Cómo vivir bien con artritis

El conocimiento es poder. Lea todo lo que pueda y localice fuentes de noticias e información confiables (ya sea en línea o fuera de ella), averigüe dónde se imparten clases de ejercicio en su comunidad, y efectúe muchas preguntas —a su médico, a su fisioterapeuta y a otros profesionales de la salud.

Vivir con una enfermedad crónica, como por ejemplo la artritis, incrementa las posibilidades de desarrollar depresión. Entre los signos de alerta se incluyen: cansancio constante, pérdida de apetito, dificultad para tomar decisiones, interrupción del sueño y experimentar sentimientos de inutilidad. Para evitar la depresión, desarrolle una red de familiares y amigos que le levanten el ánimo y lo ayuden a mantenerse activo.

Es más probable que maneje su enfermedad de forma exitosa si usted y su médico toman decisiones informadas de forma conjunta. Asegúrese de que su médico pase tiempo con usted analizando las opciones de tratamiento y respondiendo a todas sus preguntas. Analicen formas de mejorar su funcionamiento, tales como perder peso, ser más activo o reducir el estrés. Hable con su médico sin tapujos, ni siquiera se avergüence de admitir que no ha seguido alguno de sus consejos. Acepten estar en desacuerdo cuando ambos tengan opiniones diferentes, y continúen hablando sobre ello.

Es natural sentirse inquieto y molesto luego de haber sido diagnosticado con artritis o una condición relacionada. Pero quienes viven satisfactoriamente aunque tengan una enfermedad crónica aceptan que su diagnóstico ha llegado para quedarse, y rápidamente comienzan a pensar en cómo adaptar sus vidas. Fíjese en lo que puede hacer y en lo que puede necesitar cambiar (ya sean actividades, dieta, ejercicios o nivel de estrés). Elabore un plan (con su médico) y escríbalo. Hable con su familia y amigos sobre los cambios que tendrá que efectuar. Dejarle saber a los demás cuál es su plan puede ayudarlo a apegarse a él.

No tiene que renunciar a la vida que tenía antes de ser diagnosticado, pero puede que tenga que poner en marcha el plan que elaboró. No es sorprendente escuchar que los pacientes más exitosos son los que efectuaron cambios, tales como hacer más ejercicio, perder peso y comer comidas más nutritivas. Reconozca su responsabilidad —y su capacidad— de cuidarse adecuadamente para vivir de forma saludable. Asegúrese de que sus objetivos son realistas, aunque ahora mismo solo impliquen dar pequeños pasos. Logre que su familia y amigos lo ayuden a efectuar cambios saludables, y controle su propio comportamiento de manera frecuente.