Si al principio no tiene éxito, siga intentándolo
Sachi Arya realmente escala montañas. Y es que las tareas de cada día pueden parecer una montaña para quienes sufren a causa del dolor de artritis. Además, la montaña de cada persona es diferente. Sachi comparte palabras de aliento que lo ayudarán a escalar la suya.
Con 40 años, a Sachi Arya le diagnosticaron una dolorosa artrosis en ambas rodillas. Al principio, no podía creerlo. «Es imposible que tenga artritis», pensaba. «Es una enfermedad de personas mayores». Cuando se confirmó su diagnóstico mediante múltiples resonancias magnéticas, se negó a rendirse.
Un médico le dijo: «No va a escalar montañas, así que no es nada grave. Estará bien». Solo eso bastó para que Sachi aceptara el reto. Subir montañas era justo lo que quería hacer.
Rechazó las demás opciones de tratamiento para su dolor, como los esteroides, las inyecciones de células madre, y la cirugía de reemplazo articular, por temor a más complicaciones y a los dudosos beneficios. «Lo único que me favorece es hacer ejercicios y mantener los músculos del tren inferior fuertes y activos», dice.
En los años siguientes, Sachi escaló con éxito docenas de montañas, incluso el monte Rainier y el campo base del Everest, para demostrarse a sí mismo que sí podía hacerlo a pesar de su artrosis. Hace un año escaló el monte Kilimanjaro en Tanzania, la montaña más alta del mundo con 19,300 pies de altura, en un evento por cuenta propia para recaudar fondos a favor de la investigación y recursos sobre la artritis, llevando un cartel de la Arthritis Foundation en la mano.
El próximo reto
En enero de 2022, Sachi escaló Aconcagua en Argentina, la montaña más alta situada fuera de la cordillera del Himalaya en Asia, con una altura de 22,800 pies. Poco después, comenzó a entrenar para su próximo destino: alcanzar la cumbre del Pico Lenin, en la frontera de Tayikistán y Kirguistán, de más de 23,000 pies. Es el segundo punto más alto de ambos países y el más alto que hasta entonces había intentado escalar.
Desde principios de este año, Sachi se ha preparado arduamente durante varios meses para su próxima aventura. Para aumentar la fuerza, entrenaba con pesas. «Debo tomar en cuenta no solo el peso de mi mochila, sino también el de mis tobillos. Cuando escalo, uso botas dobles con crampones de acero, y elevo los pies y los vuelvo a bajar constantemente. Cuando entreno, coloco cinco libras más en cada uno de mis tobillos».
También incluyó ejercicios de estiramiento, consciente de lo importante que es no solo el entrenamiento de fuerza, sino también el de resistencia, sobre todo porque los niveles de oxígeno descienden a medida que los escaladores suben, lo que provoca el «mal de montaña». Utiliza equipos que le ayudan a escalar, como mangas de compresión, una rodillera bajo receta, plantillas ortopédicas para mantener la estabilidad y varias herramientas de senderismo.
Todo iba bien hasta que Sachi llegó a su destino a finales de julio y le diagnosticaron COVID al llegar al primer campamento. Lo contrajo durante el vuelo y fue necesario enviarlo de vuelta a los Estados Unidos.
«Fue una gran decepción», dice Sachi. «Tenía todo preparado para repetirlo. Pero espero cumplir mi próxima meta pronto.
«Esto simplemente nos enseña que pueden surgir obstáculos inesperados a lo largo del camino hacia las metas. Así que solo tiene que volver a levantarse e intentarlo de nuevo. No se dé por vencido».
Debe escalar sus propias montañas
Sachi es el primero en avisar que el alpinismo no es para todo el mundo. «Para mí, escalar montañas ha sido una motivación. Quería hacer algo para estar activo, porque llevaba mucho tiempo sin hacer actividad física. Necesitaba tener la mente y el cuerpo en forma. Escalar montañas es el modo en que me motivo a mí mismo».
«Sea cual sea su montaña, ya sea salir de la cama cada mañana, vestirse, caminar una cuadra, lo que sea, tiene que subir su montaña. Así que, hágalo».
Sachi, analista de datos de tecnología de la información, se ha comprometido tanto a luchar contra la artritis que se ha unido a la junta directiva local de la Arthritis Foundation en San Antonio. Aprendió mucho sobre cómo gestionar eficazmente su enfermedad en el sitio web de la Fundación, y ha utilizado al máximo nuestra aplicación móvil para el control del dolor Vim, que lo ha ayudado a alcanzar sus objetivos y a conectarse con otros pacientes con artritis y con cuidadores.
«Controlar el dolor de artritis no es fácil, pero puede lograrlo con las herramientas y los recursos adecuados, como los que proporciona la Arthritis Foundation», dice Sachi. «Además, puede obtener el apoyo emocional de otras personas que atraviesan retos similares en sus caminos personales».
Comenta que uno de los mayores logros de sus actividades es servir de inspiración a sus amigos y familiares para que realicen caminatas y se mantengan activos. «Si puedo motivar a otra persona a vivir una vida más plena, entonces he logrado mi objetivo».
Por último, añade: «Sea cual sea la montaña que intente escalar, aunque sea simplemente vencer el dolor y los obstáculos cotidianos a los que se enfrenta, sí puede hacerlo. Solo inténtelo».
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