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Los medicamentos para la artritis durante el embarazo

Conozca qué medicamentos son seguros cuando está embarazada, planea quedar embarazada o está amamantando.

Actualización: 21 de noviembre de 2022.

Si tiene una enfermedad reumática, hay muchas posibilidades de que pueda tener un embarazo y un bebé sanos, pero también se encontrará con retos a los que no se enfrentan las embarazadas que no tienen esa enfermedad. Un problema clave es la escasez de datos sobre los efectos de los fármacos para la artritis en la fertilidad y el embarazo, principalmente porque las mujeres lactantes y embarazadas suelen quedar excluidas de los ensayos clínicos. Hay aún menos pruebas sobre el efecto de los fármacos para la artritis en futuros padres y en personas de diferentes razas y etnias.

Si está considerando un embarazo o queda embarazada, su reumatólogo debe colaborar estrechamente con su obstetra/ginecólogo. Sin embargo, este tipo de trabajo conjunto no es una opción para todos, y la mayoría de los reumatólogos no están formados en esta área. Por eso es importante conocer los puntos básicos, investigar por su cuenta y hacer las preguntas correctas.  

Medicamentos que deben evitarse antes de la concepción y durante el embarazo

Algunos de los medicamentos más recetados para la artritis no son seguros cuando se está embarazada o se intenta concebir. Los fármacos más nuevos cuyos efectos aún no se han estudiado en personas embarazadas también están prohibidos. Si desea quedar embarazada, hable con su médico. Es importante que deje de tomar los siguientes medicamentos cuando aún esté en la fase de planificación:

Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (NSAID), como ibuprofeno (Motrin), aspirina y naproxeno (Aleve). Los resultados de los estudios son contradictorios en cuanto a la seguridad de los NSAID en el primer y segundo trimestre. Si su médico le permite tomar un NSAID en las primeras semanas de embarazo, tendrá que dejarlo a las 20 semanas, según las recientes advertencias de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), ya que están asociados con la disminución del líquido amniótico. Hace tiempo que los NSAID se prohíben a partir del tercer trimestre, cuando pueden causar problemas pulmonares y cardíacos al feto en desarrollo. Los NSAID también pueden prolongar el parto y aumentar la pérdida de sangre durante este. Como se sabe menos sobre el inhibidor de la COX-2 celecoxib (Celebrex), no se recomienda cuando se está embarazada.  Los hombres que planean engendrar un hijo pueden tomar NSAID, incluido el celecoxib. Si tiene problemas para concebir y toma un NSAID con regularidad, intente dejar de tomarlo durante varios meses, ya que puede afectar la ovulación. Una dosis baja de aspirina puede tener el efecto contrario y aumentar la posibilidad de quedar embarazada.

Acetaminophen (Tylenol). Aunque antes se consideraba que pequeñas dosis de paracetamol eran seguras durante el embarazo, cada vez son más las investigaciones que demuestran que este fármaco puede causar problemas de desarrollo, como trastornos del tracto reproductivo y urogenital en los bebés, y problemas como el trastorno por déficit de atención/hiperactividad y autismo en etapas posteriores de la vida. No hay muchas alternativas buenas para el paracetamol y algunos expertos están en contra de estos resultados, ya que señalan que la fiebre y el dolor, condiciones que trata el paracetamol, también pueden suponer un peligro para el feto en desarrollo. Si necesita acetaminofén por razones médicas, utilice la dosis más baja que pueda durante el menor tiempo posible.

Drogas antirreumáticas modificadoras de la enfermedad (DMARD) sintéticas convencionales, como metotrexato, micofenolato mofetilo (Cellcept), ciclofosfamida (Cytoxan) y talidomida (Thalomid). Estos medicamentos se utilizan para tratar diversas enfermedades reumáticas, aunque el metotrexato, una terapia fundamental para la artritis reumatoide, es el que se prescribe con mayor frecuencia. Los cuatro fármacos pueden causar graves defectos de nacimiento y deben suspenderse unos tres meses antes de intentar concebir. Su médico puede sugerirle que los sustituya por un medicamento alternativo que se considere de bajo riesgo para el embarazo. Los hombres que planean tener un hijo también deben suspender la talidomida y la ciclofosfamida entre uno y tres meses antes de intentar concebir, aunque estudios sugieren que es seguro que continúen con el micofenolato y el metotrexato. La ciclofosfamida puede causar infertilidad irreversible tanto en hombres como en mujeres. Algunos hombres que toman este fármaco optan por congelar su esperma, y las mujeres pueden recibir un tratamiento hormonal para suprimir sus ovarios mientras reciben el fármaco, lo que parece reducir el riesgo de daño ovárico.

