Tres nuevos estudios muestran cómo el exceso de peso empeora la artritis inflamatoria
Se sabe que la obesidad está asociada con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades reumáticas y empeorar los resultados. Tres estudios recientes, presentados hace poco en la Reunión anual del American College of Rheumatology de 2017, describieron con más detalle los efectos perjudiciales del sobrepeso en las personas que padecen artritis reumatoide (AR) o espondiloartritis axial (EaAx).
En resumen, los tres estudios demostraron que:
A pesar de que existe evidencia sólida que respalda el impacto negativo que tiene la obesidad en los resultados de las enfermedades reumáticas, los expertos coinciden en que es un reto para los pacientes lograr bajar de peso.
«Es un círculo vicioso dentro de la población que atendemos», dice Elena Nikiphorou, MD, autora principal de uno de los estudios y reumatóloga en Whittington Hospital en Londres. «La obesidad es un factor de riesgo de la enfermedad, así como una consecuencia y una causa de esta».
Stefano Alivernini, MD, es el autor principal de otro de los estudios, investigador académico y consultor del Instituto de Reumatología de la Catholic University of the Sacred Heart de Roma. «La obesidad debe abordarse [con] un enfoque multidisciplinar, no limitándose a decirle a las personas que bajen de peso», afirma. «La inflamación leve [causada por el sobrepeso] debe detenerse, no puede ignorarse».
Los investigadores, liderados por la doctora Nikiphorou, descubrieron que un mayor índice de masa corporal (IMC) se asociaba con tasas de remisión más bajas y una mayor discapacidad.
El estudio utilizó los datos provenientes de dos grandes cohortes del Reino Unido, compuestos por 2,420 personas con artritis reumatoide temprana. Como referencia, el 37.2 por ciento de las personas registradas en el estudio tenía sobrepeso (que generalmente se define como un IMC entre 25 y 29.9), y el 21.3 por ciento tenía obesidad (IMC de 30 o superior). La obesidad disminuyó la probabilidad de alcanzar la remisión y tener una baja actividad de la enfermedad, en un 29 y un 31 por ciento, respectivamente, según la puntuación de actividad de la enfermedad (DAS). El estudio también demostró que la obesidad aumentaba en un 63 por ciento el riesgo de sufrir una mayor discapacidad (según la medición del cuestionario de evaluación de la salud, o HAQ).
«La obesidad tiene un efecto sumamente negativo a la hora de alcanzar los objetivos del tratamiento con una meta para la artritis reumatoide, tanto en cuanto a la actividad de la enfermedad como a la capacidad funcional. Los resultados de nuestro estudio son un argumento sólido para considerar el IMC en las personas con artritis reumatoide, y destacan que la obesidad no debe ignorarse en los cuidados secundarios rutinarios», afirma la doctora Nikiphorou.
En otro estudio, investigadores italianos, liderados por el doctor Alivernini, examinaron los efectos del sobrepeso y la obesidad en el daño articular. Participaron 125 pacientes con AR, que fueron divididos en tres grupos diferentes: aquellos que nunca habían recibido tratamiento, aquellos que presentaron una respuesta inadecuada al tratamiento, y aquellos que alcanzaron una remisión estable después del tratamiento. En los tres grupos, entre el 56 y el 59 por ciento de los pacientes tenía sobrepeso u obesidad; los demás tenían un peso normal. Se tomó una biopsia del tejido sinovial, que recubre la articulación, a todos los pacientes, y se analizaron para detectar marcadores del sistema inmunitario asociados a la inflamación.
«Descubrimos que tener sobrepeso u obesidad influye considerablemente en la inflamación de las articulaciones durante la aparición de la enfermedad antes de iniciar el tratamiento farmacológico; además, las probabilidades de remisión un año después fueron significativamente menores en los pacientes que tenían sobrepeso u obesidad, en comparación con las personas cuyo peso era normal», dice el doctor Alivernini. «Incluso entre los pacientes que logran la remisión clínica con el tratamiento, es más probable que quienes tienen sobrepeso u obesidad tengan una inflamación articular residual, en comparación con las personas cuyo peso es normal».
