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Artrosis de hombro

Obtenga información sobre las causas, los síntomas y los tratamientos para la artrosis del hombro, que es más común y debilitante de lo que piensa. 

En la artrosis de hombro (OA), también llamada enfermedad articular degenerativa, el cartílago y otros tejidos articulares se desgastan de forma gradual. La fricción articular y el dolor aumentan, y lentamente se pierde movilidad y función. La OA de hombro no es tan común como la OA de cadera o rodilla, pero se estima que cerca de 1 de cada 3 personas mayores de 60 años tienen algún grado de OA de hombro.
 
 

Articulaciones del hombro

El hombro consta de tres huesos que se unen y forman dos articulaciones separadas. La articulación acromioclavicular (AC) se forma en la unión entre la clavícula y la punta ósea del omóplato (acromion). La articulación glenohumeral se forma en el punto en el que la cabeza del hueso de la parte superior del brazo (húmero) encaja en el omóplato (escápula). La OA es más común en la articulación AC que en la articulación glenohumeral.

Causas de la OA de hombro

La artrosis de hombro puede ser primaria o secundaria.
  • La OA primaria no tiene una causa específica, pero está relacionada con la edad, los genes y el sexo. La OA primaria generalmente se observa en personas mayores de 50 años, y las mujeres se ven afectadas con más frecuencia que los hombres.
  • La OA secundaria tiene una causa conocida o un factor influyente, como una lesión previa, antecedentes de dislocaciones de hombro, infección o desgarros del manguito rotador. Algunas ocupaciones, como la construcción pesada, o la participación en determinados deportes también pueden aumentar el riesgo de padecer OA de hombro.

Síntomas de la OA de hombro

El dolor es el síntoma más común de la artritis de hombro. El dolor se agrava con la actividad y empeora con el tiempo. Con la evolución de la enfermedad, el dolor también aparecerá cuando esté en reposo y comenzará a interferir con el sueño. La parte del cuerpo en la que se sienta el dolor dependerá de la articulación afectada:
  • Si la parte afectada es la articulación glenohumeral, el dolor se sentirá en la parte posterior del hombro y puede manifestarse como un dolor profundo.
  • Si la parte afectada es la articulación AC, el dolor se concentrará en la parte superior del hombro. Este dolor puede irradiarse hacia el costado del cuello.
Los siguientes son otros síntomas comunes: 
  • Movimiento limitado y rigidez: puede perder el rango de movimiento y sentir rigidez que le dificulta realizar las tareas cotidianas, como levantar el brazo para lavarse el cabello o bajar algo de un estante.
  • Crepitación: escuchar y sentir chasquidos y sonidos al mover el hombro.

Diagnóstico de la OA de hombro

Para diagnosticar la OA de hombro, su médico le preguntará acerca de sus síntomas e historia clínica. Durante el examen, estudiará lo siguiente:
  • Fuerza muscular.
  • Sensibilidad al tacto.
  • Movilidad: rango de movimiento activo y pasivo.
  • Signos de lesiones nuevas o antiguas.
  • Otras articulaciones con signos de artritis.
  • Crepitación (sensación de chirrido en la articulación) con el movimiento.
  • Dolor en ciertas posiciones.
  • Hinchazón o agrandamiento de las articulaciones.
Después del examen físico, es probable que su médico le indique radiografías. Si padece OA, las imágenes mostrarán un estrechamiento del espacio articular, cambios en el hueso y la formación de espolones óseos (osteofitos).

Tratamientos para la OA

La artrosis es una enfermedad crónica. No hay cura, pero sí muchas formas de aliviar el dolor, preservar la movilidad y mantenerse activo. El estilo de vida saludable y el cuidado personal son formas efectivas de controlar los síntomas sin medicamentos. Algunas opciones incluyen terapia de frío o calor, entrenamiento de fuerza y ​​ejercicios de flexibilidad, fisioterapia, aparatos ortopédicos y masajes.

Los medicamentos para aliviar los síntomas de la OA se presentan en forma de píldoras, jarabes, cremas o lociones, o se inyectan en una articulación. Estos medicamentos incluyen analgésicos como el paracetamol, antiinflamatorios como los antiinflamatorios no esteroideos (NSAID) y corticoesteroides y contrairritantes como la capsaicina o el mentol. 

Como último recurso, la cirugía articular puede ayudar a reducir el dolor y mejorar la movilidad si otros tratamientos no funcionan. Las opciones incluyen procedimientos para extraer piezas sueltas de cartílago o hueso (artroscopia) o reemplazar las articulaciones dañadas con un implante de cerámica, plástico o metal.

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