Hombres con dolor crónico: Ser un padre con artritis
Por Pete Scalia
¡Hola! Me llamo Pete. Me diagnosticaron artritis reumatoide severa cuando tenía 30 años.
Tuve mis síntomas bajo control durante algunos años, hasta que mi esposa y yo decidimos que queríamos iniciar una familia. Para mí, eso significó pausar mis tratamientos mientras intentábamos concebir.
Desfortunadamente, tomó mucho más tiempo del que habíamos planeado. Después de meses sin tomar mis medicamentos regulares, nuestro primer embarazo terminó en un aborto espontáneo.
Finalmente, a través del milagro de la fertilización in vitro, pudimos concebir a nuestra primera hija, Lola. Pero para entonces, mi cuerpo había cambiado significativamente.
La larga interrupción de mis medicamentos, junto con los efectos de los corticoesteroides que estaba tomando para controlar mis síntomas, habían afectado drásticamente mis apariencia y mi movilidad. Cuando intenté retomar mi vieja rutina, ninguno de mis tratamientos anteriores funcionó.
Me tomó casi otro año entero encontrar tratamientos que me funcionaran. Durante ese período, los cartílagos de mis caderas, rodillas y otras partes del cuerpo se destruyeron por completo. Me realizaron una cirugía bilateral de reemplazo de cadera, y 14 meses después también me reemplazaron ambas rodillas.
Pero en medio de esta locura, también fui papá. Lola tenía solo seis meses cuando me operaron las rodillas. Fue una etapa oscura para mí. Me preguntaba qué clase de padre podría ser, si ni siquiera podía levantarme de la cama para alzar a mi propia hija.
Entonces algo cambió. Mi esposa, Amy, me dijo que era como el ave fénix, que era hora de que me levantara. Estaba concentrado. Determinado. Un día, moví mis piernas vendadas hacia el costado de la cama, me apoyé en mi andador y fui hasta la habitación de nuestra bebita por primera vez. En ese momento me prometí a mí mismo que NUNCA ME RENDIRÍA.
Dado que siempre trabajé en los medios, considero que es mi obligación compartir mi historia en la televisión, las redes sociales y a través de mi colaboración con la Arthritis Foundation. Me puse como misión educar, inspirar e iluminar a las personas para que sepan lo que es vivir con artritis, y alentar a otras personas como yo a que nunca se rindan.
Ahora tenemos la bendición de ser una familia de cinco. Nuestro hijos —Lola, Sofía y Nico— saben que las manos y los pies de papi son especiales. Saben que mi artritis no desaparecerá.
A través de nuestra colaboración con la Arthritis Foundation, también conocieron a muchos niños increíbles de su edad que tienen artritis, igual que su papá.
.
Como padre, quieres que tus hijos piensen que tienes todas las respuestas y que eres invencible. Pero yo no deseo eso, porque no es así.
Es difícil ocultar el dolor que siento a diario. Y puede ser difícil aceptar que hay ciertas cosas que no puedes hacer con tus hijos. Pero prefiero concentrarme en las cosas que SÍ PUEDO hacer, porque incluso los momentos más simples pueden crear recuerdos perdurables y valiosas lecciones de vida.
Para todos los hombres y papás que viven con artritis, estoy aquí para decirles que todo estará bien.
Es normal sentir dolor. Es normal mostrar su dolor y frustración. Son valientes por simplemente levantarse y "vivir la vida" todos los días. Sus hijos igual los verán como una especie de superhéroe.
Recuerden que no están solos. Está bien que hablen sobre lo que sienten. Y sepan que yo y muchos otros papás que viven con artritis estamos aquí si nos necesitan.
Si conviven con la artritis y desean compartir sus experiencias, en especial todos los hombres y papas que tengan algún tipo de artritis, también pueden compartir su historia. Marquen la diferencia e inscríbanse para ser parte del Panel de voces de pacientes de la Arthritis Foundation hoy mismo.
Una de las cosas más poderosas que puede hacer para ayudar a otras personas con artritis es compartir SU historia. La experiencia que usted ha vivido puede ayudar a alguien a sentir que no está solo. Tanto si lo han diagnosticado recientemente como si lleva más de 20 años con artritis, o tal vez si es un cuidador que tiene a un ser querido con artritis, comparta su Historia sobre decir sí.
