Sachi Arya
Sachi Arya es un campeón de fuerza crónica, lo que significa que no solo controla su dolor, sino que lo combate. Lea para saber cómo encontró Sachi la forma de superar la artrosis.
No podía creer lo que oía cuando el médico me lo dijo. “Tiene artrosis”.
En aquel momento, tenía 43 años. Es cierto que no hacía ejercicio con regularidad y que no pensaba mucho en la salud de las articulaciones, pero pensaba que era demasiado joven para que me diagnosticaran artritis. Aunque me dolían mucho las rodillas y apenas podía subir las escaleras, estaba seguro de que tenía que ser otra cosa que no fuera artritis. Para colmo, también me diagnosticaron osteopenia y osteoporosis. Todo parecía estar en mi contra.
Sin embargo, recibir el diagnóstico no fue la experiencia más dolorosa. Cuando me dijeron “no tiene que preocuparse, de todas formas no va a escalar montañas”, eso me dolió más que nada.
Pensé: ¿Por qué debo aceptar lo que me tocó? Fue entonces cuando decidí que iba a dar un giro en mi vida y convertirme en alguien que nunca creí posible. Supe que iba a escalar montañas. En los últimos años, he escalado más de dos docenas de ellas. Ahora, me estoy preparando para escalar una de las cimas más prominentes de la Tierra.
Hacer cambios y fijar objetivos
Para empezar a desenvolverme en este nuevo mundo, recopilé toda la información que podía conseguir. Desde el principio, la Arthritis Foundation ha sido una gran fuente de apoyo para aprender más sobre mi enfermedad. Suelo visitar su sitio web, arthritis.org, para acceder a recursos como videos de ejercicios y artículos escritos por expertos para saber qué puedo hacer para controlar mi dolor y defenderme. También participé en la fundación uniéndome a su sede local de San Antonio, de la que ahora soy miembro de la junta, para contar con el apoyo emocional de otras personas que atraviesan dificultades similares.
Además, hice importantes cambios en mi estilo de vida: monté un gimnasio en mi sótano, empecé a hacer fisioterapia y me centré en los estiramientos. Me fijé objetivos a corto plazo. Uno de ellos era asegurarme de no caerme; otro, poder recoger cosas del suelo sin pedir ayuda a mis hijos. Me parece que estos pequeños objetivos pueden ayudar a marcar una gran diferencia.
Como fijarme objetivos me ha funcionado tan bien, ahora me alegro de tener la aplicación Vim: me permite fijar objetivos y hacer un seguimiento de mi progreso, además de ayudarme a controlar el dolor. También me gusta que la aplicación esté formada por una comunidad de personas que están como yo, que se preparan para afrontar cosas similares. Y a diferencia de lo que ocurre con algunas aplicaciones de redes sociales, esta aplicación es real y auténtica: refleja la realidad del dolor que siente la gente a diario.
Escalar montañas
En unos años, mis objetivos se hicieron cada vez más grandes. Es mi forma de luchar. Después de un buen calentamiento, ahora puedo hacer una sentadilla con 155 lb en la barra. Eso es lo que me mantiene motivado. Duele, pero si no puedo soportar ese dolor durante un entrenamiento, ¿cómo voy a soportar escalar?
En los últimos seis años, he escalado 25 montañas. Empecé de a poco con cimas menos exigentes en Colorado, pero pronto pude escalar el monte Rainier y, luego, el campamento base del monte Everest. Luego, a finales del 2019, escalé el pico Mera de Nepal, la mayor escalada que hice hasta ahora, con una elevación de 21,247 pies.
A lo largo de este recorrido, he aprendido lo que puedo hacer para aliviar el dolor mientras subo: llevo una manga de compresión para las pantorrillas y las rodillas, y he conseguido unas plantillas a medida para mis zapatos que me ayudan a realinearlas. Al final, lo que más me ayudó fue la dedicación de entrenar seis días a la semana, todas las semanas.
El reto del verano de 2021 es escalar el monte Kilimanjaro, con una bandera de la Arthritis Foundation en la mano. He diseñado un plan para escalar el monte Kilimanjaro con cinco meses de anticipación, y cada día trabajo para alcanzar ese objetivo.
En lo más profundo de mi mente, mientras escalo, están las voces que me decían que nunca escalaría montañas y que acabaría necesitando un reemplazo total de la rodilla. Una de las mayores recompensas de todo esto ha sido inspirar a amigos y familiares para que hagan senderismo y aprendan a ser activos. Al fin y al cabo, si puedo motivar a una sola persona a vivir una vida más plena, entonces he logrado otro objetivo.
Es fácil crear una colecta Do-It-Yourself (DIY) como la mía. Si está comprometido con esta causa como yo, organice su propio evento, sea cual sea su pasión. Así conseguirá cambiar muchísimo su vida y la de muchas otras personas.
