Descubriendo la actividad física adecuada para usted
Por Julie Eller - copresentadora del pódcast Live Yes! With Arthritis
En el último episodio del pódcast Live Yes! With Arthritis, hablamos con Cedric Bryant, PhD, presidente y director científico del Consejo Americano de Ejercicio (ACE), sobre cómo hallar el ajuste adecuado for para poder gozar de buena salud y fortaleza física. Hablamos sobre cómo establecer pequeñas metas que puedan ayudarnos a hacer realidad grandes sueños.
Hace un año este mes, pude completar un trascendental recorrido en bicicleta por la costa de California: 525 millas para curar la artritis. El viaje estuvo compuesto por ocho extensos días de pedaleo, ocho extensas noches de acampada (¡en una tienda de campaña!), y ocho extensos días de reflexión sobre lo afortunado que soy de que mi cuerpo haya sido capaz de llevarme pedaleandodesde San Francisco hasta Los Ángeles.
La primera vez que oí hablar sobre el California Coast Classic fue durante un evento de la Arthritis Foundation, donde pude ver un vídeo en el que se mostraban las historias de los ciclistas,, y las vistas a lo largo de la costa me dejaron sin aliento. En ese momento, estaba saliendo de un brote de cinco meses de duración, el primer brote que tuve desempeñando mi profesión. Esos cinco meses de extremo dolor, niebla cerebral y movilidad limitada hicieron que la misión de la Arthritis Foundation y la importancia de la labor que logro hacer en mi trabajo fueran más tangibles para mí que nunca. .Pero también desafiaron mi resiliencia e hicieron que me cuestionara si mi cuerpo sería capaz de soportar mis grandes sueños- e incluso algunos de los pequeños.
Pensé que si lograba controlar mi artritis, tal vez podría pedalear por la autopista estadounidense 1. Tal vez mis articulaciones y yo podríamos hacerlo juntos.
Y luego de un tiempo, mi reumatóloga y yo pudimos calmar mis síntomas y controlar mi artritis. Mi doctora me dijo que mis niveles de estrés, junto con la falta de ejercicio constante, eran algunas de las razones por las cuales mi brote me había pasado semejante factura. Ella me dijo que ninguna cantidad de medicamentos podría controlar mi enfermedad si no efectuaba modificaciones en mi estilo de vida. Me animó a hallar un -ejercicio de bajo impacto para poner mi cuerpo en movimiento, me recordóque tengo el control de mi enfermedad y me ayudó a mitigar algunas de las tensiones que conlleva el hecho de ser un profesional en ejercicio.
No sabía que el hecho de animarme a efectuar 15 minutos de 15 -ejercicio de bajo impacto al día darían lugar a mi inscripción para un paseo de 525 millas en bicicleta por la costa de California.
Hubo algunos problemas con mi inscripción: 1) no tenía una bicicleta; 2) nunca había acampado y no tenía el equipo adecuado;, y 3) nunca había recaudado fondos al nivel requerido para mi participación: $3,500. Los desafíos se sentían sumamente insuperables, pero acababa de conquistar un brote que se había sentido igualmente desalentador; sabía que hallaría la manera de hacerlo siempre y cuando me lo tomara con calma.
Así, comenzó mi entrenamiento. Empezó conpaseos cortos, pedaleando el tiempo que dura una canción en la bicicleta estática del gimnasio de mi edificio de oficinas. Unos meses después, conseguí mi bicicleta y di mi primer paseo al aire libre por las calles de Washington, DC. Fui en bicicleta desde mi apartamento, pasando por la Casa Blanca, hasta el Monumento a Washington y regresé.
Aunque solo eran cinco millas, fue un paseo arduo. No sabía lo asustado que me sentiría al pedalear por la calle, entre los conductores y peatones de la ciudad que llamo hogar. Me sentí tan en sintonía con mis sentidos durante ese paseo —oyendo los latidos de mi corazón golpetear en mis oídos, disfrutando la forma en la que el viento nublaba mi visión mientras bajaba por la 15th Street, y sobre todo la forma en la que mis rodillas se sentían al subir la colina de camino a casa. Cuando regresé, me sentía sumamente arrepentido: ¿Qué estaba pensando cuando me inscribí en esta locura de paseo en bicicleta? ¡Claramente, no estaba hecho para esto!