¡Hola! Me llamo Pete. Me diagnosticaron artritis reumatoide severa cuando tenía 30 años.
Tuve mis síntomas bajo control durante algunos años, hasta que mi esposa y yo decidimos que queríamos iniciar una familia. Para mí, eso significó pausar mis tratamientos mientras intentábamos concebir.
Desfortunadamente, tomó mucho más tiempo del que habíamos planeado. Después de meses sin tomar mis medicamentos regulares, nuestro primer embarazo terminó en un aborto espontáneo.
Finalmente, a través del milagro de la fertilización in vitro, pudimos concebir a nuestra primera hija, Lola. Pero para entonces, mi cuerpo había cambiado significativamente.
La larga interrupción de mis medicamentos, junto con los efectos de los corticoesteroides que estaba tomando para controlar mis síntomas, habían afectado drásticamente mis apariencia y mi movilidad. Cuando intenté retomar mi vieja rutina, ninguno de mis tratamientos anteriores funcionó.
Me tomó casi otro año entero encontrar tratamientos que me funcionaran. Durante ese período, los cartílagos de mis caderas, rodillas y otras partes del cuerpo se destruyeron por completo. Me realizaron una cirugía bilateral de reemplazo de cadera, y 14 meses después también me reemplazaron ambas rodillas.
Pero en medio de esta locura, también fui papá. Lola tenía solo seis meses cuando me operaron las rodillas. Fue una etapa oscura para mí. Me preguntaba qué clase de padre podría ser, si ni siquiera podía levantarme de la cama para alzar a mi propia hija.
Entonces algo cambió. Mi esposa, Amy, me dijo que era como el ave fénix, que era hora de que me levantara. Estaba concentrado. Determinado. Un día, moví mis piernas vendadas hacia el costado de la cama, me apoyé en mi andador y fui hasta la habitación de nuestra bebita por primera vez. En ese momento me prometí a mí mismo que NUNCA ME RENDIRÍA.
Dado que siempre trabajé en los medios, considero que es mi obligación compartir mi historia en la televisión, las redes sociales y a través de mi colaboración con la Arthritis Foundation. Me puse como misión educar, inspirar e iluminar a las personas para que sepan lo que es vivir con artritis, y alentar a otras personas como yo a que nunca se rindan.
Ahora tenemos la bendición de ser una familia de cinco. Nuestro hijos —Lola, Sofía y Nico— saben que las manos y los pies de papi son especiales. Saben que mi artritis no desaparecerá.
A través de nuestra colaboración con la Arthritis Foundation, también conocieron a muchos niños increíbles de su edad que tienen artritis, igual que su papá.
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Como padre, quieres que tus hijos piensen que tienes todas las respuestas y que eres invencible. Pero yo no deseo eso, porque no es así.
Es difícil ocultar el dolor que siento a diario. Y puede ser difícil aceptar que hay ciertas cosas que no puedes hacer con tus hijos. Pero prefiero concentrarme en las cosas que SÍ PUEDO hacer, porque incluso los momentos más simples pueden crear recuerdos perdurables y valiosas lecciones de vida.
Para todos los hombres y papás que viven con artritis, estoy aquí para decirles que todo estará bien.
Es normal sentir dolor. Es normal mostrar su dolor y frustración. Son valientes por simplemente levantarse y "vivir la vida" todos los días. Sus hijos igual los verán como una especie de superhéroe.
Recuerden que no están solos. Está bien que hablen sobre lo que sienten. Y sepan que yo y muchos otros papás que viven con artritis estamos aquí si nos necesitan.
Si conviven con la artritis y desean compartir sus experiencias, en especial todos los hombres y papas que tengan algún tipo de artritis, también pueden compartir su historia. Marquen la diferencia e inscríbanse para ser parte del Panel de voces de pacientes de la Arthritis Foundation hoy mismo.
Una de las cosas más poderosas que puede hacer para ayudar a otras personas con artritis es compartir SU historia. La experiencia que usted ha vivido puede ayudar a alguien a sentir que no está solo. Tanto si lo han diagnosticado recientemente como si lleva más de 20 años con artritis, o tal vez si es un cuidador que tiene a un ser querido con artritis, comparta su Historia sobre decir sí.