Las mujeres con artritis juvenil podrían tener más riesgo de sufrir enfermedades cardíacas
Las mujeres que tienen artritis idiopática juvenil (AIJ) (un término general que abarca varios tipos de artritis que aparecen en la infancia) parecen tener mayor riesgo de sufrir enfermedad cardíaca que las mujeres que no tienen artritis inflamatoria, según lo indicado por un estudio nuevo de Canadá. Durante años, los investigadores estudiaron el vínculo entre las formas inflamatorias de la artritis, como la artritis reumatoide (AR) o el lupus y un aumento del riesgo de enfermedad cardíaca. Pero nadie había estudiado la salud cardiaca de los adultos con AIJ (otra forma inflamatoria de la artritis) y se sabía poco sobre los efectos durante el embarazo por haber tenido AIJ toda la vida.
Para salvar esta brecha, los investigadores de la Universidad de Montreal, Canadá, utilizaron las bases de datos de médicos y hospitales para identificar a mujeres a las que se les diagnosticó AIJ a los 16 años de edad o antes y que tuvieron su primer hijo entre 1985 y 2010. Cada una de las 1,681 mujeres con AIJ del estudio fue pareada con cuatro mujeres que no padecían la enfermedad y que tenían edad, lugar de residencia y fecha de parto similares.
Además de observar la enfermedad cardíaca —definida ampliamente como arteriopatía coronaria (estrechamiento de las arterias que irrigan el corazón), problemas en las válvulas cardíacas, insuficiencia cardiaca y fiebre reumática aguda—, los investigadores analizaron las tasas de presión arterial alta (hipertensión) previa al embarazo y los problemas que podían aparecer durante el embarazo, como diabetes gestacional, hipertensión relacionada con el embarazo y preeclampsia (un pico de presión arterial posiblemente mortal).
Luego de considerar factores como la edad y el nivel educativo de las mujeres, el equipo halló que las mujeres que tenían AIJ tenían más del doble de probabilidades de que se les diagnostique enfermedad cardíaca que las mujeres que no tenían AIJ. También hallaron que todos los casos de hipertensión previa al embarazo se produjeron en las mujeres que tenían AIJ. Sin embargo, no encontraron una asociación entre la AIJ y las complicaciones durante el embarazo, específicamente la diabetes gestacional, la preeclampsia o la hipertensión relacionada con el embarazo.
La autora principal del estudio Debbie Feldman, PhD, profesora de la Universidad de Montreal y fisioterapeuta, dice que la alta tasa de enfermedad cardíaca podría ser el resultado de la falta de actividad física, los efectos perjudiciales de la inflamación crónica sobre los vasos sanguíneos, los medicamentos o una combinación de los tres factores. Cuenta que el estudio destaca la importancia de controlar y mejorar la presión arterial y la salud cardiaca en adultos jóvenes que tienen AIJ.
"Es extremadamente importante alentar la actividad física [porque] los jóvenes con AIJ son menos activos físicamente. Las estrategias de prevención también deberían incluir asesoramiento sobre dietas saludables para el corazón y desalentar el tabaquismo. Creo que esto debería comenzarse lo antes posible después del diagnóstico, o por lo menos en la adolescencia", agrega.
Feldman reconoce que las características del estudio hicieron imposible tener en cuanta otros factores que podrían estar involucrados en la enfermedad cardíaca, tales como la obesidad, el tabaquismo y la dieta. Y aunque su equipo utilizó información de las bases de datos, la cantidad de gente incluida en el estudio fue relativamente pequeña, lo que puede afectar los resultados estadísticos.
La Dra. Egla Rabinovich, copresidenta del departamento de reumatología pediátrica de la Duke University de Durham, North Carolina, dice que el estudio tiene otras limitaciones. Por ejemplo, la AIJ no es una enfermedad, sino un grupo de al menos seis enfermedades, todas muy distintas entre sí (y de la AR). Pero los investigadores no estudiaron los subtipos de AIJ, sino que la trataron como una única enfermedad. La Dra. Rabinovich, que no participó del estudio, también señala que durante el casi medio siglo que cubrió la investigación (algunas de las mujeres del estudio pueden haber nacido en 1960 o antes), los tratamientos para la AIJ cambiaron drásticamente, lo que podría haber tenido un efecto sobre los resultados de salud cardiovascular hallados en el estudio.
