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Las comorbilidades y la gota 

Tener gota aumenta el riesgo de desarrollar diabetes, enfermedades cardíacas y otras enfermedades. 

Cuando se padece gota, el ácido úrico se acumula y forma cristales dolorosos alrededor de las articulaciones, lo que suele afectar al dedo grande del pie. Sin embargo, los problemas de salud relacionados con la gota van más allá de las articulaciones. El exceso de ácido úrico también puede dañar los riñones, los vasos sanguíneos y otros órganos, y la gota aumenta el riesgo de padecer varios trastornos. Entre ellos se encuentran las enfermedades renales y cardiovasculares, así como la diabetes, la depresión y la apnea del sueño.  

Si comprende su vulnerabilidad a las enfermedades relacionadas con la gota, podrá realizar cambios en su estilo de vida que minimicen los riesgos y mejoren los síntomas, como adoptar una dieta más saludable, moverse más y perder peso. Al mismo tiempo, su médico puede observar el desarrollo de problemas e intervenir con tratamientos que limiten los daños.  

“El primer ataque de gota debería ser una llamada de atención”, afirma Eswar Krishnan, MD, reumatólogo de Newbury Park, California. “Debería motivar una evaluación completa de la salud y de los riesgos para la salud, una reevaluación del estilo de vida y, en el caso de hombres y mujeres menores de cincuenta años, una evaluación renal completa”. 

Si tiene gota, hable con su médico sobre los siguientes temas: 

Enfermedad renal crónica y cálculos renales

La acumulación de cristales de ácido úrico en los riñones puede causar problemas que van desde la reducción de la función renal hasta la insuficiencia renal. El daño es progresivo, pero el tratamiento adecuado a menudo puede retrasarlo. En un estudio de 2018 publicado en la revista Arthritis Research & Therapy se informó que las personas con gota tienen un 78% más de riesgo de padecer una enfermedad renal moderada, que normalmente no presenta síntomas. En el mismo estudio se señaló que aproximadamente 1 de cada 4 personas con gota tiene este nivel de daño renal.  

Los cálculos renales, que se forman cuando los cristales de ácido úrico se asientan en los órganos y bloquean las vías urinarias, afectan aproximadamente a 1 de cada 5 personas con gota. Las personas que no tienen gota y presentan niveles de ácido úrico superiores a los normales también tienen un riesgo elevado de padecer cálculos renales, según un estudio de 2017 de la revista American Journal of Kidney Disease. Según dicho estudio, cuanto mayor sea el nivel de ácido úrico, mayor será el riesgo.  

Enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular

Según las investigaciones, la gota está relacionada con un mayor riesgo de sufrir varios tipos de enfermedades cardiovasculares, como ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca y fibrilación auricular, o latidos irregulares del corazón. En un estudio de 2018 de la revista Arthritis Care & Research, por ejemplo, se descubrió que los adultos mayores de 65 años tienen al menos el doble de riesgo de sufrir un ataque cardíaco en comparación con los que no tienen gota. La gota también aumenta el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular y una enfermedad vascular periférica.  

Los científicos aún no están seguros de cómo la gota aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Según una actualización de 2017 sobre las enfermedades relacionadas con la gota publicada en la revista BMC Medicine, la inflamación continua en todo el cuerpo causada por la acumulación de cristales de ácido úrico puede dañar los vasos sanguíneos, pero es probable que haya varios factores interrelacionados.  

Diabetes

Según un estudio de 2016 de la revista Annals of the Rheumatic Diseases, las mujeres con gota tienen un 71% más de probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2; mientras que, en los hombres, la gota aumenta el riesgo de diabetes en un 22%.  

La inflamación anormal probablemente contribuye al aumento del riesgo, junto con los trastornos comunes a las dos enfermedades, como el sobrepeso y el tener altos niveles de colesterol o de presión arterial. 

Depresión

Según un estudio de 2018 publicado en la revista Psychiatry Research, la gota en adultos mayores de 65 años se asocia con un 42% más de riesgo de depresión. Una vez más, el vínculo común no está claro, pero los científicos sospechan que la inflamación crónica y sistémica, que recientemente se ha vinculado a la depresión, desempeña un papel.  

Apnea del sueño

Las personas con gota tienen un riesgo dos veces mayor de padecer apnea obstructiva del sueño, un trastorno caracterizado por frecuentes pausas de segundos a minutos de duración en la respiración durante el sueño, según un estudio de 2018 de la revista Journal of Clinical Sleep Medicine.  

En la investigación publicada en 2019 en la revista Arthritis & Rheumatology también se descubrió que las personas con apnea del sueño tienen un mayor riesgo de padecer gota, que es más alto en los dos años posteriores al diagnóstico del trastorno del sueño. Al igual que la gota, la apnea del sueño también aumenta el riesgo de obesidad, diabetes, presión arterial alta, ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, y los investigadores creen que ambos trastornos tienen mecanismos en común.  

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