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La terapia de calor ayuda a relajar las articulaciones rígidas   

Descubra diferentes formas de aliviar el dolor articular utilizando agua cálida o una compresa caliente. 

Por Carolyn Sayre 

¿Busca una forma natural de poner en movimiento sus articulaciones por la mañana? Cierre el botiquín y pruebe un remedio milenario que ha superado la prueba del tiempo: el calor.  

Si padece una enfermedad crónica como por ejemplo fibromialgia, artritis o dolor lumbar, pruebe calentar las cosas. Sumergirse en agua cálida o aplicar una compresa caliente es una de las formas más antiguas, económicas y seguras de terapia complementaria. Numerosas investigaciones han demostrado que los tratamientos con calor pueden relajar las articulaciones rígidas y aliviar los músculos adoloridos.   

Aquí le explicamos de qué manera funciona. Cuando calienta una articulación adolorida o un músculo cansado, los vasos sanguíneos se agrandan. Esto permite que lleguen más sangre, oxígeno y nutrientes a los tejidos lesionados. Una mejor circulación significa más relajación para esos músculos y articulaciones rígidos.  

Si tiene una lesión aguda o está experimentando un brote, manténgase alejado del calor. Si experimenta una repentina hinchazón y enrojecimiento por haberse excedido el día anterior, será mejor que lleve a cabo tratamientos con frío durante unos días. El frío tiene el efecto contrario al calor: reduce el flujo sanguíneo y disminuye la inflamación.  

Formas sencillas de calentar su rutina diaria.

  • Comience bien el día dándose una larga y cálida ducha. El calor del agua reducirá la rigidez matutina, hará que su cuerpo se vuelva más flexible y aumentará su rango de movimiento para poder afrontar la actividad diaria que le espera.  

  • Asegúrese de que el agua no esté demasiado caliente, sobre todo si tiene problemas cardíacos. Una temperatura saludable debe oscilar entre 92 y 100 grados.  

  • Añada un poco de tiempo de preparación. Tomar una ducha antes de entrenar o dar un largo paseo puede ayudar a preparar las articulaciones tensas para el ejercicio y reducir la posibilidad de lesiones.  

  • Compre una almohadilla eléctrica en la farmacia. Caliente sus caderas, espalda, hombros y rodillas antes de estirar o hacer ejercicio.  

  • Fabrique una almohadilla térmica húmeda colocando una toalla húmeda dentro de una bolsa de congelación y luego calentándola en el microondas durante un minuto.  

  • Cuando esté efectuando tareas en la computadora o leyendo el periódico, descanse con la compresa caliente apoyada sobre la zona afectada durante 20 minutos.  

  • Sumerja las manos o los pies en cera de parafina derretida (¡primero pruebe la temperatura!). Espere a que se enfríe y despegue la cera. 

  • Dese un chapuzón. Cuando se tiene artritis, una piscina con agua tibia es el lugar ideal para fortalecer los músculos y aumentar la flexibilidad. El agua reducirá la fuerza de la gravedad que comprime la articulación y ofrecerá 360 grados de apoyo para las extremidades adoloridas que tienen un rango de movimiento limitado.  

  • Coseche las recompensas. La flexibilidad y el alivio durarán un largo tiempo luego de haberse secado con la toalla. Numerosos estudios demuestran que los pacientes con artritis y fibromialgia que participaron en programas de ejercicios en agua tibia dos o tres veces por semana pudieron moverse mejor y sintieron hasta un 40 por ciento menos de dolor. 

  • No se exceda. El máximo beneficio se alcanza luego de permanecer sumergido en una piscina o bañera de agua cálida aproximadamente 20 minutos. Asegúrese de beber agua antes y después del chapuzón.  

  • Relájese en una bañera de agua caliente si la piscina climatizada le resulta incómoda. Relaje su mente y afloje las articulaciones que puedan haberse agarrotado a causa de sus actividades diarias con un baño nocturno.   

  • Consiéntase con unas sales de baño. Bañarse en cristales de sulfato de magnesio (sales de Epsom) puede ayudar a incrementar sus niveles de magnesio —siendo este un mineral importante para la salud de los huesos y el corazón.

Alternar terapias de frío y calor para aliviar el dolor articular tiene sus ventajas. El frío es mejor para las articulaciones muy adoloridas e inflamadas. Es útil para dolores musculares y articulares o para aliviar dolores posteriores a alguna actividad o ejercicio. No alterne frío y calor inmediatamente. Descanse un par de horas entre una sesión y la otra.

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