo se fortalecen los músculos, sino también que se lubrican las articulaciones y se reduce la pérdida ósea.
"Cuando se tiene dolor, el ejercicio suele ser lo último que se quiere hacer", comenta la Dra. Schuchat. "Comience de a poco con una caminata corta por el parque, algo de jardinería o una vuelta en la piscina. De esta manera, se puede iniciar un patrón que se convertirá en un gran cambio a la larga".
Jasvinder Singh, MD, un reumatólogo de la Universidad de Alabama, en Birmingham, que estudia la eficacia comparativa de los tratamientos de la artritis, expresa su apoyo firme a las recomendaciones de los CDC con respecto a la actividad física.
"Soy un defensor apasionado del ejercicio [por muchos motivos]", cuenta. "[Uno] es que mis pacientes regresan y me dicen que se sienten mucho mejor en general". El ejercicio también puede resultar muy útil para ayudar a las personas a ajustarse psicológicamente a la artritis y, a largo plazo, sentir que tienen mayor control de su vida.
"Además, el ejercicio ayuda a tratar otras enfermedades crónicas que puedan tener. Las personas que están en forma presentan un riesgo menor de sufrir ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y diabetes, y tienen mayores probabilidades de mantener un peso saludable. Por eso, se los recomiendo mucho a mis pacientes".
Uno de los problemas, según el Dr. Singh, es que las recomendaciones de ejercicio generalizadas no necesariamente tienen en cuenta las necesidades de un paciente en particular, como la gravedad y el tipo de artritis, las articulaciones afectadas y otros problemas de salud crónicos como la obesidad. Recomienda que los médicos y los pacientes colaboren para desarrollar un programa de ejercicio personalizado, en caso de ser necesario.
En la Arthritis Foundation, contamos con una herramienta en línea llamada Su solución de ejercicio (la herramienta YES) que orienta a las personas para que encuentren las actividades adecuadas y las modifiquen según sus necesidades, según las articulaciones específicas que tengan afectadas y su estado físico.
El Dr. Singh observa que solo en casos raros y muy graves, se prohibiría el ejercicio para la mayoría de los pacientes, incluso los que tienen varios problemas de salud crónicos.
Recomienda los mismos tipos de ejercicio que los CDC: caminata a paso ligero, natación, bicicleta y remo, con la salvedad de que 150 minutos a la semana al principio puede parecer muy difícil para quienes hacen ejercicio por primera vez.
"Les aconsejo que comiencen de a poco y vayan avanzando. No es necesario que la actividad se haga en incrementos de 30 minutos. Es igual de eficaz hacer ejercicio en tres segmentos de 10 minutos al día. Pero les digo a los pacientes que tengo que ver avances en un período de dos a seis meses", comenta.
Al Dr. Singh le gusta especialmente el método de los amigos, que consiste en entrenar con un compañero y controlarse mutuamente.
"Me parece que los programas de amigos o compañeros son el camino indicado. La mayoría de las personas no se sienten muy motivadas, pero la presión del grupo es una fuerza poderosa, independientemente de la edad. No solo para los adolescentes. Realmente funciona [para mantener a las personas motivadas]", afirma.
Autora: Linda Rath para la Arthritis Foundation