Asimismo, explica: «Creemos que estos resultados son importantes y que apoyan la idea de que se debe realizar un seguimiento del IMC, incluso en los pacientes con artritis reumatoide que obtienen los mejores resultados con el tratamiento. Dado que el peso corporal es un factor modificable, se recomienda adoptar un enfoque multidisciplinar estándar en relación con la pérdida de peso, en el que participen un reumatólogo, un nutricionista y un psicólogo, para mejorar el control de la enfermedad».
Un tercer estudio analizó los datos de 683 pacientes con inflamación crónica en la articulación sacroilíaca y la columna vertebral, inscritos en el Registro de Espondilitis Anquilosante de Irlanda (ASRI). Los investigadores descubrieron que los pacientes con sobrepeso (38 por ciento) u obesidad (28.4 por ciento) solían ser mayores, tenían la enfermedad durante más tiempo y presentaban más comorbilidades (como hipertensión y niveles elevados de lípidos) que los participantes que tenían un peso normal. El estudio demostró que la obesidad era un factor predictor independiente de un aumento significativo de la actividad de la enfermedad y del deterioro de la función física.
«Descubrimos que los pacientes con obesidad padecían una enfermedad más grave que sus homólogos con peso normal y sobrepeso, y que tenían índices más altos de actividad de la enfermedad, deterioro de la calidad de vida, discapacidad y [pérdida de] funcionalidad, así como una menor movilidad de la columna vertebral», dice Geraldine Fitzgerald, MD, autora principal del estudio y reumatóloga del St. James' Hospital en Dublin, Irlanda. «Hace falta más investigación sobre el efecto que tiene la pérdida de peso en las personas con esta enfermedad. No obstante, los reumatólogos deberían incluir estrategias para controlar el peso de forma activa cuando elaboren los planes de tratamiento para los pacientes con espondiloartropatía axial».
La doctora Fitzgerald afirma que un aspecto sorprendente de este estudio fue el alto porcentaje de pacientes con sobrepeso y obesidad. «Solemos creer que los pacientes con espondiloartropatía axial tienen un peso normal o son delgados», señala. «Más de dos tercios de los participantes en el estudio tenían un peso poco saludable, y solo el 32 por ciento tenía un IMC saludable».
«Estos estudios realizados en Irlanda, Italia y el Reino Unido demuestran que la obesidad es un problema de salud internacional», afirma Margaret Tsai, MD, reumatóloga de la Cleveland Clinic de Ohio. «Los tres abstractos se respaldan mutuamente, y muestran que la obesidad es un factor independiente que afecta negativamente a las personas con espondiloartropatía axial y artritis reumatoide. Como médicos, tenemos que incluir el control del peso en nuestros planes de tratamiento». La doctora Tsai, quien no participó en ninguno de los estudios, fue moderadora en una conferencia de prensa donde se examinaron estos estudios.
«La obesidad y la pérdida de peso son temas delicados para los pacientes. Para tratar la obesidad, puede ser más eficaz un programa multidimensional, que incluya educación sobre nutrición, ejercicio de bajo impacto con pesas, y consultas regulares que proporcionen apoyo y retroalimentación. Es evidente que la obesidad es un tema prioritario que toda la comunidad médica debe abordar», comenta la doctora Tsai.
Sin embargo, la doctora Nikiphorou reconoce que bajar de peso es un gran reto. Comenta que «es importante identificar la mejor estrategia y que esta deber personalizarse según las necesidades y capacidades de cada individuo». «Las conclusiones de los tres estudios sugieren que la obesidad es un problema que no debe ignorarse, y que tiene un gran efecto en los resultados».
Autora: Alice Goodman
En resumen, los tres estudios demostraron que:
- La obesidad disminuye las posibilidades de alcanzar los objetivos del tratamiento para la AR y se asocia a una mayor discapacidad derivada de la enfermedad.
