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Como pez en el agua: ejercicios acuáticos para la artritis

Hacer actividades en el agua puede ayudar a aliviar los síntomas de artritis.

Por Linda Rath | 15 de agosto de 2022
 

Durante décadas, si los reumatólogos mencionaban el ejercicio a sus pacientes con artritis, en general sugerían que hicieran natación u otros tipos de ejercicio acuático (en el agua). Hoy se sabe que el ejercicio es una parte esencial del tratamiento de la artritis. Si se hacen con regularidad, las actividades cardiovasculares, de fortalecimiento y de estiramiento reducen el dolor, mejoran la salud cardiopulmonar y restablecen o mantienen la flexibilidad y la fuerza. Con los ejercicios acuáticos también es posible lograrlo, pero aplicando menos tensión en las articulaciones y permitiendo más movimiento con menos esfuerzo.

Los ejercicios acuáticos y la artrosis

Si bien se cuenta con considerable evidencia de que los ejercicios acuáticos son beneficiosos para todos los tipos de artritis, hay muchos estudios dedicados a la artrosis de la rodilla o cadera. Por ejemplo, un equipo de investigadores coreanos hicieron una revisión de 20 ensayos controlados aleatorizados sobre artritis degenerativa y ejercicios acuáticos (a los fines del estudio se consideró como ejercicio caminar, correr o hacer entrenamiento con pesas con el agua hasta la cintura o el pecho). Sin excepción, los estudios mostraron que los ejercicios en el agua reducían el dolor y la disfunción articular, y mejoraban la calidad de vida general de las personas con artrosis. Cabe destacar: los ejercicios acuáticos mejoraban el dolor con más eficacia que los ejercicios en tierra, posiblemente porque el agua tibia de la piscina relaja los músculos y las terminaciones nerviosas. Además, el ejercicio aeróbico en general puede alterar la forma en que el cerebro procesa y percibe el dolor.

Los estudios analizados por los investigadores coreanos tenían algunas diferencias. En algunos, el ejercicio acuático se comparaba con el ejercicio en tierra; en otros, se comparaba con la falta de ejercicio. En aquellos estudios en que el ejercicio acuático se comparaba con el entrenamiento con pesas y las actividades cardiovasculares en tierra, era difícil concluir cuál era más beneficioso. Pero el hallazgo más importante fue que las personas con artrosis que hacían ejercicio tenían menos dolor y mejor funcionalidad que quienes no lo hacían.

La duración de los estudios oscilaba entre algunas semanas y tres meses. La mayoría de las sesiones acuáticas duraban una hora y se realizaban dos o tres veces por semana. La calidad de vida de las personas iba mejorando cada vez más con el tiempo, probablemente porque cuanto más ejercicio hacían, mejor se sentían.

Si bien estos resultados son alentadores, muchas personas no tienen acceso a piscinas climatizadas o instructores capacitados, en tanto que a otras no les gusta el agua o le tienen miedo porque nunca aprendieron a nadar. Si usted no se siente del todo cómodo en el agua, algunos accesorios como una tabla de nado o un chaleco salvavidas podrían ser de ayuda.

Y si bien la capacidad de flotación que permite el agua es ideal para adultos mayores y personas con obesidad, el ejercicio en tierra también puede ser beneficioso para la salud, aunque sin la movilidad y el sostén que ofrece el agua.

Los ejercicios acuáticos y la artritis inflamatoria

El ejercicio que se hace en el agua, como nadar largos, también ha sido estudiado en pacientes con variantes inflamatorias de la artritis, como artritis reumatoide y espondiloartritis. Una revisión de nueve estudios compuestos por más de 600 pacientes mostró que el ejercicio en el agua aliviaba el dolor, mejoraba la funcionalidad y desaceleraba la actividad de la enfermedad, muchas veces mejor que los ejercicios en tierra.  

En 2022, la European Alliance of Associations for Rheumatology (EULAR, antes conocida como European League Against Rheumatism) publicó nuevas recomendaciones sobre tratamientos para la mayoría de los tipos de artritis. El grupo de trabajo internacional de la organización evaluó una serie de ejercicios en cada variante.

Comprobaron que los ejercicios acuáticos generaban mejoras entre leves y moderadas en el dolor y la funcionalidad de las personas con artritis reumatoide. El ejercicio de alta intensidad fue más beneficioso que el de baja intensidad; por ejemplo, trotar en el lugar en vez de chapotear en una zona poco profunda de la piscina.

En general, el grupo de trabajo comprobó que tanto los ejercicios en tierra como en agua aliviaban el dolor y mejoraban la funcionalidad y la calidad de vida, por lo que recomiendan el ejercicio diario para toda persona que tenga una enfermedad reumática.

El American College of Rheumatology (ACR) también recomienda firmemente la actividad física como parte esencial de todo tratamiento para la artritis, pero no sugiere tipos de ejercicio específicos. Una excepción es el tai chi, que cuenta con la aprobación de todos. La ACR recalca que los pacientes necesitan asesoramiento específico sobre la cantidad y el tipo de ejercicio, no una vaga recomendación de "moverse más". Además, el ejercicio debe ser asequible y accesible, y este no siempre es el caso en lo que respecta a las actividades en piscinas.

Los ejercicios acuáticos y la artritis juvenil

Los niños con artritis tienden a ser menos activos que los demás, pero el ejercicio es vital para mejorar su estado de salud general y ayudarlos a generar resiliencia y confianza mientras crecen. Los expertos sostienen que los niños con artritis deben aprender a controlar el dolor y otros síntomas para poder vivir su vida con la misma plenitud y seguridad que quienes no la padecen.

Un equipo de expertos canadienses, el Ottawa Panel, evaluó diferentes tipos de actividad física para la artritis juvenil basándose en revisiones sistemáticas de ensayos controlados aleatorizados. Comprobaron que casi todos los tipos de ejercicio eran beneficiosos, incluidos los programas de fortalecimiento en tierra, Pilates, los ejercicios aeróbicos en agua y el "cardiokarate" (que incluye los movimientos básicos del karate pero es una variante más libre). Todos aliviaron el dolor y mejoraron la amplitud de movimientos, la funcionalidad y la calidad de vida.  Otros estudios demostraron que entrenar el equilibrio, correr en el agua y hacer ejercicios de resistencia bajo el agua también son opciones excelentes para niños con artritis.

Consejos al hacer ejercicio

El ejercicio es un componente esencial del tratamiento de la artritis, con cualquier edad, estado físico o tipo de artritis. Los ejercicios acuáticos pueden ayudarlo a tener menos molestias y mayor amplitud de movimientos, y quizá descubra que le resulta más fácil hacer ciertas cosas en el agua que en tierra. Algunos consejos:

  • Verifique que la parte de su cuerpo que desea trabajar esté sumergida en el agua.
  • Comience despacio y vaya aumentando la intensidad de los movimientos a medida que entre en calor. Si toma una clase, su entrenador se encargará de que primero entre en calor y luego se refresque.
  • Consulte en la sede de la YMCA o el centro recreativo de su zona. Muchas veces ofrecen clases gratuitas o de bajo costo para niños y adultos.