Jóvenes embajadores en el foco: Ethan Berkovitz, Ohio
De Ethan Berkovitz
Me llamo Ethan Berkovitz, soy estudiante de segundo de la preparatoria, tengo 16 años y mis deportes favoritos son el fútbol y el fútbol sala, un tipo de fútbol de salón con cinco jugadores por equipo. Juego en la selección de fútbol sala para menores de 16 años de Estados Unidos y este verano pude competir y representar a nuestro país en Costa Rica. Juego al fútbol desde que tenía 3 años y tengo artritis juvenil.
No siempre tuve artritis juvenil. Todo empezó cuando tenía 8 años, cuando empecé a tener dolor en las piernas, las manos y las muñecas. Pensaba que tenía dolores de crecimiento, pero fue empeorando en pocos meses. Ni siquiera podía bajar las escaleras o ir a la parada del autobús, así que mi padre tenía que cargarme. A veces, no iba a la escuela porque no me sentía muy bien, me daba fiebre y sentía náuseas. En esa época me encantaba practicar todo tipo de deportes con mis amigos y estaba en muchos equipos diferentes. También andaba en bicicleta, en monopatín, en patines y mucho más.
De repente, lo que era fácil para mí se volvió difícil. Mis padres y yo no sabíamos lo que estaba pasando. Tuve que ir a muchas citas médicas diferentes y, finalmente, acabé viendo al Dr. Stephen Spalding, un reumatólogo pediátrico. Ese día de junio de 2009, no tardó mucho en mirar mis 11 articulaciones gravemente inflamadas y decirme que tengo "artritis reumatoide juvenil".
Recuerdo que lo único que me importaba era si podía hacer una prueba a la semana siguiente y jugar al fútbol competitivo, algo que había planeado hacer durante mucho tiempo. Mis padres le consultaron a mi reumatólogo y él les dijo: "Estar activo es importante, Ethan debe seguir moviéndose". Mis padres dijeron que podía ir a la prueba. Cuando tebía dolor, era mi pasión por el fútbol y el futsal lo que me hacía seguir adelante. No sentía ningún dolor cuando practicaba el deporte que amaba. Llevaba mucho tiempo queriendo jugar en la selección de fútbol sala de los Estados Unidos; me costó cuatro años de pruebas y este año, por fin, entré en el equipo. Estaba muy emocionado; ¡fue uno de los mejores días de mi vida! Aprendí que la perseverancia en perseguir lo que uno quiere y las cosas que son importantes para uno es muy importante para hacer realidad los sueños.
Mi familia trabajó estrechamente con mis médicos para encontrar los medicamentos correctos para mí. Mis padres leyeron todo lo que pudieron sobre la enfermedad y, junto con mi médico, decidieron que debía empezar a tomar metotrexato. Al ver que no mejoraba tanto, tres semanas después, se sumaron inyecciones de un biológico. Estoy muy agradecido de que hayamos podido encontrar el plan de tratamiento adecuado, después de solo unos meses, mi médico me dijo, con una sonrisa en la cara, que ya no tenía las articulaciones inflamadas. Puede que a algunos niños no les guste ponerse vacunas, pero a mí siempre me reconforta saber que me ayudan a sentirme mejor.
Siempre sentí que tener artritis me hacía único y especial. No me importa hablar con la gente sobre esta enfermedad, es tan importante compartir nuestras historias para que los demás puedan entender que, aunque parezca que estoy bien, no siempre me siento bien. Esa es una de las razones por las que me convertí en joven embajador de la Arthritis Foundation. Los jóvenes embajadores tienen entre 13 y 17 años, y nuestro trabajo es ser la voz de los niños con artritis como yo.
Estoy muy agradecido por estar medicado, en remisión y persiguiendo mis sueños. Fue un honor representar a nuestro país en Costa Rica en la cancha de fútbol sala este verano y ayudar a concientizar a todos los niños de Estados Unidos que son #StrongerThanJA (más fuertes que la AJ). El equipo de enfermería y el médico, como mi pediatra, mis dos reumatólogos pediátricos, mi enfermera especializada me han ayudado mucho en el camino.
Mi familia ha sido especialmente afortunada con nuestra atención, mis reumatólogos pediátricos están a solo 30 minutos de casa. Sin embargo, ese no es el caso de muchos niños con artritis. Hay 300,000 niños con artritis en nuestro país, pero solo 350 reumatólogos pediátricos en ejercicio, es decir, solo 1 médico para casi 900 niños.
Por eso apoyo la Ley para Garantizar el Acceso de los Niños a Atención Especializadaa, S. 989 y la recién presentada ley complementaria H.R. 3767, que tiene como objetivo aumentar el acceso a la atención especializada para niños con enfermedades crónicas como la artritis.
Haga clic aquí para animar a su miembro del Congreso a copatrocinar este proyecto de ley y compartirle este video de Jóvenes Embajadores.
