Tatum O'Neal: En control de la artritis reumatoide y sintiéndose afortunada
Contesté el teléfono y oí: "Hola, soy Tatum", y mi visión se volvió blanco y negro durante un segundo. Al oír esa voz rasposa, imaginé a Tatum O'Neal con 8 años y como Addie Loggins en la película de 1973, Luna de papel, que se rodó en blanco y negro. Tatum, siendo tan joven, ejecutó el papel a la perfección y se ganó un óscar.
Ahora sí, sigamos con el relato a color. Tatum, ahora de 52, necesitaba hablar. Me dijo que se había puesto en contacto con la Arthritis Foundation porque le habían diagnosticado artritis reumatoide (AR) "con algo de artrosis" hace algo más de dos años. Fue muy cálida y sincera; hablamos durante mucho tiempo sobre su diagnóstico y su experiencia. Quería entender la enfermedad, y cómo afecta a las personas y crea una necesidad de conexión con otros que tienen AR.
Aunque tiene un buen sistema de apoyo, afirma, "no creo que la gente lo entienda".
Tatum y yo seguimos en contacto y, en un hermoso día en Los Ángeles, finalmente nos encontramos. Describió cómo su AR parecía manifestarse lentamente y luego de golpe. Ya estaba en lo que ella describe como un "mal estado", en el que lidiaba con el dolor de varias cirugías de disco en el cuello y la espalda en los últimos años y rodillas infelices: una seguía inflamándose y se negaba a sanar después de la cirugía de reparación de menisco. Pero esto era diferente. "El dolor cambió de forma y ubicación. Fue aterrador", afirma. Tenía dificultades para caminar y pensó: "Vaya, algo no está bien".
Luego, una noche, la enfermedad la atacó ferozmente. Su mano derecha se hinchó y le dolía "increíblemente". Un reumatólogo le diagnosticó AR y una resonancia magnética reveló daños en sus tobillos. "Fue un día triste", recuerda.
Tatum comenzó a tomar un fármaco biológico mediante inyecciones en el estómago una vez a la semana, y metotrexato. Poco después, fue hospitalizada por neumonía tres veces en cuatro meses. Los doctores estaban desconcertados. Finalmente, un neumólogo se dio cuenta de que sus pulmones reaccionaban mal al metotrexato. "Ha sido un camino difícil", explica Tatum, "muy, muy aterrador para mis hijos y para todos nosotros".
Ahora que dejó el metotrexato, está probando una nueva combinación de medicamentos. Cuando retomamos el contacto unas semanas después de mi visita, me dijo que últimamente sus días han sido "bastante perfectos".
La adversidad no es algo nuevo para Tatum. Al haber crecido en Hollywood, ha tenido "una vida muy difícil en algunos aspectos, aunque muy estupenda en otros", afirma. Tras recibir un óscar por el papel de Addie, que interpretó junto a su padre, el actor Ryan O'Neal, pasó a protagonizar Bad News Bears, International Velvet y Little Darlings. Cualquier joven admirador, como lo era yo en ese entonces, habría asumido que vivía una vida feliz y glamurosa. Pero en su libro publicado en 2004, A Paper Life (William Morrow), Tatum reveló una infancia de abandono y abuso emocional y físico, y una familia inmersa en las drogas y plagada de adicciones. Ella también ha tenido que luchar contra las adicciones.
Ahora que está sobria, Tatum dice: "Sin duda he tenido momentos buenos y momentos malos". En 2011, Tatum y su padre se reunieron para un reality show llamado Ryan y Tatum: Los O'Neals, que documentaba sus dolorosos esfuerzos por reconciliarse tras 25 años de distanciamiento.
Tatum explica: "Mi salud mental es muy importante. Ya he tenido depresión en el pasado. Ahora que tengo AR, siempre trato de buscar algo que me dé esperanza".
Pero Tatum tiene la motivación para hacer algo más que solo tener esperanza.
"Tengo que ganarle", dice decidida. "¡Tengo que hacerlo! Tengo un espíritu joven y quiero ser capaz de hacer todo lo que quiera en el mundo. Quiero tener una vida larga y feliz".
Tatum toma muchos suplementos, desde probióticos hasta cúrcuma y MSM. Se obliga a comer salmón salvaje (aunque no le gusta), y limita el consumo de azúcar, carne y comida frita.
"Me esfuerzo por mantenerme sana", cuenta.
Tatum ya ha dejado atrás los días en los que salía a correr diariamente 7 millas con Madonna y hacía yoga intenso con "rebuscadas posturas de cabeza". Ahora suele hace ejercicios en el suelo, como estiramientos, ejercicios para los abdominales y Pilates. "El ejercicio para el núcleo corporal ha ayudado mucho". Y ahora que su rodilla parece estar sanando, ha empezado a caminar en una cinta caminadora. Está feliz de moverse más, a su propio ritmo.
"He hecho ejercicio con entrenadores. Te alientan a ir más allá de a donde uno quiere llegar. No entienden el daño. Yo sé hasta dónde puedo llegar", afirma.
Tatum comprende la realidad de la AR. "No tiene cura, pero se puede entrar en remisión".
Sus tres hijos adultos le han brindado su apoyo. "Mis hijos han sido geniales. Se preocupan por mí".
"No tengo padres", dice, refiriéndose a la muerte de su madre en 1997 y al actual distanciamiento con su padre. "No creo que sepa que tengo AR", dice bajando la voz.
"Tuve que reestructurar mi círculo de amigos y mi sistema de apoyo", dice. "Tienes que encontrar un grupo central de familiares y amigos que te quieran y estén a tu lado".
Tatum se siente afortunada, "Hoy en día puedo visitar a mis amigos, puedo bailar y tengo buen humor".
