Cómo desacelerar el avance de la artrosis 

El exceso de peso ejerce mayor presión en las articulaciones que soportan el peso como las caderas y las rodillas. Cada libra que gana de peso agrega casi cuatro libras de estrés a sus rodillas y aumenta la presión en sus caderas seis veces. El esfuerzo adicional degrada el cartílago que amortigua estas articulaciones y esto empeora con el tiempo. 
 
Pero el estrés mecánico no es el único problema. El tejido graso produce proteínas llamadas citocinas que promueven la inflamación en todo el cuerpo. En las articulaciones, las citocinas destruyen el tejido al aterar la función de las células de los cartílagos. Cuando aumenta de peso, su cuerpo produce y libera más cantidad de estas proteínas destructivas. A menos que el sobrepeso sea muy alto, perder algunas libras ayuda a reducir la tensión y la inflamación de las articulaciones.

Los niveles altos de azúcar en la sangre (glucosa) aceleran la formación de ciertas moléculas que aumentan la rigidez de los cartílagos y los vuelve más sensibles al estrés mecánico. La diabetes también puede desencadenar la inflamación sistémica que lleva a la pérdida de cartílago. La conexión recientemente descubierta entre la diabetes y el daño articular puede ayudar a explicar por qué más de la mitad de estadounidenses diagnosticados con diabetes también tienen artritis.

La actividad física es el mejor tratamiento disponible para la artrosis. También es una de las mejores maneras de mantener las articulaciones saludables en primer lugar. Tan solo 30 minutos de ejercicio de intensidad moderada cinco veces a la semana ayuda a que las articulaciones se mantengan flexibles y fortalece los músculos que dan apoyo y estabilización a la cadera y las rodillas. El ejercicio también fortalece el corazón y los pulmones, disminuye el riesgo de diabetes y es un factor clave en el control del peso.
 
No es necesario inscribirse en un gimnasio o tener un plan de entrenamiento formal para obtener beneficios. Caminar, hacer jardinería, e incluso fregar los pisos, sirve. Pero los grandes resultados se logran con un programa de ejercicio sistemático y progresivo que se ajuste a su edad, condición física y las actividades que más disfruta.

No importa el tipo de ejercicio que elija, escuche a su cuerpo. Si tiene dolor después de un entrenamiento que dura más de una o dos horas, reduzca la actividad la próxima vez y aumente los descansos. Para evitar una lesión, vaya despacio hasta que sepa cómo reacciona su cuerpo a una actividad nueva y no repita el mismo ejercicio todos los días. 

Aunque no siempre se pueden evitar las lesiones, vale la pena proteger sus articulaciones y prevenir el empeoramiento de la artrosis. En su casa o en el tragajo, use sus articulaciones más fuertes y grandes para levantar y transportar objetos y haga pausas cuando lo necesite. Después de una lesión, mantener un peso saludable puede ayudarlo a protegerse de un daño articular mayor.

Algunos factores de riesgo de la artrosis no pueden modificarse. Por ejemplo, la artrosis es más común cuando las personas envejecen, y esto tal vez se deba a que el número de células de los cartílagos disminuye con el paso del tiempo. Los niveles de estrógeno más bajos después de la menopausia también tienen un papel, ya que más cantidad de mujeres que de hombres desarrollan artrosis, en especial, después de los 50 años. Asimismo, algunas personas heredan genes que los hace más propensas a desarrollar artrosis.