COVID-19: un año después
Por Julie Eller, copresentadora del podcast Live Yes! With Arthritis
Rebecca Gillett y yo acabamos de grabar un nuevo episodio del podcast Live Yes! With Arthritis, reflexionando sobre todo el tiempo que ha pasado y todas las cosas nuevas que sabemos ahora sobre COVID-19 y la artritis. Es increíble pensar en todo lo que ha cambiado en un año.
Hace tan solo 12 meses, yo era alguien que se relajaba los fines de semana almorzando en un bullicioso restaurante con amigos gritones, recapitulando una ajetreada semana de trabajo en la que iba de reunión en reunión por todo Washington, DC, quizás incluso haciendo un viaje rápido a Atlanta para grabar un podcast con Rebecca. Ahora soy alguien que hace Zoom para compartir las actualizaciones con colegas y amigos, combate silenciosamente la fatiga provocada por la pantalla, da paseos enérgicos al estilo de Jane Eyre y espera ansiosamente su turno para acceder a la vacuna contra el COVID-19.
Somos un pueblo cambiado. Hemos pasado de ser personas que trabajaban de forma tradicional de nueve a cinco a otras que trabajan hasta altas horas de la noche para tener más tiempo para enseñar las tablas de multiplicar a sus hijos en edad escolar o solucionar problemas en su aula de Zoom. Personas cuyos límites entre el trabajo y la vida hogareña se han desdibujado: tomando descansos entre las reuniones para hacer 10 minutos de yoga con su pareja para compensar los dolores corporales que les produce su puesto de trabajo poco ergonómico en la encimera de la cocina. Personas que han sido llevadas al límite, actuando como socorristas y trabajadores esenciales, exponiéndose a un gran riesgo cada día con el fin de mantener nuestras comunidades seguras y enteras. Personas que están de duelo por todo lo que hemos perdido a causa de esta enfermedad, el número de muertos, la recesión económica, nuestra conexión en persona con la comunidad.
Como muchos de ustedes, estoy cansada de esta pandemia. Un año después, todavía estamos aprendiendo a navegar con el peso del COVID-19 sobre nuestros hombros. Resulta difícil sentir esperanza. Pero nuestros cambiantes estilos de vida no son lo único que se ha modificado a lo largo de este año de dificultades. El panorama de lo que sabemos ahora sobre esta enfermedad, y cómo la superamos, también ha cambiado drásticamente. Aunque todavía tenemos muchos interrogantes, ahora disponemos de información sobre las medidas de salud pública que realmente funcionan para combatir esta enfermedad contagiosa y devastadora.
Sabemos que manteniendo nuestra distancia social, usando mascarilla (¡doble mascarilla hoy en día!) y lavándonos las manos a conciencia, mientras cantamos el estribillo de nuestra canción favorita, podemos mitigar algunos de los riesgos de contraer o transmitir el COVID-19. También sabemos que nuestros científicos están marcando el camino, dotándonos de nuevas vacunas, terapias y planes de tratamiento para combatir esta enfermedad.
Hace un año, Rebecca y yo grabamos nuestro primer podcast sobre esta pandemia emergente, y solo teníamos preguntas. Nuestros expertos invitados nos dieron sus mejores respuestas en ese momento, pero no teníamos mucha certeza sobre cómo reaccionar. Este mes me sentí resiliente y esperanzada, cuando Rebecca y yo tuvimos la oportunidad de retomar la conversación para actualizar lo que sabemos sobre el COVID y la artritis en la actualidad, y reflexionar sobre cuánto ha cambiado y cuántas de nuestras preguntas ahora tienen respuesta.
Una de las preguntas más importantes que siguen teniendo los pacientes de nuestra comunidad es sobre la seguridad de las vacunas contra el COVID-19 para las personas que viven con formas de artritis inmunodeprimidas. Mientras los investigadores trabajaban para producir las primeras vacunas, las personas de nuestra comunidad no fueron incluidas en la cohorte inicial del estudio. Esto significa que aún no tenemos datos que indiquen específicamente los riesgos a los que se enfrentan las personas que padecen enfermedades crónicas que comprometen la respuesta inmunitaria al recibir una de las vacunas contra el COVID-19.
Pero la Arthritis Foundation está colaborando en el reclutamiento de pacientes para un importante estudio con investigadores de la Universidad Johns Hopkins que puede cambiar esta situación. Este importante estudio espera descubrir cómo afectan las vacunas contra el COVID-19 a las personas que padecen enfermedades crónicas que comprometen el sistema inmunitario, como la artritis reumatoide. Este conocimiento nos permitirá comprender mejor la eficacia de la vacuna para ayudar a estos pacientes a obtener la inmunidad. Para saber más sobre el estudio y ver si puede ser elegible para participar, consulte: vaccineresponse.org.
Sé que hay muchísimas preguntas y muchos cambios que hemos experimentado mientras aprendemos a vivir con esta pandemia. Únase a Rebecca y a mí para hablar de todo lo que hemos aprendido en este último episodio del podcast Live Yes! With Arthritis.
