Artroscopía no recomendada para la artritis

Alrededor de un millón de artroscopias de rodilla se realizan cada año en los Estados Unidos, con un costo de más de $3 mil millones. Sin embargo, en las pautas actuales, estas cirugías ya no se recomiendan para la artrosis de rodilla u otras enfermedades degenerativas de la rodilla. 

La artrosis en etapa terminal a menudo conduce a un reemplazo de rodilla. El tratamiento conservador temprano incluye pérdida de peso, si es necesaria, junto con ejercicio, fisioterapia, analgésicos orales o tópicos e inyecciones de corticoesteroides o ácido hialurónico. En algunos casos, si los síntomas persisten y se intensifican, los cirujanos pueden realizar una cirugía artroscópica de rodilla. 

Con este tipo de cirugía, un cirujano hace tres o cuatro incisiones pequeñas alrededor de la rodilla, luego inserta una cámara para ver el interior de la articulación y usa pequeños instrumentos para repararla. La artroscopia se usa principalmente para eliminar restos sueltos y/o reparar o eliminar parte de un menisco dañado, la almohadilla de cartílago en forma de C entre el fémur y la tibia.

El objetivo es aliviar el dolor y mejorar la función, pero las investigaciones demuestran que la cirugía no resulta beneficiosa para la mayoría de los pacientes con artrosis. Los estudios han constatado que la artroscopia de rodilla por lo general no alivia el dolor, y el alivio del dolor que puede sentir un paciente es de corta duración. Además, si bien las complicaciones de la artroscopia son poco frecuentes, estas pueden ser graves, como coágulos sanguíneos e infecciones. También hay un tiempo de recuperación relativamente largo (de dos a seis semanas) y la movilidad es limitada después de la cirugía. 

Una posible excepción a esta recomendación son los pacientes que tienen la rodilla totalmente trabada y no pueden enderezarla por completo. En algunos casos, también puede ayudar a las personas con desgarros de meniscos o fragmentos de cartílago o huesos sueltos. 

Debe tomarse una decisión individualizada para cada paciente y junto con el paciente, y sopesar en cada caso los factores que determinan un resultado exitoso. Debido a que estas pautas no son obligatorias, seguirá dependiendo de los pacientes y sus médicos decidir si el paciente realmente necesita o desea una artroscopia. 

• 31 millones de personas padecen artrosis en los EE. UU. Es el tipo de artritis más común.  
• Se estima que 14 millones tienen artrosis sintomática de rodilla.
• El 25 por ciento de las persones de 50 años o mayores tienen artrosis de rodilla.