- Los pacientes con sobrepeso y obesidad que padecen AR tienen más inflamación articular (sinovitis) que los pacientes cuyo peso es normal.
- Los pacientes con obesidad que padecen espondiloartropatía axial (artritis inflamatoria que afecta principalmente a la columna vertebral y la pelvis) presentan más síntomas, tienen una función física más deficiente y una peor calidad de vida, en comparación con los pacientes cuyo peso es normal.
A pesar de que existe evidencia sólida que respalda el impacto negativo que tiene la obesidad en los resultados de las enfermedades reumáticas, los expertos coinciden en que es un reto para los pacientes lograr bajar de peso.
«Es un círculo vicioso dentro de la población que atendemos», dice Elena Nikiphorou, MD, autora principal de uno de los estudios y reumatóloga en Whittington Hospital en Londres. «La obesidad es un factor de riesgo de la enfermedad, así como una consecuencia y una causa de esta».
Stefano Alivernini, MD, es el autor principal de otro de los estudios, investigador académico y consultor del Instituto de Reumatología de la Catholic University of the Sacred Heart de Roma. «La obesidad debe abordarse [con] un enfoque multidisciplinar, no limitándose a decirle a las personas que bajen de peso», afirma. «La inflamación leve [causada por el sobrepeso] debe detenerse, no puede ignorarse».
Los objetivos del tratamiento para la AR: discapacidad
Los investigadores, liderados por la doctora Nikiphorou, descubrieron que un mayor índice de masa corporal (IMC) se asociaba con tasas de remisión más bajas y una mayor discapacidad.
El estudio utilizó los datos provenientes de dos grandes cohortes del Reino Unido, compuestos por 2,420 personas con artritis reumatoide temprana. Como referencia, el 37.2 por ciento de las personas registradas en el estudio tenía sobrepeso (que generalmente se define como un IMC entre 25 y 29.9), y el 21.3 por ciento tenía obesidad (IMC de 30 o superior). La obesidad disminuyó la probabilidad de alcanzar la remisión y tener una baja actividad de la enfermedad, en un 29 y un 31 por ciento, respectivamente, según la puntuación de actividad de la enfermedad (DAS). El estudio también demostró que la obesidad aumentaba en un 63 por ciento el riesgo de sufrir una mayor discapacidad (según la medición del cuestionario de evaluación de la salud, o HAQ).
«La obesidad tiene un efecto sumamente negativo a la hora de alcanzar los objetivos del tratamiento con una meta para la artritis reumatoide, tanto en cuanto a la actividad de la enfermedad como a la capacidad funcional. Los resultados de nuestro estudio son un argumento sólido para considerar el IMC en las personas con artritis reumatoide, y destacan que la obesidad no debe ignorarse en los cuidados secundarios rutinarios», afirma la doctora Nikiphorou.
El daño articular en la AR
En otro estudio, investigadores italianos, liderados por el doctor Alivernini, examinaron los efectos del sobrepeso y la obesidad en el daño articular. Participaron 125 pacientes con AR, que fueron divididos en tres grupos diferentes: aquellos que nunca habían recibido tratamiento, aquellos que presentaron una respuesta inadecuada al tratamiento, y aquellos que alcanzaron una remisión estable después del tratamiento. En los tres grupos, entre el 56 y el 59 por ciento de los pacientes tenía sobrepeso u obesidad; los demás tenían un peso normal. Se tomó una biopsia del tejido sinovial, que recubre la articulación, a todos los pacientes, y se analizaron para detectar marcadores del sistema inmunitario asociados a la inflamación.
«Descubrimos que tener sobrepeso u obesidad influye considerablemente en la inflamación de las articulaciones durante la aparición de la enfermedad antes de iniciar el tratamiento farmacológico; además, las probabilidades de remisión un año después fueron significativamente menores en los pacientes que tenían sobrepeso u obesidad, en comparación con las personas cuyo peso era normal», dice el doctor Alivernini. «Incluso entre los pacientes que logran la remisión clínica con el tratamiento, es más probable que quienes tienen sobrepeso u obesidad tengan una inflamación articular residual, en comparación con las personas cuyo peso es normal».
