#WeLiveYes – Probar la telemedicina
Conexiones de telemedicina en New York con los McCormick
Mi nombre es Amy McCormick. Tengo una hija con artritis juvenil y soy docente de alumnos con necesidades especiales. Mi familia y yo vivimos en New York, uno de los estados más afectados por el COVID-19. Mientras el mundo se ralentiza y las órdenes de aislamiento mantienen a las personas en casa, nuestra necesidad de asegurarnos de que mi hija reciba la atención médica que necesita para su artritis no se ha detenido. Porque la artritis no se detiene: nos hemos mantenido al día con la atención de Kylie mediante el uso de la telemedicina.
Durante este tiempo de pandemia global, todos hemos tomado medidas para reducir la velocidad y cambiar nuestro enfoque para conectarnos con los programas y recursos que necesitamos. Por ejemplo, mi aula cambió al aprendizaje virtual, mi hija Kylie completó su segundo semestre de la universidad en línea en lugar de presencialmente, y disfrutamos el tiempo adicional en casa entrenando a la última incorporación a nuestra familia, el perro de servicio de Kylie, Cotton. Todos estos cambios en nuestra vida hogareña y laboral han ido acompañados de un panorama cambiante en la forma en que accedemos a nuestra atención médica.
En la primera parte de esta crisis, estábamos experimentando cambios en nuestra atención médica que ya sabíamos que tendrían un gran impacto. Nuestra reumatóloga pediátrica, que ha guiado el proceso de la artritis de Kylie durante años, nos llamó para informarnos que su día a día cambiaría bastante a medida que comenzara a ver a todos los pacientes en lugar de solo a los de su especialidad. Estamos agradecidos de tener una relación sólida con la médica de Kylie, y nuestra primera preocupación cuando escuchamos esta noticia fue sobre su salud. ¿Tendría el equipo de protección personal que necesitaba para mantenerse sana?
La reumatóloga pediátrica de Kylie ha sido una gran fuerza en la primera línea, como tantos otros profesionales médicos que abordan esta crisis sin rodeos. Su coraje para tratar a los pacientes durante estos tiempos de incertidumbre ha facilitado que mi familia haga su parte para mantener a las personas sanas simplemente quedándose en casa.
Un día llamé al hospital para ver cómo estaba la médica de Kylie y saber cómo programar una cita de reumatología con ella de manera segura. Fue entonces cuando supe que nuestra reumatóloga pediátrica estaba ofreciendo citas de televisita por primera vez. Rápidamente opté por una visita de telemedicina; nunca antes habíamos tenido una, pero nos dijeron que era tan simple como descargar una aplicación en nuestros teléfonos.
Resulta que las citas de telemedicina son tan fáciles de realizar como marcar para acceder a una reunión por Zoom o una llamada de Skype. Y no solo mi familia se sentía así: la reumatóloga pediátrica de Kylie se sentía igual. La visita por video nos permitió ver a su médica sin ponernos en un riesgo mayor de contraer COVID-19. Fue alentador poder hablar con nuestra médica y escuchar sobre su experiencia, mientras evaluaba los análisis de laboratorio más recientes de Kylie, analizaba las opciones de tratamiento y especialmente hablaba sobre cómo podíamos proteger a nuestros seres queridos de alto riesgo durante estos tiempos de incertidumbre.
Como docente de alumnos con necesidades especiales, sé que no hay nada que pueda reemplazar el tiempo presencial con su médico, docente, mentor o jefe. Pero en esta situación, estoy agradecida de ver cómo nuestros sectores están cambiando para mantenernos a salvo. Si bien la telemedicina y las citas virtuales nunca reemplazarán a las presenciales, estoy agradecida de tener acceso a la médica de mi hija a través de la telemedicina. Nos ha ayudado a obtener lo que necesitamos de una manera que ha mantenido seguros a mi familia y a la médica de mi hija durante estos tiempos peligrosos.
También hablamos sobre lo especial que ha sido ver a nuestro estado unirse para vencer al COVID-19. Ha sido algo realmente hermoso ver a las personas cambiar sus comportamientos para mantenerse seguros a sí mismos y a sus vecinos. Por ejemplo, hemos podido recoger nuestros medicamentos recetados de la farmacia de manera segura porque nuestro farmacéutico los coloca en la cajuela de nuestro automóvil luego de abrir la puerta trasera, sin necesidad de contacto. Nuestras compras se entregan en el porche delantero, donde podemos desinfectarlas de manera segura antes de llevarlas a la casa; además, no se necesita contacto. Y, por supuesto, pudimos consultar a la médica de Kylie a través de las visitas virtuales; nuevamente, no se necesita contacto. Con todas estas actividades sin contacto, uno pensaría que nos sentimos aislados de nuestra comunidad, pero en realidad nos sentimos más conectados que nunca.
#WeLiveYes al quedarnos en casa, juntos. Si tiene una historia de resiliencia o una pregunta sobre su atención, la Arthritis Foundation está aquí para ayudarlo. Comparta su experiencia y haga sus preguntas a través de nuestro archivo de historias #WeLiveYes.
