Cada atrapada merece un baile de festejo
Charcandrick West, jugador profesional de fútbol americano con raíces en Louisiana, se muestra realista sobre lo que lo hace seguir adelante, cómo ningún obstáculo es demasiado alto y por qué le gusta ganar dentro y fuera del campo de juego.
No recuerdo el primer momento en que agarré un balón de fútbol, pero en cuanto lo hice, probablemente alrededor de los 6 años, me enganché. Todavía recuerdo cuando era un niño y miraba desde el campo y veía a mi madre y a mi padre animándome. Era emocionante saber que estaba haciendo feliz a las personas en la tribuna al dar todo de mí en el partido.
Sabía que tenía "eso", y mis padres también creían en mí, lo que marcaba toda la diferencia del mundo. Mi objetivo era dejar mi legado en mi ciudad natal, Cullen, Louisiana, y graduarme para llegar a los "grandes".
P2: ¿Cuál es el obstáculo más difícil que ha enfrentado?
A diferencia de la mayoría de los niños, estuve enfermo en cama y con dolor durante un año, de forma intermitente. Mis calificaciones comenzaron a bajar, y los médicos no podían precisar por qué no me recuperaba. Íbamos de un hospital a otro intentando encontrar una respuesta. Acabó tardando un año y medio. Para entonces, estaba abatido y fatigado -mental y físicamente- y me había enfrentado al reto más duro de mi vida.
Mi diagnóstico de artritis juvenil (AJ) -y nueva realidad- fue difícil de asimilar, y el dolor de la enfermedad literalmente me dejó en el banco e hizo tambalear mi confianza. Al principio pensé: "¿Qué? ¿Tengo una 'enfermedad de personas mayores'? Es una locura". Mis amigos se reían conmigo, pero en el fondo yo solo quería ser como ellos, no especial ni diferente.
El proceso de diagnóstico fue frustrante y atemorizante. Durante más de un año, mi equipo de atención médica estuvo perplejo. Incluso en un momento pensaron que podía tener el virus del Nilo Occidental. Nadie podía darme respuestas y yo sentía que mi enfermedad hacía que mi familia cambiara sus propios planes y sueños. Todo se trataba de conseguir que me sintiera "mejor", y eso era difícil de aceptar. Mis padres faltaban al trabajo y yo faltaba a la escuela. Pero la situación de mi familia no es única: todos los años, se pierden 172 millones de días de trabajo a causa de la artritis y otras enfermedades reumáticas. Me sentía culpable por toda la situación. Pero mi familia era, y sigue siendo, increíble; un gran reconocimiento a mi madre, que siempre ha sido mi mayor fan.
Pero fui afortunado. El medicamento funcionó, lo cual no le sucede a todo el mundo, y volví al campo de juego, al aula y a estar con mis amigos. El diagnóstico me dio una lección de humildad, porque la AJ afecta a 300,000 niños en EE. UU. y a más de 54 millones de adultos. Aunque sentía que solo me pasaba a mí, pronto me di cuenta de que hay muchas personas afectadas por esta enfermedad.
P4: ¿De qué manera tener artritis hizo que su camino al fútbol profesional fuera diferente del de otros jugadores?
Me puse al día una vez que me diagnosticaron y me medicaron, pero eso fue solo un pequeño bache en el camino. A las asociaciones deportivas profesionales no les importa que seas "diferente": a todos se los califica igual y tienes que dar lo mejor de ti cada día. Trabajé lo más duro que pude y me desafié a mí mismo a no aceptar un no como respuesta.
Estoy increíblemente agradecido por mi vida y las personas que hay en ella. Mi lema es levantarme cada día y sentir felicidad. Pero como muchas personas, me he enfrentado a algunos obstáculos increíbles. A veces me he puesto de rodillas, pero estas dificultades -y mi adversidad- me han ayudado a ir con la cabeza más en más alto y a ser más fuerte que antes.
Cuando me levanto, me siento la persona más feliz del mundo. Mi artritis no me desanima. Me enfrento a ella todos los días, y sé que tengo un increíble sistema de apoyo conformado por mi familia, mis amigos y mis fans.
Lo que me hace seguir adelante fuera del campo de juego es inspirar a las personas, especialmente a los niños, y demostrarles que, con un espíritu guerrero, pueden lograr cualquier cosa. Mi pasión -contagiar felicidad y ayudar a las personas a creer que pueden conquistar sus sueños pase lo que pase- es lo que me llevó a asociarme con la Arthritis Foundation y a apoyar su nueva campaña, "Tomemos el control de la artritis".
El objeto de la campaña es abrirles los ojos a las personas y detener la artritis de una vez por todas. Eso debe ocurrir, no solo porque uno de cada cuatro estadounidenses tiene artritis, sino también porque el dolor, la inflamación y la desfiguración de las articulaciones que causa impiden que muchas personas hagan lo que les gusta o, incluso, realicen las tareas cotidianas, como subir las escaleras.
Acompáñeme y participe en www.arthritis.org/LetsGripArthritis. Vea cómo puede ser parte del movimiento de las redes sociales #LetsGripArthritis, haga una donación y obtenga más información sobre la enfermedad. Es una causa que vale la pena apoyar.
