Guardería y coronavirus: lo que debe saber

Por Robyn Abree

Los padres que se reincorporan al trabajo durante la pandemia se enfrentan a un nuevo reto: encontrar una guardería asequible. Para aquellos que padecen una enfermedad autoinmune o un tipo de artritis inflamatoria, o que tienen un hijo que la padece, este reto se ve agravado por una mayor preocupación por la seguridad y el riesgo de infección. Si lo llaman para que vuelva al trabajo y depende del uso de la guardería, estas son algunas cosas que lo ayudarán a comenzar.

La normativa estatal sobre los servicios de guardería que han podido permanecer abiertos varía, aunque la mayoría de los estados han permitido la reapertura hasta cierto punto. Por desgracia, debido a varios factores, como la pérdida de ingresos y la escasez de personal (muchos trabajadores tienen que quedarse en casa para cuidar de sus propios hijos), muchas guarderías han cerrado definitivamente sus puertas. La organización sin fines de lucro Child Care Aware of America ha creado un mapa interactivo para ayudar a las familias a navegar por las leyes estatales relativas a los servicios de guardería en su zona. Childcare.gov tiene un recurso similar, que también incluye información específica para cada estado sobre cómo encontrar guarderías durante el brote.

Enviar a su hijo a la guardería puede plantear una serie de problemas de seguridad, sobre todo si usted o su hijo padecen una enfermedad que puede aumentar la probabilidad de desarrollar infecciones. La norma de oro para protegerse a sí mismo, a su hijo y a su familia es practicar el distanciamiento social y mantener a los niños en casa, siempre que sea posible, dice David Cennimo, pediatra y experto en enfermedades infecciosas de la Universidad de Rutgers en Newark, N.J.  "Toda interacción humana tiene alguna posibilidad de riesgo de transmisión de la infección", dice. Así que, si puede y quiere, trabajar desde casa o pedir una baja médica puede ser la mejor opción para usted y su familia.

Para algunos empleados, los paquetes federales de ayuda, como la Ley Familias Primero en Respuesta al Coronavirus (FFCRA) o la Ley de Ayuda, Alivio y Seguridad Económica por Coronavirus (CARES), extienden y amplían las licencias médicas familiares y los beneficios de desempleo.

La FFCRA, en concreto, ofrece ayuda a los empleados elegibles que:

• Están bajo una orden de cuarentena o aislamiento por parte de un gobierno local o por consejo de su proveedor de atención médica
• Cuidan a alguien que está en cuarentena
• Tiene síntomas de COVID-19
• Debe cuidar de un niño como resultado del cierre de la escuela, los decretos de aislamiento o de otras repercusiones del COVID-19 (falta de cuidado de los niños)

La palabra clave es elegible. Aunque muchos empleados que trabajan en pequeñas o medianas empresas y en organizaciones sin fines de lucro son elegibles, las empresas que emplean a 500 empleados o más no están obligadas a proporcionar la ayuda. Además, las empresas con menos de 50 empleados pueden quedar exentas de proporcionar una licencia para el cuidado de los hijos, aunque sus empleados siguen teniendo derecho a un máximo de 10 días de licencia por enfermedad remunerados.

Para obtener más información sobre la elegibilidad, visite Ley Familias Primero en Respuesta al Coronavirus (FFCRA) o  Ley de Ayuda, Alivio y Seguridad Económica por Coronavirus (CARES).

Si la licencia médica no es una opción, igualmente hay algunas cosas que puede hacer para ayudar a proteger a su familia, aunque ninguna forma de cuidado de los niños estará libre de riesgos.

Según el Dr. Cennimo, todo se reduce al nivel de aceptación del riesgo por parte de su familia y a sus opciones, que desgraciadamente se reducen a la asequibilidad.

"Es un asunto de números", dice Cennimo. "Cuanto más se limite la exposición a grupos más grandes, más se puede disminuir el riesgo".

Una niñera o un canguro que solo trabaje con su familia es ideal, pero poco probable, dice. Otra opción es solicitar la ayuda de familiares o vecinos. Pero, de nuevo, hay que estar dispuesto a asumir el riesgo y confiar en que practiquen las medidas de seguridad en sus propias vidas, dice.  

Cuando se trata de una guardería, el Dr. Cennimo recomienda informarse primero sobre los procedimientos y protocolos de seguridad, como:

• ¿Cuántas personas forman parte de la plantilla y cuál es la proporción entre niños y cuidadores? Recuerde que cuanto mayor sea el grupo, mayor será el riesgo.
• ¿El personal está obligado a usar mascarillas?
• ¿Cuál es su política de días por enfermedad? ¿Los empleados deben informar diariamente en caso de síntomas y se les recomienda quedarse en casa si se sienten enfermos?
• ¿Qué procedimientos aplican en caso de que alguien dé positivo? "No importa lo cuidadoso que sea, el contacto va a ocurrir", dice el Dr. Cennimo. ¿Notificarán inmediatamente a todas las familias y obtendrán un rastreo de los contactos para calcular la posible exposición? ¿Hacen pruebas a los empleados? Disponer de este tipo de protocolos confirmaría que en este centro han pensado bien las cosas y no son improvisados, dice. 

Los CDC también han puesto en marcha pautas para centros de cuidado infantil, que incluyen la modificación de los procedimientos para dejar y recoger a los niños, la formación del personal para reducir los riesgos de infección y el aumento de las medidas de higiene, entre otros ajustes. Eso podría significar desinfectar con frecuencia los juguetes, mantener a los niños en los mismos grupos pequeños con el mismo profesor todos los días y escalonar las horas de llegada de los padres para reducir el número de contactos entre las familias.

Antes de enviar a su hijo a la guardería o confiar en una niñera, es conveniente que hable con su médico o con el de su hijo sobre la aceptación del riesgo de su familia y las formas de mantenerse sano. Para obtener más consejos sobre cómo estar sano y protegido, visite nuestra página Cuidado y conexión.