Mi nombre es Amy McCormick. Tengo una hija con artritis juvenil y soy docente de alumnos con necesidades especiales. Mi familia y yo vivimos en New York, uno de los estados más afectados por el COVID-19. Mientras el mundo se ralentiza y las órdenes de aislamiento mantienen a las personas en casa, nuestra necesidad de asegurarnos de que mi hija reciba la atención médica que necesita para su artritis no se ha detenido. Porque la artritis no se detiene: nos hemos mantenido al día con la atención de Kylie mediante el uso de la telemedicina.
Durante este tiempo de pandemia global, todos hemos tomado medidas para reducir la velocidad y cambiar nuestro enfoque para conectarnos con los programas y recursos que necesitamos. Por ejemplo, mi aula cambió al aprendizaje virtual, mi hija Kylie completó su segundo semestre de la universidad en línea en lugar de presencialmente, y disfrutamos el tiempo adicional en casa entrenando a la última incorporación a nuestra familia, el perro de servicio de Kylie, Cotton. Todos estos cambios en nuestra vida hogareña y laboral han ido acompañados de un panorama cambiante en la forma en que accedemos a nuestra atención médica.
En la primera parte de esta crisis, estábamos experimentando cambios en nuestra atención médica que ya sabíamos que tendrían un gran impacto. Nuestra reumatóloga pediátrica, que ha guiado el proceso de la artritis de Kylie durante años, nos llamó para informarnos que su día a día cambiaría bastante a medida que comenzara a ver a todos los pacientes en lugar de solo a los de su especialidad. Estamos agradecidos de tener una relación sólida con la médica de Kylie, y nuestra primera preocupación cuando escuchamos esta noticia fue sobre su salud. ¿Tendría el equipo de protección personal que necesitaba para mantenerse sana?
La reumatóloga pediátrica de Kylie ha sido una gran fuerza en la primera línea, como tantos otros profesionales médicos que abordan esta crisis sin rodeos. Su coraje para tratar a los pacientes durante estos tiempos de incertidumbre ha facilitado que mi familia haga su parte para mantener a las personas sanas simplemente quedándose en casa.
Un día llamé al hospital para ver cómo estaba la médica de Kylie y saber cómo programar una cita de reumatología con ella de manera segura. Fue entonces cuando supe que nuestra reumatóloga pediátrica estaba ofreciendo citas de televisita por primera vez. Rápidamente opté por una visita de telemedicina; nunca antes habíamos tenido una, pero nos dijeron que era tan simple como descargar una aplicación en nuestros teléfonos.
Resulta que las citas de telemedicina son tan fáciles de realizar como marcar para acceder a una reunión por Zoom o una llamada de Skype. Y no solo mi familia se sentía así: la reumatóloga pediátrica de Kylie se sentía igual. La visita por video nos permitió ver a su médica sin ponernos en un riesgo mayor de contraer COVID-19. Fue alentador poder hablar con nuestra médica y escuchar sobre su experiencia, mientras evaluaba los análisis de laboratorio más recientes de Kylie, analizaba las opciones de tratamiento y especialmente hablaba sobre cómo podíamos proteger a nuestros seres queridos de alto riesgo durante estos tiempos de incertidumbre.
Como docente de alumnos con necesidades especiales, sé que no hay nada que pueda reemplazar el tiempo presencial con su médico, docente, mentor o jefe. Pero en esta situación, estoy agradecida de ver cómo nuestros sectores están cambiando para mantenernos a salvo. Si bien la telemedicina y las citas virtuales nunca reemplazarán a las presenciales, estoy agradecida de tener acceso a la médica de mi hija a través de la telemedicina. Nos ha ayudado a obtener lo que necesitamos de una manera que ha mantenido seguros a mi familia y a la médica de mi hija durante estos tiempos peligrosos.
También hablamos sobre lo especial que ha sido ver a nuestro estado unirse para vencer al COVID-19. Ha sido algo realmente hermoso ver a las personas cambiar sus comportamientos para mantenerse seguros a sí mismos y a sus vecinos. Por ejemplo, hemos podido recoger nuestros medicamentos recetados de la farmacia de manera segura porque nuestro farmacéutico los coloca en la cajuela de nuestro automóvil luego de abrir la puerta trasera, sin necesidad de contacto. Nuestras compras se entregan en el porche delantero, donde podemos desinfectarlas de manera segura antes de llevarlas a la casa; además, no se necesita contacto. Y, por supuesto, pudimos consultar a la médica de Kylie a través de las visitas virtuales; nuevamente, no se necesita contacto. Con todas estas actividades sin contacto, uno pensaría que nos sentimos aislados de nuestra comunidad, pero en realidad nos sentimos más conectados que nunca.
#WeLiveYes al quedarnos en casa, juntos. Si tiene una historia de resiliencia o una pregunta sobre su atención, la Arthritis Foundation está aquí para ayudarlo. Comparta su experiencia y haga sus preguntas a través de nuestro archivo de historias #WeLiveYes.