Crédito de la foto: fotografías de Kevin Garrett Photography
P1: ¿Cuándo se dio cuenta de que quería jugar al fútbol profesionalmente?
No recuerdo el primer momento en que agarré un balón de fútbol, pero en cuanto lo hice, probablemente alrededor de los 6 años, me enganché. Todavía recuerdo cuando era un niño y miraba desde el campo y veía a mi madre y a mi padre animándome. Era emocionante saber que estaba haciendo feliz a las personas en la tribuna al dar todo de mí en el partido.
Sabía que tenía "eso", y mis padres también creían en mí, lo que marcaba toda la diferencia del mundo. Mi objetivo era dejar mi legado en mi ciudad natal, Cullen, Louisiana, y graduarme para llegar a los "grandes".
P2: ¿Cuál es el obstáculo más difícil que ha enfrentado?
A diferencia de la mayoría de los niños, estuve enfermo en cama y con dolor durante un año, de forma intermitente. Mis calificaciones comenzaron a bajar, y los médicos no podían precisar por qué no me recuperaba. Íbamos de un hospital a otro intentando encontrar una respuesta. Acabó tardando un año y medio. Para entonces, estaba abatido y fatigado -mental y físicamente- y me había enfrentado al reto más duro de mi vida.
Mi diagnóstico de artritis juvenil (AJ) -y nueva realidad- fue difícil de asimilar, y el dolor de la enfermedad literalmente me dejó en el banco e hizo tambalear mi confianza. Al principio pensé: "¿Qué? ¿Tengo una 'enfermedad de personas mayores'? Es una locura". Mis amigos se reían conmigo, pero en el fondo yo solo quería ser como ellos, no especial ni diferente.
P3: ¿Cómo fue recibir el diagnóstico siendo un niño?
El proceso de diagnóstico fue frustrante y atemorizante. Durante más de un año, mi equipo de atención médica estuvo perplejo. Incluso en un momento pensaron que podía tener el virus del Nilo Occidental. Nadie podía darme respuestas y yo sentía que mi enfermedad hacía que mi familia cambiara sus propios planes y sueños. Todo se trataba de conseguir que me sintiera "mejor", y eso era difícil de aceptar. Mis padres faltaban al trabajo y yo faltaba a la escuela. Pero la situación de mi familia no es única: todos los años, se pierden 172 millones de días de trabajo a causa de la artritis y otras enfermedades reumáticas. Me sentía culpable por toda la situación. Pero mi familia era, y sigue siendo, increíble; un gran reconocimiento a mi madre, que siempre ha sido mi mayor fan.
Pero fui afortunado. El medicamento funcionó, lo cual no le sucede a todo el mundo, y volví al campo de juego, al aula y a estar con mis amigos. El diagnóstico me dio una lección de humildad, porque la AJ afecta a 300,000 niños en EE. UU. y a más de 54 millones de adultos. Aunque sentía que solo me pasaba a mí, pronto me di cuenta de que hay muchas personas afectadas por esta enfermedad.
P4: ¿De qué manera tener artritis hizo que su camino al fútbol profesional fuera diferente del de otros jugadores?
Me puse al día una vez que me diagnosticaron y me medicaron, pero eso fue solo un pequeño bache en el camino. A las asociaciones deportivas profesionales no les importa que seas "diferente": a todos se los califica igual y tienes que dar lo mejor de ti cada día. Trabajé lo más duro que pude y me desafié a mí mismo a no aceptar un no como respuesta.
Estoy increíblemente agradecido por mi vida y las personas que hay en ella. Mi lema es levantarme cada día y sentir felicidad. Pero como muchas personas, me he enfrentado a algunos obstáculos increíbles. A veces me he puesto de rodillas, pero estas dificultades -y mi adversidad- me han ayudado a ir con la cabeza más en más alto y a ser más fuerte que antes.
P5: ¿Qué lo mantiene motivado fuera del campo de juego?
Cuando me levanto, me siento la persona más feliz del mundo. Mi artritis no me desanima. Me enfrento a ella todos los días, y sé que tengo un increíble sistema de apoyo conformado por mi familia, mis amigos y mis fans.
Lo que me hace seguir adelante fuera del campo de juego es inspirar a las personas, especialmente a los niños, y demostrarles que, con un espíritu guerrero, pueden lograr cualquier cosa. Mi pasión -contagiar felicidad y ayudar a las personas a creer que pueden conquistar sus sueños pase lo que pase- es lo que me llevó a asociarme con la Arthritis Foundation y a apoyar su nueva campaña, "Tomemos el control de la artritis".
El objeto de la campaña es abrirles los ojos a las personas y detener la artritis de una vez por todas. Eso debe ocurrir, no solo porque uno de cada cuatro estadounidenses tiene artritis, sino también porque el dolor, la inflamación y la desfiguración de las articulaciones que causa impiden que muchas personas hagan lo que les gusta o, incluso, realicen las tareas cotidianas, como subir las escaleras.
Acompáñeme y participe en www.arthritis.org/LetsGripArthritis. Vea cómo puede ser parte del movimiento de las redes sociales #LetsGripArthritis, haga una donación y obtenga más información sobre la enfermedad. Es una causa que vale la pena apoyar.
Crédito de la foto: fotografías de Kevin Garrett Photography