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Cómo reconocer los signos de advertencia de un brote de AIJ 

Es posible que su hijo no siempre le cuente cuando las cosas se ponen difíciles. Aprenda a detectar los síntomas de un brote de artritis idiopática juvenil antes de que se salgan de control. 

Por Mary Anne Dunkin

La vida con artritis idiopática juvenil (AIJ) puede ser impredecible. La enfermedad de su hijo puede estar calma durante períodos prolongados y volverse activa (brote), lo que posiblemente requiera un cambio o un refuerzo en el tratamiento para que esté más cómodo y evitar el daño articular. ¿Pero cómo sabe cuándo su hijo está teniendo un brote?

Los reumatólogos pediátricos están capacitados para reconocer la enfermedad activa, pero para los padres y los niños, identificar un brote puede ser difícil, dice Jonathan Hausmann, MD, reumatólogo pediátrico y de adultos en Boston Children's Hospital y Beth Israel Deaconess Medical Center. Ello se debe a que el aumento del dolor -una de las características de los brotes en los adultos con artritis- es un factor menos importante para los niños con artritis, señala. "La mayoría de las veces, los niños no se quejan del dolor, suelen ser los padres los que notan que algo anda mal". 

Signos y síntomas de un brote

Algo puede "andar mal" con su hijo si nota cualquiera de los siguientes puntos: 

Signos y síntomas

Las articulaciones hinchadas son el signo más común de un brote, dice el Dr. Hausmann. Usted puede notar el agrandamiento de una sola articulación o de varias. Las articulaciones muy inflamadas pueden ser rojas y sentirse calientes al tacto.

Su hijo generalmente activo puede quedarse más tiempo en el sofá, rehusarse a hacer las tareas que hacía con orgullo por su mesada, sentarse en un banco del parque en lugar de trepar el pasamanos o pasar de hacer tiros al aro con sus amigos. 

Su hijo podría tener problemas para levantarse por la mañana o comenzar a dormirse más temprano. Un niño pequeño puede hacer siestas más largas, y un niño que no ha hecho siestas en años puede empezar a hacerlas de nuevo. 

Los niños pueden cojear si hay una rodilla o cadera afectada. Los niños muy pequeños pueden dejar de caminar y volver a gatear.

La disminución del rendimiento escolar podría ser un signo de que el dolor, la fatiga o "sentirse mal" en general está interfiriendo en la concentración o la capacidad para hacer las tareas. 

Un niño normalmente agradable y alegre puede parecer triste o desanimado, aislarse de sus amigos y su familia o ponerse de mal humor y gritarles o discutir con amigos, hermanos o con usted. 

Por qué los niños no dicen nada

Incluso si su hijo se da cuenta de que algo no está bien, es posible que no comparta esa información con usted. "Mientras que un niño pequeño puede no ser consciente o capaz de verbalizar lo que siente, a veces los niños mayores no quieren enfrentarse a su enfermedad", dice el Dr. Hausmann.  "No quieren ir al médico ni tomar medicamentos, por lo que pueden dudar en hablar". 

"[Algunos] no se sienten cómodos con ser vulnerables, por lo que se rehúsan a hablar con sus padres sobre cómo se sienten", dice Rosalind Dorlen, PhD, psicóloga clínica de Summit, NJ. Por lo tanto, si le pregunta a un niño si se siente bien, tal vez le diga que sí cuando no es así. 

Por ese motivo, tanto el Dr. Hausmann como Dorlen, que se especializa en problemas psicológicos asociados con enfermedades crónicas, recomiendan ser específicos. "Diga: 'He notado que has estado retraído y pareces un poco malhumorado'", dice Dorlen. "'Creemos que hay algo que te está molestando y de lo que no estás hablando'".

Para algunos niños, rehusarse a hablar podría ser un signo de resiliencia. Si bien algunos niños recurren a sus padres por cada pequeña molestia, otros prefieren resolver las cosas por su cuenta, dice Dorlen. Y a veces eso puede ser algo bueno, a menos que el problema requiera atención médica. 

Por supuesto, un brote no es lo único que puede generar mal humor o bajo rendimiento escolar. Pero si su hijo no habla por temor a tener que ir al médico o perderse actividades, y usted nota signos de inflamación y rigidez en las articulaciones, eso es motivo suficiente para confrontar a su hijo, dice Kelly Rouster-Stevens, MD, profesora asociada de Pediatría en Emory University School of Medicine en Atlanta. Recomienda que le diga a su hijo: "Cuando tienes un brote de artritis, podrías lastimarte porque tus articulaciones son menos estables. Queremos hacer todo para proteger tus articulaciones y que no se lastimen". 

Además, recuérdele amablemente a su hijo que lastimarse podría implicar que se pierda actividades divertidas por más tiempo. Esto podría animarlo a hablar. Mantener una comunicación abierta es importante para que los niños se sientan cómodos hablando con usted si tienen un problema, dice Dorlen.

Pero siempre sea observador. Si percibe que algo anda mal, es necesario llamar al médico de su hijo, dice el Dr. Hausmann.

 

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