Más que simples dolores y molestias: Kmac libra su mayor batalla contra la artritis
152. Esa es la cantidad de días que Kristen McAllister, también conocida como Kmac, pasó en el hospital en 2015. Esos 152 días faltando a la escuela, lejos de sus amigos y de su zona de confort. Pero, los 152 días representan una mera fracción de la batalla que Kristen, ahora con 21 años, ha librado desde que era niña.
A los 10 años, Kristen enfrentó su primera cirugía para extirpar nódulos reumatoides de su rodilla y mano. Para cuando cumplió 11 años, Kristen tenía varias articulaciones con dolor, solía fatigarse y lidiaba con fiebres inexplicables. Un tratamiento de tres meses de antibióticos pareció resolver los síntomas, temporariamente.
"Kristen estuvo tan bien por un tiempo que logró ser parte del equipo de danzas de la escuela media como estudiante de sexto grado en ascenso", recuerda Michele McAllister, la mamá de Kristen. "Asumimos que sus años en la escuela media y secundaria siempre incluirían el equipo de danzas, la animación deportiva competitiva, las actividades de la iglesia y los clubes escolares. Pero estábamos equivocados".
Otra cirugía de rodilla alivió gran parte del dolor de Kristen, pero la fiebre, los dolores en las articulaciones y la fatiga extrema regresaron. Como sucede en gran cantidad de niños, el camino hacia el diagnóstico fue largo y sinuoso.
"Después de tres años de evaluaciones médicas, dos cirugías de rodilla, ocho médicos diferentes y oraciones infinitas, Kristen finalmente recibió un diagnóstico a los 13 años", dice Michele. "Es un alivio tener un diagnóstico porque estuvo enferma tanto tiempo. Parecía que nadie podía ayudarla, y por un corto tiempo, no pudieron decirnos qué estaba mal. Eso fue realmente aterrador".
[caption id="attachment_372" align="alignright" width="320"]
Kristen McAllister durante una visita reciente al hospital para tratar su artritis. [/caption]
El diagnóstico fue artritis idiopática juvenil poliarticular (AIJP), lo que la convierte en apenas una de los 300,000 niños en Estados Unidos que padecen alguna forma de artritis juvenil. Kristen ya no pudo participar en danza o en la animación deportiva, y tuvo que modificar su horario escolar.
"Perdí parte de mi infancia", dice Kristen. "Es difícil porque sé que nunca voy a recuperar ese tiempo. Dejé de ir a la escuela a tiempo completo y comencé a tomar medicamentos. Tuve que cambiar toda mi vida".
Kristen también tiene hipogammaglobulinemia/inmunodeficiencia común variable (CVID), un trastorno de inmunodeficiencia primaria. Además, tiene inflamación de los ojos, denominada uveítis, que es una complicación común de la AIJ. A pesar de que muchas personas asumen que la artritis se trata básicamente de dolores y molestias, para Kristen, y miles de personas como ella, la artritis es mucho más que eso.
"He visto cómo ataca sus ojos", dice Lauren, hermana de Kristen. "He visto cómo ataca sus articulaciones y órganos.
En febrero de 2015, la condición de Kristen tomó un giro aterrador cuando desarrolló sepsis.
A los 10 años, Kristen enfrentó su primera cirugía para extirpar nódulos reumatoides de su rodilla y mano. Para cuando cumplió 11 años, Kristen tenía varias articulaciones con dolor, solía fatigarse y lidiaba con fiebres inexplicables. Un tratamiento de tres meses de antibióticos pareció resolver los síntomas, temporariamente.
"Kristen estuvo tan bien por un tiempo que logró ser parte del equipo de danzas de la escuela media como estudiante de sexto grado en ascenso", recuerda Michele McAllister, la mamá de Kristen. "Asumimos que sus años en la escuela media y secundaria siempre incluirían el equipo de danzas, la animación deportiva competitiva, las actividades de la iglesia y los clubes escolares. Pero estábamos equivocados".
Otra cirugía de rodilla alivió gran parte del dolor de Kristen, pero la fiebre, los dolores en las articulaciones y la fatiga extrema regresaron. Como sucede en gran cantidad de niños, el camino hacia el diagnóstico fue largo y sinuoso.
"Después de tres años de evaluaciones médicas, dos cirugías de rodilla, ocho médicos diferentes y oraciones infinitas, Kristen finalmente recibió un diagnóstico a los 13 años", dice Michele. "Es un alivio tener un diagnóstico porque estuvo enferma tanto tiempo. Parecía que nadie podía ayudarla, y por un corto tiempo, no pudieron decirnos qué estaba mal. Eso fue realmente aterrador".
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El diagnóstico fue artritis idiopática juvenil poliarticular (AIJP), lo que la convierte en apenas una de los 300,000 niños en Estados Unidos que padecen alguna forma de artritis juvenil. Kristen ya no pudo participar en danza o en la animación deportiva, y tuvo que modificar su horario escolar.
"Perdí parte de mi infancia", dice Kristen. "Es difícil porque sé que nunca voy a recuperar ese tiempo. Dejé de ir a la escuela a tiempo completo y comencé a tomar medicamentos. Tuve que cambiar toda mi vida".
Kristen también tiene hipogammaglobulinemia/inmunodeficiencia común variable (CVID), un trastorno de inmunodeficiencia primaria. Además, tiene inflamación de los ojos, denominada uveítis, que es una complicación común de la AIJ. A pesar de que muchas personas asumen que la artritis se trata básicamente de dolores y molestias, para Kristen, y miles de personas como ella, la artritis es mucho más que eso.
"He visto cómo ataca sus ojos", dice Lauren, hermana de Kristen. "He visto cómo ataca sus articulaciones y órganos.
En febrero de 2015, la condición de Kristen tomó un giro aterrador cuando desarrolló sepsis.