La nueva realidad de Emily Simpson, la estrella de "Real Housewives"
Emily Simpson está acostumbrada a la presión. En "The Real Housewives of Orange County" (RHOC), se enfrenta a menudo al drama y al intenso escrutinio que implica formar parte de un reality show. Sin embargo, ni siquiera el estrés de que las cámaras documenten todos sus movimientos se compara con las dificultades de vivir con el dolor crónico de la artritis.
Hace dos años, esta abogada de 44 años y madre de una niña de 6 años y de gemelos de 4 años empezó a sentir dolor y rigidez en la cadera izquierda. Caminar largas distancias aumentaba su malestar, así que empezó a tomar atajos, como estacionar el auto lo más cerca posible cuando llevaba a su hija, Annabelle, al colegio. En las salidas familiares al cine, Emily (cuyo marido, Shane, es el padre de sus dos "hijas extra": Chanel, 14, y Shelby, 19) pedía el asiento del pasillo para poder estirar las piernas cómodamente.
"Cambié muchos aspectos de mi vida", admite. "Cuando tienes dolor crónico, cada segundo del día es una lucha".
Un problema creciente
En un principio, Emily creía que el dolor de la cadera y la pierna izquierda era consecuencia de un tirón muscular.
"Tomé Advil para el dolor, pero cada vez era peor", comenta. "Llegué al punto de no poder acostarme ni atarme los zapatos sin ayuda de mi marido".
El impacto emocional finalmente alcanzó a Emily el año pasado cuando vio cómo su calidad de vida caía por completo. Hacer ejercicio con su entrenador personal la dejaba en un estado de agonía, y se enfrentó a tener que decirle a sus gemelos, Luke y Keller, que no se sentía lo suficientemente bien como para jugar con ellos. En RHOC, habló abiertamente de sus luchas contra el dolor y las molestias, y se mantuvo firme.
"Llegué a un punto en el que la combinación de dolor e inmovilidad me dejó deprimida", comparte Emily. "Perdí la motivación y dejé de hacer ejercicio con mi entrenador personal. Como resultado, aumenté 20 libras."
El peso adicional solo aumentó su malestar. Por si fuera poco, Emily se resbaló con algo de confeti en la final de diciembre de RHOC y se cayó sobre su ya dolorida cadera. Pensando que podía haber sufrido una fractura, visitó a su médico y se sorprendió cuando las radiografías mostraron que su cadera izquierda no tenía cartílago.
"Mi madre se operó de la cadera el año pasado a la edad de 67, pero yo no esperaba operarme de la cadera a mi edad", comenta Emily. "Mi médico me dijo que tenía un hueso de la cadera mal formado que provocaba daños en el cartílago y una artritis temprana".
Pequeños objetivos, grandes éxitos
La afección de la cadera de Emily, conocida como síndrome de pinzamiento femoroacetabular (FAIS), puede provocar dolor crónico y está asociada a la artrosis progresiva de la cadera.
"La razón por la que su cadera se desgastó prematuramente es porque su cadera izquierda tenía una forma anormal", afirma su cirujano ortopédico, Chris Mellano, MD. Su otra cadera, que ha tenido el mismo uso a lo largo de su vida, "parece perfecta; no está desgastada porque tiene una forma normal".
Le dijo a Emily que la cirugía de reemplazo de cadera era la mejor opción para aliviar su dolor y ayudarla a retomar su estilo de vida activo, y en junio de 2019, sabiendo que la cirugía era inevitable, Emily se comprometió a perder las libras de más que había aumentado.
"Estar sano, delgado y fuerte siempre es bueno antes de una operación así", afirma el Dr. Mellano.
"Sabía que, aunque me doliera moverme, tenía que perder peso y aliviar la presión de la cadera izquierda y moverme a diario para combatir la artritis", expresa Emily.
Cuando escuchó hablar de un programa de entrenamiento físico y pérdida de peso de 12 semanas que ofrecía una entrenadora local, Paulina Taylor Hefferan, Emily decidió probarlo.