Leflunomida (Arava): este medicamento debe suspenderse y se debe eliminar todo rastro de la sangre antes de intentar concebir. Los médicos suelen utilizar un medicamento llamado colestiramina para eliminarlo rápidamente; de lo contrario, el fármaco puede permanecer en el organismo hasta dos años. Si queda embarazada mientras toma leflunomida, avísele a su médico inmediatamente. Es más probable que todo salga bien si se elimina con colestiramina al principio del embarazo. Y si cree que quiere quedar embarazada en el futuro, hable con su médico para usar un medicamente diferente desde el comienzo.

Productos biológicos, como rituximab (Rituxan), belimumab (Benlysta), anakinra (Kineret), abatacept (Orencia), tocilizumab (Actemra), secukinumab (Cosentyx) y ustekinumab (Stelara). Son moléculas complejas fabricadas a partir de células vivas y se utilizan cada vez más para tratar enfermedades reumáticas. Sin embargo, estos deben dejar de usarse tan pronto como sepa que está embarazada, debido a la falta de información sobre su seguridad durante el embarazo. El rituximab, la anakinra y el belimumab son seguros para los hombres que intentan concebir o cuya pareja está embarazada.   

Inhibidores de la cinasa Jano​​​​​​​ (JAK), entre ellos baricitinib (Olumiant), tofacitinib (Xeljanz) y upadacitinib (Rinvoq). Estos medicamentos pertenecen a una nueva clase de fármacos llamados DMARD sintéticas selectivas (tsDMARDs), o inhibidores de moléculas pequeñas. En estudios con animales, se asociaron con un mayor riesgo de defectos de nacimiento. No hay muchos datos sobre qué tan seguros son en humanos, pero es probable que atraviesen la placenta y no se recomiendan durante el embarazo. Los tres inhibidores de la JAK también están asociados con un mayor riesgo de ataque cardíaco, accidente cerebrovascular, coágulos de sangre y cáncer en adultos.

El apremilast (Otezla), un inhibidor de la fosfodiesterasa 4 (PDE4), se utiliza para tratar la psoriasis y la artritis psoriásica. No se han realizado estudios sobre el efecto del apremilast durante el embarazo, pero el fabricante del medicamento desaconseja su uso en personas embarazadas.

Corticoesteroides, como la prednisona y la prednisolona. Según el American College of Rheumatology (ACR), menos de 10 mg de prednisona al día pueden ser seguros durante el embarazo. Las dosis más altas deben reducirse a 20 mg o menos cuando sea posible, a veces con un medicamento seguro para el embarazo a fin de evitar brotes. La prednisona y la prednisolona no atraviesan la placenta de forma significativa con dosis bajas, y los estudios más recientes sugieren que no existe un mayor riesgo de defectos de nacimiento. Las dosis más altas pueden provocar la rotura de membranas y que los bebés sean más pequeños de lo normal al nacer, así como un mayor riesgo de hipertensión arterial y diabetes gestacional en las personas embarazadas.

 

Fármacos más seguros durante el embarazo

Si está buscando un embarazo o simplemente está pensando en ello, asegúrese de hablar con su médico para controlar bien su enfermedad y cambiar a medicamentos más seguros desde el principio. Lleve un control durante varios meses para asegurarse de que su enfermedad se mantenga estable con los nuevos medicamentos.