Me llamo Ethan Berkovitz, soy estudiante de segundo de la preparatoria, tengo 16 años y mis deportes favoritos son el fútbol y el fútbol sala, un tipo de fútbol de salón con cinco jugadores por equipo. Juego en la selección de fútbol sala para menores de 16 años de Estados Unidos y este verano pude competir y representar a nuestro país en Costa Rica. Juego al fútbol desde que tenía 3 años y tengo artritis juvenil.
No siempre tuve artritis juvenil. Todo empezó cuando tenía 8 años, cuando empecé a tener dolor en las piernas, las manos y las muñecas. Pensaba que tenía dolores de crecimiento, pero fue empeorando en pocos meses. Ni siquiera podía bajar las escaleras o ir a la parada del autobús, así que mi padre tenía que cargarme. A veces, no iba a la escuela porque no me sentía muy bien, me daba fiebre y sentía náuseas. En esa época me encantaba practicar todo tipo de deportes con mis amigos y estaba en muchos equipos diferentes. También andaba en bicicleta, en monopatín, en patines y mucho más.
De repente, lo que era fácil para mí se volvió difícil. Mis padres y yo no sabíamos lo que estaba pasando. Tuve que ir a muchas citas médicas diferentes y, finalmente, acabé viendo al Dr. Stephen Spalding, un reumatólogo pediátrico. Ese día de junio de 2009, no tardó mucho en mirar mis 11 articulaciones gravemente inflamadas y decirme que tengo "artritis reumatoide juvenil".
Recuerdo que lo único que me importaba era si podía hacer una prueba a la semana siguiente y jugar al fútbol competitivo, algo que había planeado hacer durante mucho tiempo. Mis padres le consultaron a mi reumatólogo y él les dijo: "Estar activo es importante, Ethan debe seguir moviéndose". Mis padres dijeron que podía ir a la prueba. Cuando tebía dolor, era mi pasión por el fútbol y el futsal lo que me hacía seguir adelante. No sentía ningún dolor cuando practicaba el deporte que amaba. Llevaba mucho tiempo queriendo jugar en la selección de fútbol sala de los Estados Unidos; me costó cuatro años de pruebas y este año, por fin, entré en el equipo. Estaba muy emocionado; ¡fue uno de los mejores días de mi vida! Aprendí que la perseverancia en perseguir lo que uno quiere y las cosas que son importantes para uno es muy importante para hacer realidad los sueños.
Mi familia trabajó estrechamente con mis médicos para encontrar los medicamentos correctos para mí. Mis padres leyeron todo lo que pudieron sobre la enfermedad y, junto con mi médico, decidieron que debía empezar a tomar metotrexato. Al ver que no mejoraba tanto, tres semanas después, se sumaron inyecciones de un biológico. Estoy muy agradecido de que hayamos podido encontrar el plan de tratamiento adecuado, después de solo unos meses, mi médico me dijo, con una sonrisa en la cara, que ya no tenía las articulaciones inflamadas. Puede que a algunos niños no les guste ponerse vacunas, pero a mí siempre me reconforta saber que me ayudan a sentirme mejor.
Siempre sentí que tener artritis me hacía único y especial. No me importa hablar con la gente sobre esta enfermedad, es tan importante compartir nuestras historias para que los demás puedan entender que, aunque parezca que estoy bien, no siempre me siento bien. Esa es una de las razones por las que me convertí en joven embajador de la Arthritis Foundation. Los jóvenes embajadores tienen entre 13 y 17 años, y nuestro trabajo es ser la voz de los niños con artritis como yo.
Estoy muy agradecido por estar medicado, en remisión y persiguiendo mis sueños. Fue un honor representar a nuestro país en Costa Rica en la cancha de fútbol sala este verano y ayudar a concientizar a todos los niños de Estados Unidos que son #StrongerThanJA (más fuertes que la AJ). El equipo de enfermería y el médico, como mi pediatra, mis dos reumatólogos pediátricos, mi enfermera especializada me han ayudado mucho en el camino.
Mi familia ha sido especialmente afortunada con nuestra atención, mis reumatólogos pediátricos están a solo 30 minutos de casa. Sin embargo, ese no es el caso de muchos niños con artritis. Hay 300,000 niños con artritis en nuestro país, pero solo 350 reumatólogos pediátricos en ejercicio, es decir, solo 1 médico para casi 900 niños.
Por eso apoyo la Ley para Garantizar el Acceso de los Niños a Atención Especializadaa, S. 989 y la recién presentada ley complementaria H.R. 3767, que tiene como objetivo aumentar el acceso a la atención especializada para niños con enfermedades crónicas como la artritis.
Haga clic aquí para animar a su miembro del Congreso a copatrocinar este proyecto de ley y compartirle este video de Jóvenes Embajadores.