Rebecca Gillett y yo acabamos de grabar un nuevo episodio del podcast Live Yes! With Arthritis, reflexionando sobre todo el tiempo que ha pasado y todas las cosas nuevas que sabemos ahora sobre COVID-19 y la artritis. Es increíble pensar en todo lo que ha cambiado en un año.
Hace tan solo 12 meses, yo era alguien que se relajaba los fines de semana almorzando en un bullicioso restaurante con amigos gritones, recapitulando una ajetreada semana de trabajo en la que iba de reunión en reunión por todo Washington, DC, quizás incluso haciendo un viaje rápido a Atlanta para grabar un podcast con Rebecca. Ahora soy alguien que hace Zoom para compartir las actualizaciones con colegas y amigos, combate silenciosamente la fatiga provocada por la pantalla, da paseos enérgicos al estilo de Jane Eyre y espera ansiosamente su turno para acceder a la vacuna contra el COVID-19.
Somos un pueblo cambiado. Hemos pasado de ser personas que trabajaban de forma tradicional de nueve a cinco a otras que trabajan hasta altas horas de la noche para tener más tiempo para enseñar las tablas de multiplicar a sus hijos en edad escolar o solucionar problemas en su aula de Zoom. Personas cuyos límites entre el trabajo y la vida hogareña se han desdibujado: tomando descansos entre las reuniones para hacer 10 minutos de yoga con su pareja para compensar los dolores corporales que les produce su puesto de trabajo poco ergonómico en la encimera de la cocina. Personas que han sido llevadas al límite, actuando como socorristas y trabajadores esenciales, exponiéndose a un gran riesgo cada día con el fin de mantener nuestras comunidades seguras y enteras. Personas que están de duelo por todo lo que hemos perdido a causa de esta enfermedad, el número de muertos, la recesión económica, nuestra conexión en persona con la comunidad.
Como muchos de ustedes, estoy cansada de esta pandemia. Un año después, todavía estamos aprendiendo a navegar con el peso del COVID-19 sobre nuestros hombros. Resulta difícil sentir esperanza. Pero nuestros cambiantes estilos de vida no son lo único que se ha modificado a lo largo de este año de dificultades. El panorama de lo que sabemos ahora sobre esta enfermedad, y cómo la superamos, también ha cambiado drásticamente. Aunque todavía tenemos muchos interrogantes, ahora disponemos de información sobre las medidas de salud pública que realmente funcionan para combatir esta enfermedad contagiosa y devastadora.
Sabemos que manteniendo nuestra distancia social, usando mascarilla (¡doble mascarilla hoy en día!) y lavándonos las manos a conciencia, mientras cantamos el estribillo de nuestra canción favorita, podemos mitigar algunos de los riesgos de contraer o transmitir el COVID-19. También sabemos que nuestros científicos están marcando el camino, dotándonos de nuevas vacunas, terapias y planes de tratamiento para combatir esta enfermedad.
Hace un año, Rebecca y yo grabamos nuestro primer podcast sobre esta pandemia emergente, y solo teníamos preguntas. Nuestros expertos invitados nos dieron sus mejores respuestas en ese momento, pero no teníamos mucha certeza sobre cómo reaccionar. Este mes me sentí resiliente y esperanzada, cuando Rebecca y yo tuvimos la oportunidad de retomar la conversación para actualizar lo que sabemos sobre el COVID y la artritis en la actualidad, y reflexionar sobre cuánto ha cambiado y cuántas de nuestras preguntas ahora tienen respuesta.
Una de las preguntas más importantes que siguen teniendo los pacientes de nuestra comunidad es sobre la seguridad de las vacunas contra el COVID-19 para las personas que viven con formas de artritis inmunodeprimidas. Mientras los investigadores trabajaban para producir las primeras vacunas, las personas de nuestra comunidad no fueron incluidas en la cohorte inicial del estudio. Esto significa que aún no tenemos datos que indiquen específicamente los riesgos a los que se enfrentan las personas que padecen enfermedades crónicas que comprometen la respuesta inmunitaria al recibir una de las vacunas contra el COVID-19.
Pero la Arthritis Foundation está colaborando en el reclutamiento de pacientes para un importante estudio con investigadores de la Universidad Johns Hopkins que puede cambiar esta situación. Este importante estudio espera descubrir cómo afectan las vacunas contra el COVID-19 a las personas que padecen enfermedades crónicas que comprometen el sistema inmunitario, como la artritis reumatoide. Este conocimiento nos permitirá comprender mejor la eficacia de la vacuna para ayudar a estos pacientes a obtener la inmunidad. Para saber más sobre el estudio y ver si puede ser elegible para participar, consulte: vaccineresponse.org.
Sé que hay muchísimas preguntas y muchos cambios que hemos experimentado mientras aprendemos a vivir con esta pandemia. Únase a Rebecca y a mí para hablar de todo lo que hemos aprendido en este último episodio del podcast Live Yes! With Arthritis.