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Lograr que los niños participen en el tratamiento

Utilice estos consejos para ayudar a su hijo con AJ a seguir el tratamiento.

Por Linda J. Brown

Usted incluyó a su hija en su plan de tratamiento con las mejores intenciones. Ansioso por que ella se sintiera mejor, siguió las órdenes de su médico con precisión: cada cita, cada pastilla, cada ejercicio justo a tiempo. En términos médicos, se adhirió a su plan de tratamiento.

Pero con el tiempo, seguir con el plan se volvió más difícil. Tal vez usted se perdió una cita de fisioterapia u olvidó darle una o dos pastillas ocasionales. O tal vez en los días en que se sentía mejor, se preguntó: "¿Realmente necesita hacer los ejercicios hoy?" o "¿De verdad necesito someterla a otro pinchazo?"

Si esto le suena familiar, no está solo. Michael Rapoff, PhD, jefe de pediatría del comportamiento en el University of Kansas Medical Center, dirigió un estudio que arrojó un 70% de tasas de adherencia entre pacientes pediátricos al principio, pero después de un año, esas cifras disminuyeron a alrededor del 50%.

Pero seguir el plan de tratamiento es clave para un buen resultado.  "En general, el resultado de la artritis está relacionado con el cumplimiento del medicamento que controla la inflamación", sostiene Carol Lindsley, MD, jefa de reumatología pediátrica del University of Kansas City Medical Center. "Si controlamos la inflamación, prevenimos las complicaciones de la artritis en la mayoría de los niños".

Y si los síntomas de un niño pueden controlarse durante un período significativo, es posible que pueda reducir la cantidad de medicamento o tomarse un descanso del medicamento. Además, los ejercicios mantienen la movilidad de las articulaciones y preservan la amplitud de movimiento.

Entonces, ¿cómo se mantienen encaminados usted y su hija? Los expertos ofrecen este importante consejo para superar los obstáculos comunes al cumplimiento.

Entender porqué
Si no sabe por qué su hija toma cierta pastilla o hace cierto ejercicio, es más probable que usted lo olvide o deje que se salte. Tanto usted como su hija deben comprender todos los componentes del plan de tratamiento. Una estrecha alianza y una comunicación abierta con el médico de su hija son fundamentales para que usted pueda pedir explicaciones o sentirse lo suficientemente cómodo para decirle cuando algo no está funcionando.

Organizarse
Los regímenes de tratamiento pueden ser complicados, así que haga las cosas lo más simples posible con estos consejos: 

  • Tome notas en las citas para que pueda realizar un seguimiento de los cambios de medicamentos, cuándo programar una prueba o cómo hacer un ejercicio. 
  • Coloque las pastillas en un lugar difícil de perder, tal vez en la encimera de la cocina o en el lavabo del baño junto al cepillo de dientes de su hija. 
  • Haga que su hija tome las pastillas a la misma hora todos los días, después del desayuno o después de la cena, para que se convierta en una rutina. 
  • Use cajas de pastillas semanales. Pruebe usar tiras de diferentes colores para las pastillas que se toman en diferentes momentos del día. 
  • Considere usar envases de pastillas con monitores electrónicos o configure un asistente digital personal, un teléfono celular o un reloj digital para que emita un pitido cuando sea la hora de la pastilla. 
  • Administre las inyecciones a la misma hora cada semana, según lo recete el médico.

Hacerlo interactivo
Lleve un registro de los medicamentos que toma su hija colocando un tic o una calcomanía en un calendario después de que haya tomado sus pastillas. Según la edad o madurez de su hija, es posible que pueda hacerlo por sí misma. Como incentivo o para ayudar a un niño que se resiste a tomar medicamentos, Rapoff sugiere un sistema de recompensas en el que un niño acumula una cierta cantidad de calcomanías o fichas de póquer, que pueden canjearse por una actividad o privilegio especial una vez que acumule una cantidad acordada de calcomanías o fichas.

Por lo general, los adolescentes pueden asumir una cantidad cada vez mayor de su cuidado, pero los padres deben evaluar la preparación de un adolescente para hacerlo en función de varios factores, no solo en función de la edad de su hijo, sostiene Rapoff. "A veces, los padres retiran la supervisión o control demasiado rápido con los adolescentes", afirma. 

Hacer que el movimiento sea divertido
Los ejercicios terapéuticos no son divertidos, y una encuesta realizada por Rapoff y sus colegas arrojó que los niños y los padres tenían más dificultades con los ejercicios que con las pastillas. Pero los beneficios valen la pena. Suzie Wright, terapeuta ocupacional y asistente de investigación en el University of Kansas City Medical Center, descubrió que los niños harán una cantidad limitada de ejercicios si ella los relaciona con una actividad que quieren hacer.

"Si quieren jugar al baloncesto, necesitan tener una amplitud de movimiento del tobillo para poder hacer esos ejercicios", explica Wright. Aprobar un examen de manejo requiere movilidad en el cuello, y aplicar rímel requiere movimiento en la muñeca. A los niños más pequeños, a menudo, les gusta el fútbol o la danza. Trate de hacer ejercicios a una hora determinada, tal vez mientras ve televisión por la tarde.

"Les digo que cada vez que hay un comercial, la televisión se silencia", sostiene Wright. "Haz 10 repeticiones muy lentamente y el sonido volverá a activarse. Si no lo haces, se queda silenciada". Esa es una motivación efectiva, especialmente para niños con hermanos.

Cumplir con el plan de tratamiento de su hijo es un trabajo arduo que requiere tiempo y esfuerzo, pero la recompensa (mantenerse activo y tal vez evitar toda una vida de daño articular) bien vale la pena. 

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