"Paulina me ayudó a adaptar los ejercicios, así que, por ejemplo, hacía flexiones de la parte superior del cuerpo apoyada en la pared en vez de en el suelo", comenta Emily. "Entrené con Paulina tres veces por semana y me ayudó a establecer pequeños objetivos semanales, para que no me pareciera abrumador".
También cambió su alimentación. Dejó de comer alimentos "al paso", como sobras de macarrones con queso, y empezó a comer de forma más consciente, utilizando una lista de cambios de alimentos saludables y una guía de nutrición.
Nueva cadera, ¡hurra!
Pronto, Emily vio que las libras de más desaparecían, y el octubre pasado se sometió a una operación de prótesis de cadera. Aunque estaba nerviosa antes de la intervención, también le entusiasmaba la idea de por fin vivir sin dolor.
"Tuve algo de dolor después de la operación, pero mi madre, mi marido y mis hijos me cuidaron bien mientras me recuperaba", comparte.
Una nueva cadera ayudó a corregir su mecánica musculoesquelética, por lo que el dolor crónico de rodilla que también padecía ha "mejorado drásticamente", comenta el Dr. Mellano.
"Su operación y recuperación fueron bastante típicas, excepto que es más joven que el promedio de los pacientes de prótesis de cadera", afirma. "La gente considera el reemplazo de cadera como algo que hacen los abuelos, y aunque eso es cierto, los implantes son mucho menos invasivos y duran mucho más".
Aconseja a los pacientes más jóvenes, como Emily, que se sometan a una operación de reemplazco de la articulación antes que esperar. "La mejora de la calidad de vida es tremenda".
Lo fue para Emily. Tres semanas después de la operación, asistió a la reunión de la temporada 14 de RHOC (en silla de ruedas para no pasarse). Cinco semanas después de la operación, todavía estaba dolorida, pero caminaba sin cojear por primera vez en dos años.
Ahora que Emily ya no tiene dolor de cadera, espera volver a estar en actividad.
"Quiero hacer cosas que no había podido hacer durante un tiempo", comparte. "Caminar fue una lucha, pero ahora quiero ir de excursión con mis hijos, llevarlos a Disneylandia y vivir una vida activa". LINDA CHILDERS
Hace dos años, esta abogada de 44 años y madre de una niña de 6 años y de gemelos de 4 años empezó a sentir dolor y rigidez en la cadera izquierda. Caminar largas distancias aumentaba su malestar, así que empezó a tomar atajos, como estacionar el auto lo más cerca posible cuando llevaba a su hija, Annabelle, al colegio. En las salidas familiares al cine, Emily (cuyo marido, Shane, es el padre de sus dos "hijas extra": Chanel, 14, y Shelby, 19) pedía el asiento del pasillo para poder estirar las piernas cómodamente.
"Cambié muchos aspectos de mi vida", admite. "Cuando tienes dolor crónico, cada segundo del día es una lucha".
Un problema creciente
En un principio, Emily creía que el dolor de la cadera y la pierna izquierda era consecuencia de un tirón muscular.
"Tomé Advil para el dolor, pero cada vez era peor", comenta. "Llegué al punto de no poder acostarme ni atarme los zapatos sin ayuda de mi marido".
El impacto emocional finalmente alcanzó a Emily el año pasado cuando vio cómo su calidad de vida caía por completo. Hacer ejercicio con su entrenador personal la dejaba en un estado de agonía, y se enfrentó a tener que decirle a sus gemelos, Luke y Keller, que no se sentía lo suficientemente bien como para jugar con ellos. En RHOC, habló abiertamente de sus luchas contra el dolor y las molestias, y se mantuvo firme.
"Llegué a un punto en el que la combinación de dolor e inmovilidad me dejó deprimida", comparte Emily. "Perdí la motivación y dejé de hacer ejercicio con mi entrenador personal. Como resultado, aumenté 20 libras."
