Cómo almacenar correctamente los medicamentos 

Usted confía en sus medicamentos para la artritis para aliviar el dolor, reducir la inflamación y prevenir un mayor daño articular. Pero si los medicamentos no se almacenan correctamente, es posible que no funcionen según lo prometido. La exposición a la luz, la humedad y las temperaturas extremas puede descomponer tanto los medicamentos recetados como los de venta libre, y hacer que sean menos eficaces y, en casos poco frecuentes, incluso tóxicos. Es importante comprender cómo almacenar sus medicamentos de manera segura y, al mismo tiempo, asegurarse de que estén fácilmente disponibles.  

Control general de temperatura 

Para la mayoría de los medicamentos orales, los fabricantes garantizan la eficacia cuando el medicamento se almacena entre 68 y 77 grados, pero entre 58 y 86 grados generalmente está bien, sostiene Philip Chan, farmacéutico de la Facultad de Farmacia de la Universidad de California, San Francisco. Fuera de ese rango, los medicamentos pueden comenzar a degradarse. Incluso los glucosímetros y las tiras reactivas de diagnóstico son sensibles al calor, el frío y la humedad, al igual que los medicamentos.  

Los productos biológicos, la insulina sin abrir y otros inyectables necesitan refrigeración. La mayoría de los medicamentos orales, incluidos los antiinflamatorios no esteroideos (NSAID), como la aspirina o la nabumetona (Ralafen), se mantienen bien a temperatura ambiente, pero son sensibles a la luz y la humedad. 

Sugerencias de almacenamiento de medicamentos 

Evite los gabinetes del baño. Los baños no son un buen lugar para almacenar medicamentos debido al calor y la humedad elevados. Una mejor opción es una encimera o gabinete de cocina lejos del alcance de los niños, la luz solar y las fuentes de calor. Otra opción es un cajón en la cómoda del dormitorio, siempre que se use todos los días para no olvidar las pastillas.  

Mantenga los medicamentos fuera del automóvil. Uno de los mayores errores que comete la gente es dejar los medicamentos en un automóvil estacionado, que puede volverse abrasador o helado en cuestión de minutos. Si tiene una receta para recoger, asegúrese de que la farmacia sea la última parada del día. 

Ordene envíos seguros. En verano, el interior de un buzón puede alcanzar más de 130 grados; en invierno, es un congelador de potencia industrial. Si ordena medicamentos por correo, elija el envío al día siguiente y, si es posible, haga que se los envíen a su oficina. 

Llévelos con usted. Cuando viaje, siempre lleve los medicamentos en su equipaje de mano. El equipaje se puede perder y las bodegas de carga en los aviones no tienen control de temperatura; lo que significa que las maletas facturadas pueden asarse o congelarse en la pista. Muchos fabricantes ofrecen paquetes de viaje gratuitos para medicamentos refrigerados. 

En caso de duda, póngase en contacto con su farmacéutico. A veces es obvio cuando se modifica una pastilla (el color, la textura o la forma pueden haber cambiado), pero no siempre. Si tiene alguna duda sobre un medicamento, póngase en contacto con su farmacéutico. En cuanto a los medicamentos refrigerados que se dejan fuera por un período prolongado, póngase en contacto con el fabricante o deséchelos y obtenga un nuevo suministro. 

En general, el desafío es equilibrar el almacenamiento seguro con la facilidad para encontrar y tomar su medicamento según lo recetado. Si no está seguro de cómo se debe almacenar un medicamento, lea la información que viene con su medicamento recetado o hable con su farmacéutico.