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6 factores que afectan el dolor de artritis

Conozca los factores que hacen que las personas experimenten el dolor de artritis de manera diferente y haga un plan para controlarlo.

¿Cómo dos personas pueden tener exactamente la misma cantidad de daño articular, pero una tiene un dolor espantoso mientras que la otra solo siente un poco de molestia? La percepción del dolor comienza como una serie de procesos bioquímicos: señales químicas y eléctricas que viajan desde la zona lesionada para alertar al cerebro sobre la lesión. De allí en más, el proceso es muy personal. El umbral y la tolerancia del dolor de cada persona son únicos. 

"Obviamente, el dolor es subjetivo y la experiencia de una persona no puede compararse con la de otra", explica Joshua Goldner, MD, director médico de control del dolor del Hospital General de Akron en Ohio. "Una multitud de factores entran en juego". Todo, desde las emociones hasta otras afecciones médicas, puede influir en la respuesta al dolor. 

El dolor se agrava a medida que envejecemos: el 75% de los adultos mayores de 65 informan dolor persistente a causa de la artritis y otras enfermedades crónicas. La estructura y la función de las regiones del cerebro que procesan el dolor cambian con la edad, pero esto no significa necesariamente que la molestia se aliviará en los últimos años de vida. "En el pasado, la gente creía que las personas mayores no sentían el dolor tan intensamente... que las terminaciones nerviosas perdían sensibilidad", señala el Dr. Goldner. Pero estudios recientes de la sensibilidad al dolor muestran resultados contradictorios. La intensidad del dolor depende del tipo de dolor que tengamos y cuánto dure. 

Casi cuatro de cada cinco adultos mayores tienen muchas enfermedades crónicas. Cuando estos problemas de salud desencadenan el dolor, el bombardeo constante de señales de dolor puede crear una hipersensibilidad que aumenta la molestia. Tener otras afecciones médicas también puede influir en la forma en que se controla el dolor, pero no siempre de manera negativa. "También puede poner a las personas en perspectiva", afirma el Dr. Goldner. 

Las investigaciones sobre la genética del dolor todavía son relativamente nuevas, pero algunos primeros estudios sugieren que heredamos una vulnerabilidad genética a la sensibilidad al dolor de modo similar a cuando heredamos la susceptibilidad a una enfermedad. Los científicos han identificado algunas variaciones genéticas que nos hacen más propensos a desarrollar enfermedades con dolor crónico y tener un umbral de dolor naturalmente más alto o más bajo que el de otras personas. 

Las mujeres son más propensas a desarrollar enfermedades con dolor crónico, como fibromialgia, artrosis y artritis reumatoide. Las investigaciones también indican que las mujeres sienten el dolor más intensamente que los hombres. Las hormonas sexuales pueden influir en la percepción del dolor de las mujeres y su mayor tendencia a desarrollar enfermedades con dolor crónico. 

El dolor es más que solo una experiencia física. También afecta las emociones. Las personas con dolor crónico tienen tres veces más probabilidades de desarrollar depresión y otros trastornos del estado de ánimo, y las personas con depresión tienen tres veces más probabilidades de sufrir dolor crónico. "Algunas de las mismas sustancias químicas que disminuyen en la depresión tienen un impacto en la neurotransmisión del dolor", señala el Dr. Goldner. Es por ello que algunos medicamentos para la depresión pueden aliviar el dolor. Las personas que están deprimidas también pueden sentir que el dolor es más difícil de controlar. La terapia hablada puede ayudar con el sentimiento de falta de control. 

Tener familiares, amigos o miembros de un grupo religioso que lo apoyen puede mejorar su capacidad de lidiar con el dolor. "Al estar en un buen estado psicológico y tener un buen apoyo, el dolor generalmente se ve afectado de manera positiva", afirma el Dr. Goldner. Pero el dolor puede hacerlo alejarse de los círculos sociales habituales. El Dr. Goldner explica: "Al abordar el dolor, a veces el paciente se sentirá motivado a romper ese ciclo, lo que llevará a un resultado exitoso". Unirse a un grupo de apoyo o reunirse con un terapeuta también puede mejorar su perspectiva y su capacidad de lidiar con el dolor. 

Lidiar con el dolor 

Independientemente de cómo perciba el dolor, puede alterar su vida. El dolor constante puede afectar negativamente su carrera y su vida personal. Por eso es importante que sepa qué factores además del daño articular físico exacerban el dolor. Luego, trabaje con su médico para elaborar un plan integral y eficaz para el control del dolor. 

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