Algunas DMARD sintéticas convencionales, como sulfasalazina (Azulfadina, Sulfazina), colchinina (Colcrys), azatioprina (Imuran), 6-mercaptopurina (Purinethol), ciclosporina (Gengraf, Neoral) e hidroxicloroquina (Plaquenil) son seguras para tomar o seguir tomando durante el embarazo. Si tiene lupus y aún no toma hidroxicloroquina, el embarazo es un buen momento para empezar, ya que se ha demostrado que mejora los resultados en la madre y el embarazo. La seguridad del tacrolimus (Prograf, Protopic) no está tan clara, aunque se utiliza cada vez más. Puede atravesar la placenta y, aunque no está asociado con defectos de nacimiento, puede aumentar el riesgo de parto prematuro y empeorar la hipertensión arterial en las personas embarazadas. Por lo general, solo se prueba cuando un medicamento más seguro, como la azatioprina, no ha funcionado lo suficientemente bien. Los hombres que planean concebir pueden seguir utilizando todos estos fármacos, incluido el tacrolimus, por ser relativamente seguros durante en el embarazo.

Inhibidores del factor de necrosis tumoral (TNF), incluyendo etanercept (Enbrel), infliximab (Remicade), adalimumab (Humira), certolizumab pegol (Cimzia) y golimumab (Simponi) y sus productos biosimilares. Estos productos biológicos se utilizan con frecuencia para tratar la inflamación causada por la artritis reumatoide, la artritis psoriásica y la espondilitis anquilosante, enfermedades en las que el TNF desempeña un papel importante. Los inhibidores del TNF llevan más tiempo en el mercado que otros productos biológicos. La FDA aprobó el primero, el etanercept, en 1998, pero hay pocos estudios publicados sobre sus efectos durante el embarazo. Estos medicamentos se consideran relativamente seguros durante la concepción y los dos primeros trimestres. Deben suspenderse en el tercer trimestre, si es posible, cuando la cantidad de medicamento que atraviesa la placenta es mayor. Esto podría suprimir el sistema inmunitario del recién nacido. La excepción es el certolizumab, que se considera seguro durante todo el embarazo y después de este, ya que apenas se transfiere a través de la placenta o de la leche materna.
 

Fármacos más seguros durante la lactancia

La lactancia materna tiene todo tipo de beneficios para el recién nacido, como una nutrición de alta calidad, una mayor inmunidad, una mejor función gastrointestinal (GI) y un menor riesgo de diabetes, enfermedades cardíacas y cáncer en el futuro. La American Academy of Pediatrics recomienda la lactancia materna como único alimento durante los primeros seis meses de vida; además, se recomienda seguir amamantando hasta que el bebé tenga al menos un año de edad.

El problema para las personas con enfermedades reumáticas es que los síntomas suelen recrudecerse después del parto y puede que haga falta tomar medicamentos para controlarlos. Esto significa que los nuevos padres y sus médicos deben sopesar los posibles perjuicios de los medicamentos para un bebé frente a los daños causados por una enfermedad no tratada en la madre. Algunos medicamentos pasan fácilmente a la leche materna y los bebés prematuros, cuyo tracto gastrointestinal no está completamente desarrollado, pueden absorberlos en mayor proporción.

Si amamanta, los siguientes medicamentos son seguros:

  • Hidroxicloroquina
  • Colchicina
  • Sulfasalazina
  • Inhibidores del TNF
  • Prednisona, en una dosis menor a 20 mg diarios

Los fármacos que probablemente sean seguros incluyen los siguientes:

  • Azatioprina
  • 6-mercaptopurina
  • Ibuprofeno
  • Productos biológicos sin TNF como anakinra, rituximab, belimumab, abatacept, tocilizumab, secukinumab y ustekinumab

Los medicamentos que no son seguros durante la lactancia son los mismos que son peligrosos durante el embarazo:

  • Ciclofosfamida
  • Leflunomida
  • Metotrexato
  • Micofenolato mofetilo
  • Talidomida

Para las personas con una enfermedad reumática, el embarazo y la lactancia son etapas de equilibrio. Su médico debe explicarle las ventajas y desventajas de todas las opciones para que pueda tomar la mejor decisión posible con el fin de mantener su propia salud y el desarrollo del bebé.

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