Sadiq Jiwa: seguir jugando 

Por Mary Anne Dunkin | Fecha de actualización: 4 de septiembre de 2024

A pesar de las incertidumbres que conlleva una enfermedad crónica, la vida del golfista canadiense de 28 años Sadiq Jiwa ha tenido al menos dos constantes: el dolor y su amor por el deporte.

Sadiq, un niño activo, empezó a sufrir dolor cervical de pequeño, lo que llevó a sus padres a buscar respuestas durante años, que finalmente recibieron de reumatólogos de la Columbia Británica. Sadiq padecía artritis idiopática juvenil (AIJ) , un diagnóstico que ha ido evolucionando durante los años a medida que cambiaban los síntomas y se afectaban otras articulaciones.

A pesar del dolor y del agotador régimen de tratamiento, que en cierto momento consistía en tomar ocho o nueve pastillas con cada comida, Sadiq siguió en actividad, probó varios deportes y se decidió por el hockey, que practicó "de forma algo competitiva" hasta el principio de su adolescencia.

A los 14 años, una grave lesión y el aumento de la agresividad del juego obligaron a Sadiq a abandonar el deporte que amaba, pero no su amor por el hockey. Cambió los patines y el palo de hockey por los zapatos y palos de golf y se dedicó por completo a un deporte que no es conocido por las quemaduras por el frío, las conmociones cerebrales ni las fracturas de dientes o huesos.  

Con prácticas a veces de hasta 12 horas al día, Sadiq destacó en el nuevo deporte que había elegido, llegó a ser capitán del equipo de golf de su escuela en su penúltimo año y lo reclutaron para jugar en Kenyon College, una universidad privada de artes liberales de Ohio.

Aunque su tratamiento, al igual que su enfermedad, ha evolucionado a lo largo de los años, afirma que su rutina actual de medicamentos biológicos y metotrexato junto con meloxicam diario y ciclobenzaprina, un relajante muscular, según sea necesario, mantiene la enfermedad bajo control en su mayor parte. Los enfoques no farmacológicos, como la fisioterapia y un descanso adecuado, también son importantes, afirma.

En la actualidad, Sadiq es golfista profesional y entrena para el PGA Tour con la ayuda de un tratamiento eficaz, el apoyo de sus padres, un swing y unos palos modificados y la firme determinación de dar lo mejor de sí mismo.

"El golf que juego no es el que estás en un carrito de golf con tus colegas tomando un par de cervezas", explica. "Es un entrenamiento para convertirme en uno de los mejores del mundo y jugar al más alto nivel". 

Aunque pocas personas, con artritis o no, llegarán a ser atletas de nivel mundial, Sadiq espera que su historia pueda servir de ejemplo para otros jóvenes que se enfrentan a desafíos. "Tiene que haber algo que ayude a cada persona a alcanzar cualquier objetivo alcanzable".

Menciona que el primer paso es informarse sobre la artritis. "Hay recursos disponibles", afirma. "Encuentre información que lo ayude controlar su afección y personas que le ofrecerán apoyo. Mi consejo es que salgas a buscarlos; eso es realmente lo que yo hice".

Según Sadiq, informarse significa aprender específicamente cómo le afecta la artritis, qué desencadena los días malos y qué lo ayuda. 

"Como en el golf, vamos golpe a golpe", cuenta. "Con artritis, enfrentamos un día a la vez".