El peso adicional solo aumentó su malestar. Por si fuera poco, Emily se resbaló con algo de confeti en la final de diciembre de RHOC y se cayó sobre su ya dolorida cadera. Pensando que podía haber sufrido una fractura, visitó a su médico y se sorprendió cuando las radiografías mostraron que su cadera izquierda no tenía cartílago.
"Mi madre se operó de la cadera el año pasado a la edad de 67, pero yo no esperaba operarme de la cadera a mi edad", comenta Emily. "Mi médico me dijo que tenía un hueso de la cadera mal formado que provocaba daños en el cartílago y una artritis temprana".
Pequeños objetivos, grandes éxitos
La afección de la cadera de Emily, conocida como síndrome de pinzamiento femoroacetabular (FAIS), puede provocar dolor crónico y está asociada a la artrosis progresiva de la cadera.
"La razón por la que su cadera se desgastó prematuramente es porque su cadera izquierda tenía una forma anormal", afirma su cirujano ortopédico, Chris Mellano, MD. Su otra cadera, que ha tenido el mismo uso a lo largo de su vida, "parece perfecta; no está desgastada porque tiene una forma normal".
Le dijo a Emily que la cirugía de reemplazo de cadera era la mejor opción para aliviar su dolor y ayudarla a retomar su estilo de vida activo, y en junio de 2019, sabiendo que la cirugía era inevitable, Emily se comprometió a perder las libras de más que había aumentado.
"Estar sano, delgado y fuerte siempre es bueno antes de una operación así", afirma el Dr. Mellano.
"Sabía que, aunque me doliera moverme, tenía que perder peso y aliviar la presión de la cadera izquierda y moverme a diario para combatir la artritis", expresa Emily.
Cuando escuchó hablar de un programa de entrenamiento físico y pérdida de peso de 12 semanas que ofrecía una entrenadora local, Paulina Taylor Hefferan, Emily decidió probarlo.
"Paulina me ayudó a adaptar los ejercicios, así que, por ejemplo, hacía flexiones de la parte superior del cuerpo apoyada en la pared en vez de en el suelo", comenta Emily. "Entrené con Paulina tres veces por semana y me ayudó a establecer pequeños objetivos semanales, para que no me pareciera abrumador".
También cambió su alimentación. Dejó de comer alimentos "al paso", como sobras de macarrones con queso, y empezó a comer de forma más consciente, utilizando una lista de cambios de alimentos saludables y una guía de nutrición.
Nueva cadera, ¡hurra!
Pronto, Emily vio que las libras de más desaparecían, y el octubre pasado se sometió a una operación de prótesis de cadera. Aunque estaba nerviosa antes de la intervención, también le entusiasmaba la idea de por fin vivir sin dolor.
"Tuve algo de dolor después de la operación, pero mi madre, mi marido y mis hijos me cuidaron bien mientras me recuperaba", comparte.
Una nueva cadera ayudó a corregir su mecánica musculoesquelética, por lo que el dolor crónico de rodilla que también padecía ha "mejorado drásticamente", comenta el Dr. Mellano.
"Su operación y recuperación fueron bastante típicas, excepto que es más joven que el promedio de los pacientes de prótesis de cadera", afirma. "La gente considera el reemplazo de cadera como algo que hacen los abuelos, y aunque eso es cierto, los implantes son mucho menos invasivos y duran mucho más".
Aconseja a los pacientes más jóvenes, como Emily, que se sometan a una operación de reemplazco de la articulación antes que esperar. "La mejora de la calidad de vida es tremenda".
Lo fue para Emily. Tres semanas después de la operación, asistió a la reunión de la temporada 14 de RHOC (en silla de ruedas para no pasarse). Cinco semanas después de la operación, todavía estaba dolorida, pero caminaba sin cojear por primera vez en dos años.
Ahora que Emily ya no tiene dolor de cadera, espera volver a estar en actividad.
"Quiero hacer cosas que no había podido hacer durante un tiempo", comparte. "Caminar fue una lucha, pero ahora quiero ir de excursión con mis hijos, llevarlos a Disneylandia y vivir una vida activa". LINDA CHILDERS