Afirma: "Es bueno tener alegría. Atrae buena energía. Trato de no vivir pensando demasiado en el futuro o el pasado. Vivo un día a la vez".
Autor: Marcy O'Koon Moss, Arthritis Foundation
Ahora sí, sigamos con el relato a color. Tatum, ahora de 52, necesitaba hablar. Me dijo que se había puesto en contacto con la Arthritis Foundation porque le habían diagnosticado artritis reumatoide (AR) "con algo de artrosis" hace algo más de dos años. Fue muy cálida y sincera; hablamos durante mucho tiempo sobre su diagnóstico y su experiencia. Quería entender la enfermedad, y cómo afecta a las personas y crea una necesidad de conexión con otros que tienen AR.
Aunque tiene un buen sistema de apoyo, afirma, "no creo que la gente lo entienda".
Un camino difícil
Tatum y yo seguimos en contacto y, en un hermoso día en Los Ángeles, finalmente nos encontramos. Describió cómo su AR parecía manifestarse lentamente y luego de golpe. Ya estaba en lo que ella describe como un "mal estado", en el que lidiaba con el dolor de varias cirugías de disco en el cuello y la espalda en los últimos años y rodillas infelices: una seguía inflamándose y se negaba a sanar después de la cirugía de reparación de menisco. Pero esto era diferente. "El dolor cambió de forma y ubicación. Fue aterrador", afirma. Tenía dificultades para caminar y pensó: "Vaya, algo no está bien".
Luego, una noche, la enfermedad la atacó ferozmente. Su mano derecha se hinchó y le dolía "increíblemente". Un reumatólogo le diagnosticó AR y una resonancia magnética reveló daños en sus tobillos. "Fue un día triste", recuerda.
Tatum comenzó a tomar un fármaco biológico mediante inyecciones en el estómago una vez a la semana, y metotrexato. Poco después, fue hospitalizada por neumonía tres veces en cuatro meses. Los doctores estaban desconcertados. Finalmente, un neumólogo se dio cuenta de que sus pulmones reaccionaban mal al metotrexato. "Ha sido un camino difícil", explica Tatum, "muy, muy aterrador para mis hijos y para todos nosotros".
Ahora que dejó el metotrexato, está probando una nueva combinación de medicamentos. Cuando retomamos el contacto unas semanas después de mi visita, me dijo que últimamente sus días han sido "bastante perfectos".
Niña de Hollywood
La adversidad no es algo nuevo para Tatum. Al haber crecido en Hollywood, ha tenido "una vida muy difícil en algunos aspectos, aunque muy estupenda en otros", afirma. Tras recibir un óscar por el papel de Addie, que interpretó junto a su padre, el actor Ryan O'Neal, pasó a protagonizar Bad News Bears, International Velvet y Little Darlings. Cualquier joven admirador, como lo era yo en ese entonces, habría asumido que vivía una vida feliz y glamurosa. Pero en su libro publicado en 2004, A Paper Life (William Morrow), Tatum reveló una infancia de abandono y abuso emocional y físico, y una familia inmersa en las drogas y plagada de adicciones. Ella también ha tenido que luchar contra las adicciones.
Ahora que está sobria, Tatum dice: "Sin duda he tenido momentos buenos y momentos malos". En 2011, Tatum y su padre se reunieron para un reality show llamado Ryan y Tatum: Los O'Neals, que documentaba sus dolorosos esfuerzos por reconciliarse tras 25 años de distanciamiento.
Vencer a la artritis reumatoide
Tatum explica: "Mi salud mental es muy importante. Ya he tenido depresión en el pasado. Ahora que tengo AR, siempre trato de buscar algo que me dé esperanza".
Pero Tatum tiene la motivación para hacer algo más que solo tener esperanza.
"Tengo que ganarle", dice decidida. "¡Tengo que hacerlo! Tengo un espíritu joven y quiero ser capaz de hacer todo lo que quiera en el mundo. Quiero tener una vida larga y feliz".
Tatum toma muchos suplementos, desde probióticos hasta cúrcuma y MSM. Se obliga a comer salmón salvaje (aunque no le gusta), y limita el consumo de azúcar, carne y comida frita.
"Me esfuerzo por mantenerme sana", cuenta.
Tatum ya ha dejado atrás los días en los que salía a correr diariamente 7 millas con Madonna y hacía yoga intenso con "rebuscadas posturas de cabeza". Ahora suele hace ejercicios en el suelo, como estiramientos, ejercicios para los abdominales y Pilates. "El ejercicio para el núcleo corporal ha ayudado mucho". Y ahora que su rodilla parece estar sanando, ha empezado a caminar en una cinta caminadora. Está feliz de moverse más, a su propio ritmo.
"He hecho ejercicio con entrenadores. Te alientan a ir más allá de a donde uno quiere llegar. No entienden el daño. Yo sé hasta dónde puedo llegar", afirma.
Un día a la vez
Tatum comprende la realidad de la AR. "No tiene cura, pero se puede entrar en remisión".
Sus tres hijos adultos le han brindado su apoyo. "Mis hijos han sido geniales. Se preocupan por mí".
"No tengo padres", dice, refiriéndose a la muerte de su madre en 1997 y al actual distanciamiento con su padre. "No creo que sepa que tengo AR", dice bajando la voz.
"Tuve que reestructurar mi círculo de amigos y mi sistema de apoyo", dice. "Tienes que encontrar un grupo central de familiares y amigos que te quieran y estén a tu lado".
Tatum se siente afortunada, "Hoy en día puedo visitar a mis amigos, puedo bailar y tengo buen humor".
Afirma: "Es bueno tener alegría. Atrae buena energía. Trato de no vivir pensando demasiado en el futuro o el pasado. Vivo un día a la vez".
Autor: Marcy O'Koon Moss, Arthritis Foundation
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