No podía creer lo que oía cuando el médico me lo dijo. “Tiene artrosis”.
En aquel momento, tenía 43 años. Es cierto que no hacía ejercicio con regularidad y que no pensaba mucho en la salud de las articulaciones, pero pensaba que era demasiado joven para que me diagnosticaran artritis. Aunque me dolían mucho las rodillas y apenas podía subir las escaleras, estaba seguro de que tenía que ser otra cosa que no fuera artritis. Para colmo, también me diagnosticaron osteopenia y osteoporosis. Todo parecía estar en mi contra.
Sin embargo, recibir el diagnóstico no fue la experiencia más dolorosa. Cuando me dijeron “no tiene que preocuparse, de todas formas no va a escalar montañas”, eso me dolió más que nada.
Pensé: ¿Por qué debo aceptar lo que me tocó? Fue entonces cuando decidí que iba a dar un giro en mi vida y convertirme en alguien que nunca creí posible. Supe que iba a escalar montañas. En los últimos años, he escalado más de dos docenas de ellas. Ahora, me estoy preparando para escalar una de las cimas más prominentes de la Tierra.
Hacer cambios y fijar objetivos
Para empezar a desenvolverme en este nuevo mundo, recopilé toda la información que podía conseguir. Desde el principio, la Arthritis Foundation ha sido una gran fuente de apoyo para aprender más sobre mi enfermedad. Suelo visitar su sitio web, arthritis.org, para acceder a recursos como videos de ejercicios y artículos escritos por expertos para saber qué puedo hacer para controlar mi dolor y defenderme. También participé en la fundación uniéndome a su sede local de San Antonio, de la que ahora soy miembro de la junta, para contar con el apoyo emocional de otras personas que atraviesan dificultades similares.
Además, hice importantes cambios en mi estilo de vida: monté un gimnasio en mi sótano, empecé a hacer fisioterapia y me centré en los estiramientos. Me fijé objetivos a corto plazo. Uno de ellos era asegurarme de no caerme; otro, poder recoger cosas del suelo sin pedir ayuda a mis hijos. Me parece que estos pequeños objetivos pueden ayudar a marcar una gran diferencia.
Como fijarme objetivos me ha funcionado tan bien, ahora me alegro de tener la aplicación Vim: me permite fijar objetivos y hacer un seguimiento de mi progreso, además de ayudarme a controlar el dolor. También me gusta que la aplicación esté formada por una comunidad de personas que están como yo, que se preparan para afrontar cosas similares. Y a diferencia de lo que ocurre con algunas aplicaciones de redes sociales, esta aplicación es real y auténtica: refleja la realidad del dolor que siente la gente a diario.
Escalar montañas
En unos años, mis objetivos se hicieron cada vez más grandes. Es mi forma de luchar. Después de un buen calentamiento, ahora puedo hacer una sentadilla con 155 lb en la barra. Eso es lo que me mantiene motivado. Duele, pero si no puedo soportar ese dolor durante un entrenamiento, ¿cómo voy a soportar escalar?
En los últimos seis años, he escalado 25 montañas. Empecé de a poco con cimas menos exigentes en Colorado, pero pronto pude escalar el monte Rainier y, luego, el campamento base del monte Everest. Luego, a finales del 2019, escalé el pico Mera de Nepal, la mayor escalada que hice hasta ahora, con una elevación de 21,247 pies.
A lo largo de este recorrido, he aprendido lo que puedo hacer para aliviar el dolor mientras subo: llevo una manga de compresión para las pantorrillas y las rodillas, y he conseguido unas plantillas a medida para mis zapatos que me ayudan a realinearlas. Al final, lo que más me ayudó fue la dedicación de entrenar seis días a la semana, todas las semanas.
El reto del verano de 2021 es escalar el monte Kilimanjaro, con una bandera de la Arthritis Foundation en la mano. He diseñado un plan para escalar el monte Kilimanjaro con cinco meses de anticipación, y cada día trabajo para alcanzar ese objetivo.
En lo más profundo de mi mente, mientras escalo, están las voces que me decían que nunca escalaría montañas y que acabaría necesitando un reemplazo total de la rodilla. Una de las mayores recompensas de todo esto ha sido inspirar a amigos y familiares para que hagan senderismo y aprendan a ser activos. Al fin y al cabo, si puedo motivar a una sola persona a vivir una vida más plena, entonces he logrado otro objetivo.
Es fácil crear una colecta Do-It-Yourself (DIY) como la mía. Si está comprometido con esta causa como yo, organice su propio evento, sea cual sea su pasión. Así conseguirá cambiar muchísimo su vida y la de muchas otras personas.