"Si bien estos resultados son intrigantes, realmente se necesitan más estudios sobre la asociación entre la enfermedad cardíaca [y] la AIJ, con una mejor definición de enfermedad cardíaca y de la población del estudio", explica. "Sin duda, quienes atienden a mujeres con antecedentes de AIJ deberían analizar los factores de riesgo de enfermedad cardíaca, como hipertensión, perfiles lipídicos, obesidad y tabaquismo, y modificar dichos factores de riesgo como se haría para todos los pacientes".
Autora: Linda Rath para la Arthritis Foundation
Para salvar esta brecha, los investigadores de la Universidad de Montreal, Canadá, utilizaron las bases de datos de médicos y hospitales para identificar a mujeres a las que se les diagnosticó AIJ a los 16 años de edad o antes y que tuvieron su primer hijo entre 1985 y 2010. Cada una de las 1,681 mujeres con AIJ del estudio fue pareada con cuatro mujeres que no padecían la enfermedad y que tenían edad, lugar de residencia y fecha de parto similares.
Además de observar la enfermedad cardíaca —definida ampliamente como arteriopatía coronaria (estrechamiento de las arterias que irrigan el corazón), problemas en las válvulas cardíacas, insuficiencia cardiaca y fiebre reumática aguda—, los investigadores analizaron las tasas de presión arterial alta (hipertensión) previa al embarazo y los problemas que podían aparecer durante el embarazo, como diabetes gestacional, hipertensión relacionada con el embarazo y preeclampsia (un pico de presión arterial posiblemente mortal).
Luego de considerar factores como la edad y el nivel educativo de las mujeres, el equipo halló que las mujeres que tenían AIJ tenían más del doble de probabilidades de que se les diagnostique enfermedad cardíaca que las mujeres que no tenían AIJ. También hallaron que todos los casos de hipertensión previa al embarazo se produjeron en las mujeres que tenían AIJ. Sin embargo, no encontraron una asociación entre la AIJ y las complicaciones durante el embarazo, específicamente la diabetes gestacional, la preeclampsia o la hipertensión relacionada con el embarazo.
La autora principal del estudio Debbie Feldman, PhD, profesora de la Universidad de Montreal y fisioterapeuta, dice que la alta tasa de enfermedad cardíaca podría ser el resultado de la falta de actividad física, los efectos perjudiciales de la inflamación crónica sobre los vasos sanguíneos, los medicamentos o una combinación de los tres factores. Cuenta que el estudio destaca la importancia de controlar y mejorar la presión arterial y la salud cardiaca en adultos jóvenes que tienen AIJ.
"Es extremadamente importante alentar la actividad física [porque] los jóvenes con AIJ son menos activos físicamente. Las estrategias de prevención también deberían incluir asesoramiento sobre dietas saludables para el corazón y desalentar el tabaquismo. Creo que esto debería comenzarse lo antes posible después del diagnóstico, o por lo menos en la adolescencia", agrega.
Feldman reconoce que las características del estudio hicieron imposible tener en cuanta otros factores que podrían estar involucrados en la enfermedad cardíaca, tales como la obesidad, el tabaquismo y la dieta. Y aunque su equipo utilizó información de las bases de datos, la cantidad de gente incluida en el estudio fue relativamente pequeña, lo que puede afectar los resultados estadísticos.
La Dra. Egla Rabinovich, copresidenta del departamento de reumatología pediátrica de la Duke University de Durham, North Carolina, dice que el estudio tiene otras limitaciones. Por ejemplo, la AIJ no es una enfermedad, sino un grupo de al menos seis enfermedades, todas muy distintas entre sí (y de la AR). Pero los investigadores no estudiaron los subtipos de AIJ, sino que la trataron como una única enfermedad. La Dra. Rabinovich, que no participó del estudio, también señala que durante el casi medio siglo que cubrió la investigación (algunas de las mujeres del estudio pueden haber nacido en 1960 o antes), los tratamientos para la AIJ cambiaron drásticamente, lo que podría haber tenido un efecto sobre los resultados de salud cardiovascular hallados en el estudio.
"Si bien estos resultados son intrigantes, realmente se necesitan más estudios sobre la asociación entre la enfermedad cardíaca [y] la AIJ, con una mejor definición de enfermedad cardíaca y de la población del estudio", explica. "Sin duda, quienes atienden a mujeres con antecedentes de AIJ deberían analizar los factores de riesgo de enfermedad cardíaca, como hipertensión, perfiles lipídicos, obesidad y tabaquismo, y modificar dichos factores de riesgo como se haría para todos los pacientes".
Autora: Linda Rath para la Arthritis Foundation