La actitud alegre de Paula Abdul le permite seguir bailando más allá del dolor
Paula Abdul baila con intensidad, energía y alegría y, a veces, con dolor. Los años de baile que la catapultaron al estrellato también le produjeron artrosis (OA).
"Someto a mi cuerpo a tanto esfuerzo, haciendo coreografías y adoptando posturas que no son normales o saltando de escenarios", cuenta Paula, quien también sufre de artritis reumatoide (AR).
Golpes duros
A la exigencia que implican sus enérgicas actuaciones sobre su cuerpo, se suman las lesiones que sufrió como consecuencia de varios accidentes a lo largo de los años, incluido un incidente durante la gira de su álbum Spellbound a principios de la década de 1990 cuando el avión en el que volaba se cayó repentinamente, explica. Al no tener el cinturón de seguridad puesto, Paula sufrió una lesión en el cuello que derivó en numerosas cirugías cervicales y le produjo un síndrome de dolor regional complejo (SDRC), que la dejó incapacitada para bailar durante años.
Paula también fue diagnosticada con AR alrededor de 2005, comenta su reumatólogo, Daniel Wallace, MD, profesor de medicina en la UCLA con sede en el centro médico Cedars-Sinai. "Ella presentó un anticuerpo antipéptido citrulinado cíclico (CCP), que a menudo es un precursor de la AR", explica. Le recetaron un medicamento biológico y hace unos años cambió a otro medicamento para la AR. También usa el gel Voltaren, especialmente para el dolor en los dedos de los pies, agrega.
Actualmente con 58 años, Paula suele estar muy ocupada. Además de sus muchos otros proyectos de espectáculos, finalizó una temporada agotadora en Las Vegas la primavera pasada y tenía programado regresar en el verano. Se canceló por el COVID-19, por lo que después de actuar dos horas todas las noches durante meses, de repente se encontró en su casa en California con tiempo extra para realizar otras actividades que la hacen feliz, como bailar por la casa con sus tres perritos y probar Zumba virtual y clases de meditación.
Vivir con alegría
Paula busca alegría en casi todo lo que hace. "Solo trato de prestar la mayor atención posible a lo que me dice mi cuerpo", explica. "Quiero comer porque mi cuerpo tiene hambre y lo que sea que le doy sabe increíble y se siente bien". Y agrega, "no me gusta, per se, 'hacer ejercicio'. Pero me encanta moverme y bailar y tomar descansos del baile y simplemente poner música o salir".
La clave para mantenerse activo y sentirse bien es encontrar una actividad que sea divertida, dice Paula. En su caso, es hacer ejercicio con su máquina de remos mientras mira televisión, escuchar música y cantar a todo pulmón mientras pasea a sus perros, o poner música y bailar.
"Por mi salud mental, así como por mi dolor en las articulaciones, me tengo que mover", cuenta. "Si tu cuerpo se siente bien, inevitablemente comienzas a sentirte mejor".
Paula maneja bien su artritis y su salud, en gran parte, debido a su optimismo, comenta el Dr. Wallace. "Básicamente, el estado mental está conectado con el estado inmunológico, y ella ha demostrado que una actitud positiva puede ayudarnos mucho", agrega. -JILL TYRER
"Someto a mi cuerpo a tanto esfuerzo, haciendo coreografías y adoptando posturas que no son normales o saltando de escenarios", cuenta Paula, quien también sufre de artritis reumatoide (AR).
Golpes duros
A la exigencia que implican sus enérgicas actuaciones sobre su cuerpo, se suman las lesiones que sufrió como consecuencia de varios accidentes a lo largo de los años, incluido un incidente durante la gira de su álbum Spellbound a principios de la década de 1990 cuando el avión en el que volaba se cayó repentinamente, explica. Al no tener el cinturón de seguridad puesto, Paula sufrió una lesión en el cuello que derivó en numerosas cirugías cervicales y le produjo un síndrome de dolor regional complejo (SDRC), que la dejó incapacitada para bailar durante años.
Paula también fue diagnosticada con AR alrededor de 2005, comenta su reumatólogo, Daniel Wallace, MD, profesor de medicina en la UCLA con sede en el centro médico Cedars-Sinai. "Ella presentó un anticuerpo antipéptido citrulinado cíclico (CCP), que a menudo es un precursor de la AR", explica. Le recetaron un medicamento biológico y hace unos años cambió a otro medicamento para la AR. También usa el gel Voltaren, especialmente para el dolor en los dedos de los pies, agrega.
Actualmente con 58 años, Paula suele estar muy ocupada. Además de sus muchos otros proyectos de espectáculos, finalizó una temporada agotadora en Las Vegas la primavera pasada y tenía programado regresar en el verano. Se canceló por el COVID-19, por lo que después de actuar dos horas todas las noches durante meses, de repente se encontró en su casa en California con tiempo extra para realizar otras actividades que la hacen feliz, como bailar por la casa con sus tres perritos y probar Zumba virtual y clases de meditación.
Vivir con alegría
Paula busca alegría en casi todo lo que hace. "Solo trato de prestar la mayor atención posible a lo que me dice mi cuerpo", explica. "Quiero comer porque mi cuerpo tiene hambre y lo que sea que le doy sabe increíble y se siente bien". Y agrega, "no me gusta, per se, 'hacer ejercicio'. Pero me encanta moverme y bailar y tomar descansos del baile y simplemente poner música o salir".
La clave para mantenerse activo y sentirse bien es encontrar una actividad que sea divertida, dice Paula. En su caso, es hacer ejercicio con su máquina de remos mientras mira televisión, escuchar música y cantar a todo pulmón mientras pasea a sus perros, o poner música y bailar.
"Por mi salud mental, así como por mi dolor en las articulaciones, me tengo que mover", cuenta. "Si tu cuerpo se siente bien, inevitablemente comienzas a sentirte mejor".
Paula maneja bien su artritis y su salud, en gran parte, debido a su optimismo, comenta el Dr. Wallace. "Básicamente, el estado mental está conectado con el estado inmunológico, y ella ha demostrado que una actitud positiva puede ayudarnos mucho", agrega. -JILL TYRER