Pero unos días después, volví a subirme a la bicicleta e hice el recorrido una vez más;la misma ruta, la misma bicicleta y el mismo ciclista. Lo único que había cambiado era que sabía lo que podía esperar de mi paseo; sabía que el paseo era manejable, y que pasara lo que pasara, podría llegar a casa.
Durante ese paseo, intenté vencer mi miedo a montar en bicicleta, al igual que había podido vencer mi rigidez matinal. Sé la combinación exacta de elongaciones, cantidades de hielo, calor y Tylenol que necesito para aliviar mis articulaciones durante el día. Durante este segundo paseo, aprendí a hallar los carriles para bicicletas que harían que mi viaje se mantuviera a salvo del tráfico de la ciudad, usar gafas de sol para proteger mis ojos del viento y cambiar las marchas para que a mis rodillas les resultara más fácil ir cuesta arriba.
Luego de meses de andar en bicicleta y aprender, y andar un poco más, pude aumentar la longitud de mis paseos de cinco millas a 10, luego a 20 y 30. Lo hice de manera gradual, y fue así como pude contar con el tiempo necesario para poder aprender y crecer. No sucedió de la noche a la mañana, y tampoco fue algo que pude lograr sin tener que enfrentar desafíos. Pero al final, mis articulaciones, las cuales habían experimentado casi dos décadas' de dolor, y a las que me refería cuando decía: "ojalá pudiera, pero no puedo hacerlo debido a mi artritis," lograron pedalear por la costa de California.
Durante el último episodio de nuestro pódcast Live Yes! With Arthritis, hablamos sobre descubrir la actividad física adecuada para usted - y sobre el valor de establecer un objetivo motivador en el cual trabajar. Hoy, mis objetivos son diferentes a los de hace un año: en lugar de trabajar arduamente para poder lograr un gran recorrido, estoy utilizando mi rutina de ejercicios para poder tener una buena noche de sueño durante la pandemia. Y usted también puede lograrlo,. Manténgase en contacto para poder obtener consejos sobre cómo comenzar.
En el último episodio del pódcast Live Yes! With Arthritis, hablamos con Cedric Bryant, PhD, presidente y director científico del Consejo Americano de Ejercicio (ACE), sobre cómo hallar el ajuste adecuado for para poder gozar de buena salud y fortaleza física. Hablamos sobre cómo establecer pequeñas metas que puedan ayudarnos a hacer realidad grandes sueños.
Hace un año este mes, pude completar un trascendental recorrido en bicicleta por la costa de California: 525 millas para curar la artritis. El viaje estuvo compuesto por ocho extensos días de pedaleo, ocho extensas noches de acampada (¡en una tienda de campaña!), y ocho extensos días de reflexión sobre lo afortunado que soy de que mi cuerpo haya sido capaz de llevarme pedaleandodesde San Francisco hasta Los Ángeles.
La primera vez que oí hablar sobre el California Coast Classic fue durante un evento de la Arthritis Foundation, donde pude ver un vídeo en el que se mostraban las historias de los ciclistas,, y las vistas a lo largo de la costa me dejaron sin aliento. En ese momento, estaba saliendo de un brote de cinco meses de duración, el primer brote que tuve desempeñando mi profesión. Esos cinco meses de extremo dolor, niebla cerebral y movilidad limitada hicieron que la misión de la Arthritis Foundation y la importancia de la labor que logro hacer en mi trabajo fueran más tangibles para mí que nunca. .Pero también desafiaron mi resiliencia e hicieron que me cuestionara si mi cuerpo sería capaz de soportar mis grandes sueños- e incluso algunos de los pequeños.
Pensé que si lograba controlar mi artritis, tal vez podría pedalear por la autopista estadounidense 1. Tal vez mis articulaciones y yo podríamos hacerlo juntos.
