Actitudes de los padres y artritis juvenil

Por Charlotte Huff

Cuando a su hijo le diagnostican artritis juvenil (AJ), es posible que usted se pregunte cómo se encuentra varias veces al día. Pero a pesar de la tendencia natural a preocuparse, no puede permitir que sus propias ansiedades determinen las percepciones de su hijo. Al desarrollar una actitud positiva y proactiva, los médicos creen que los padres pueden ayudar a replantear la percepción de su hijo sobre su vida con artritis. 

"Incluso los niños con los síntomas de artritis más desafiantes responden muy bien si sus padres tienen una buena actitud", dice Suzie Wright, terapeuta ocupacional del Departamento de Pediatría del Kansas University Medical Center.

Aun así, el equilibrio es difícil y requiere tiempo y paciencia para que los padres lo dominen, dice Mark Connelly, PhD, psicólogo clínico de la salud y profesor adjunto de pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Missouri-Kansas City. Se trata de un equilibrio, dice, entre animar a los niños a aprender a autogestionar su enfermedad y establecer expectativas, al tiempo que se les proporciona apoyo emocional mientras viven con una enfermedad crónica. 

Desviar la atención de la artritis

Inmediatamente después de que un niño desarrolle artritis, es normal que las rutinas familiares se vean alteradas y que su atención se centre desproporcionadamente en ese niño, dice Connelly. También es saludable que los padres hagan una especie de duelo durante un tiempo, dice Wright, pero cuanto antes puedan rehacerse, mejor para todos.

Los padres también deben tratar de desviar su atención de los niveles de dolor del niño, dice Connelly. Cuanto más pregunte por el dolor, más se centrará su hijo en él y más dificultades tendrá para afrontarlo, dice.

Ser demasiado protector puede tener también otras consecuencias negativas, agrega Connelly. "Si los padres tienen la percepción de que su hijo es especialmente vulnerable, es mucho más probable que respondan a su hijo como un niño enfermo y sean más protectores", afirma. Esto puede afectar al funcionamiento de los niños y a su confianza para manifestar cuando tienen un problema. "Pueden empezar a pensar que no son capaces de comunicar o tratar eficazmente sus síntomas, y les puede empezar a faltar confianza en su capacidad para hacerlo".

Influir en el comportamiento y elaborar estrategias

Connelly descubrió que las respuestas más protectoras ante el dolor del niño (por ejemplo, asumir la mayoría de las responsabilidades para controlar el dolor) hacían que el niño tuviera menos probabilidades de mantener una participación normal en las actividades. Por otro lado, incluso en el caso de los niños con una enfermedad más grave, cuanto más utilizaban los padres las técnicas de distracción, como animar al niño a utilizar estrategias de relajación, mejor podía controlar el dolor.

El dolor también debe tratarse médicamente, pero usted puede ayudar aprendiendo a centrarse en soluciones positivas, en lugar de atender la angustia de su hijo. En resumen, puede ayudar a su hijo a aprender a cambiar los pensamientos negativos por los positivos y a encontrar actividades alternativas cuando tenga dolor. Por ejemplo, si a su hijo le duele demasiado ir al centro comercial con sus amigos, anímele a invitarlos a ver una película y preparar una pizza en su lugar.

Si pone en práctica una estrategia centrada en lo positivo, probablemente su hijo reflejará esta actitud con el tiempo. A medida que los años avanzan, usted puede ayudar a su hijo a desarrollar fuertes habilidades de afrontamiento y confianza en sus capacidades mientras maneja su enfermedad. Su hijo es mucho más que un diagnóstico de artritis juvenil y con una actitud optimista ambos estarán mejor equipados para superarlo.