Asimismo, explica: «Creemos que estos resultados son importantes y que apoyan la idea de que se debe realizar un seguimiento del IMC, incluso en los pacientes con artritis reumatoide que obtienen los mejores resultados con el tratamiento. Dado que el peso corporal es un factor modificable, se recomienda adoptar un enfoque multidisciplinar estándar en relación con la pérdida de peso, en el que participen un reumatólogo, un nutricionista y un psicólogo, para mejorar el control de la enfermedad».
La obesidad y la espondiloartropatía
Un tercer estudio analizó los datos de 683 pacientes con inflamación crónica en la articulación sacroilíaca y la columna vertebral, inscritos en el Registro de Espondilitis Anquilosante de Irlanda (ASRI). Los investigadores descubrieron que los pacientes con sobrepeso (38 por ciento) u obesidad (28.4 por ciento) solían ser mayores, tenían la enfermedad durante más tiempo y presentaban más comorbilidades (como hipertensión y niveles elevados de lípidos) que los participantes que tenían un peso normal. El estudio demostró que la obesidad era un factor predictor independiente de un aumento significativo de la actividad de la enfermedad y del deterioro de la función física.
«Descubrimos que los pacientes con obesidad padecían una enfermedad más grave que sus homólogos con peso normal y sobrepeso, y que tenían índices más altos de actividad de la enfermedad, deterioro de la calidad de vida, discapacidad y [pérdida de] funcionalidad, así como una menor movilidad de la columna vertebral», dice Geraldine Fitzgerald, MD, autora principal del estudio y reumatóloga del St. James' Hospital en Dublin, Irlanda. «Hace falta más investigación sobre el efecto que tiene la pérdida de peso en las personas con esta enfermedad. No obstante, los reumatólogos deberían incluir estrategias para controlar el peso de forma activa cuando elaboren los planes de tratamiento para los pacientes con espondiloartropatía axial».
La doctora Fitzgerald afirma que un aspecto sorprendente de este estudio fue el alto porcentaje de pacientes con sobrepeso y obesidad. «Solemos creer que los pacientes con espondiloartropatía axial tienen un peso normal o son delgados», señala. «Más de dos tercios de los participantes en el estudio tenían un peso poco saludable, y solo el 32 por ciento tenía un IMC saludable».
La obesidad: un reto internacional
«Estos estudios realizados en Irlanda, Italia y el Reino Unido demuestran que la obesidad es un problema de salud internacional», afirma Margaret Tsai, MD, reumatóloga de la Cleveland Clinic de Ohio. «Los tres abstractos se respaldan mutuamente, y muestran que la obesidad es un factor independiente que afecta negativamente a las personas con espondiloartropatía axial y artritis reumatoide. Como médicos, tenemos que incluir el control del peso en nuestros planes de tratamiento». La doctora Tsai, quien no participó en ninguno de los estudios, fue moderadora en una conferencia de prensa donde se examinaron estos estudios.
«La obesidad y la pérdida de peso son temas delicados para los pacientes. Para tratar la obesidad, puede ser más eficaz un programa multidimensional, que incluya educación sobre nutrición, ejercicio de bajo impacto con pesas, y consultas regulares que proporcionen apoyo y retroalimentación. Es evidente que la obesidad es un tema prioritario que toda la comunidad médica debe abordar», comenta la doctora Tsai.
Sin embargo, la doctora Nikiphorou reconoce que bajar de peso es un gran reto. Comenta que «es importante identificar la mejor estrategia y que esta deber personalizarse según las necesidades y capacidades de cada individuo». «Las conclusiones de los tres estudios sugieren que la obesidad es un problema que no debe ignorarse, y que tiene un gran efecto en los resultados».
Autora: Alice Goodman