Y luego de un tiempo, mi reumatóloga y yo pudimos calmar mis síntomas y controlar mi artritis. Mi doctora me dijo que mis niveles de estrés, junto con la falta de ejercicio constante,
No sabía que el hecho de animarme a efectuar 15 minutos de 15 -ejercicio de bajo impacto al día darían lugar a mi inscripción para un paseo de 525 millas en bicicleta por la costa de California.
Hubo algunos problemas con mi inscripción: 1) no tenía una bicicleta; 2) nunca había acampado y no tenía el equipo adecuado;, y 3) nunca había recaudado fondos al nivel requerido para mi participación: $3,500. Los desafíos se sentían sumamente insuperables, pero acababa de conquistar un brote que se había sentido igualmente desalentador; sabía que hallaría la manera de hacerlo siempre y cuando me lo tomara con calma.
Así, comenzó mi entrenamiento. Empezó conpaseos cortos, pedaleando el tiempo que dura una canción en la bicicleta estática del gimnasio de mi edificio de oficinas. Unos meses después, conseguí mi bicicleta y di mi primer paseo al aire libre por las calles de Washington, DC. Fui en bicicleta desde mi apartamento, pasando por la Casa Blanca, hasta el Monumento a Washington y regresé.
Aunque solo eran cinco millas, fue un paseo arduo. No sabía lo asustado que me sentiría al pedalear por la calle, entre los conductores y peatones de la ciudad que llamo hogar. Me sentí tan en sintonía con mis sentidos durante ese paseo —oyendo los latidos de mi corazón golpetear en mis oídos, disfrutando la forma en la que el viento nublaba mi visión mientras bajaba por la 15th Street, y sobre todo la forma en la que mis rodillas se sentían al subir la colina de camino a casa. Cuando regresé, me sentía sumamente arrepentido: ¿Qué estaba pensando cuando me inscribí en esta locura de paseo en bicicleta? ¡Claramente, no estaba hecho para esto!
Pero unos días después, volví a subirme a la bicicleta e hice el recorrido una vez más;la misma ruta, la misma bicicleta y el mismo ciclista. Lo único que había cambiado era que sabía lo que podía esperar de mi paseo; sabía que el paseo era manejable, y que pasara lo que pasara, podría llegar a casa.
Durante ese paseo, intenté vencer mi miedo a montar en bicicleta, al igual que había podido vencer mi rigidez matinal. Sé la combinación exacta de elongaciones, cantidades de hielo, calor y Tylenol que necesito para aliviar mis articulaciones durante el día. Durante este segundo paseo, aprendí a hallar los carriles para bicicletas que harían que mi viaje se mantuviera a salvo del tráfico de la ciudad, usar gafas de sol para proteger mis ojos del viento y cambiar las marchas para que a mis rodillas les resultara más fácil ir cuesta arriba.
Luego de meses de andar en bicicleta y aprender, y andar un poco más, pude aumentar la longitud de mis paseos de cinco millas a 10, luego a 20 y 30. Lo hice de manera gradual, y fue así como pude contar con el tiempo necesario para poder aprender y crecer. No sucedió de la noche a la mañana, y tampoco fue algo que pude lograr sin tener que enfrentar desafíos. Pero al final, mis articulaciones, las cuales habían experimentado casi dos décadas' de dolor, y a las que me refería cuando decía: "ojalá pudiera, pero no puedo hacerlo debido a mi artritis," lograron pedalear por la costa de California.
Durante el último episodio de nuestro pódcast Live Yes! With Arthritis, hablamos sobre descubrir la actividad física adecuada para usted - y sobre el valor de establecer un objetivo motivador en el cual trabajar. Hoy, mis objetivos son diferentes a los de hace un año: en lugar de trabajar arduamente para poder lograr un gran recorrido, estoy utilizando mi rutina de ejercicios para poder tener una buena noche de sueño durante la pandemia. Y usted también puede lograrlo,. Manténgase en contacto para poder obtener consejos sobre cómo comenzar.