Quinta enfermedad

La quinta enfermedad, también llamada Erythema infectiosum, es una enfermedad viral leve que suele afectar mayormente a los niños. Se llama quinta enfermedad porque es la quinta de las cinco enfermedades eruptivas virales de la infancia (las otras cuatro son sarampión, rubéola, varicela y roséola). Los adultos también pueden contagiarse el virus y contraer la quinta enfermedad. Los adultos suelen tener una enfermedad más severa similar a la gripe, pero rara vez desarrollan la erupción. Los adultos que se contagian la enfermedad, en especial las mujeres, tienen más probabilidades que los niños de sufrir síntomas articulares. 

La quinta enfermedad es causada por el parvovirus humano B19. Suele afectar a los niños en edad preescolar o escolar durante la primavera. La enfermedad se contagia a través de los fluidos de la nariz y la boca cuando alguien toce o estornuda. Alrededor del 20% de las personas que se contagian el virus no tienen síntomas, pero igual pueden contagiar el virus. 

Entre 4 y 14 días después de contagiarse el parvovirus humano B19, un niño puede presentar síntomas de resfrío o similares a la gripe, como fiebre baja, fatiga y sensación de malestar general. Después de unos días, el niño puede experimentar una erupción en el rostro, que luce como si lo hubieran abofeteado en las mejillas, y una erupción roja en el torso y las extremidades. La erupción puede picar, pero no en todos los casos. La erupción mejorará en 7 a 10 días. Alrededor del 10% de los niños que tienen la quinta enfermedad también experimentan dolor articular y posiblemente hinchazón articular. 

Los adultos infectados generalmente tienen síntomas más severos similares a la gripe, pero quizás no desarrollen la característica erupción en las mejillas. Sin embargo, el 78% de los adultos que experimentan síntomas sufren dolor e hinchazón articular entre una y tres semanas después de la infección inicial. Las articulaciones de las manos, muñecas y rodillas suelen ser las más afectadas en un patrón simétrico. Los síntomas articulares suelen resolverse en una o dos semanas, pero aproximadamente el 10% de los adultos con síntomas articulares tienen dificultades prolongadas. Se sabe que el dolor articular crónico ha llegado a durar hasta nueve años. 

Generalmente, un médico puede diagnosticar la quinta enfermedad viendo la típica erupción durante un examen. Si los síntomas articulares duran más que la erupción, o si la erupción nunca aparece, un análisis de sangre puede detectar los anticuerpos contra el virus. Sin embargo, realizar un diagnóstico específico con los análisis de sangre es posible solo por un período breve, ya que el nivel de anticuerpos contra una infección reciente es elevado durante solo dos meses después de la infección. Después de este período, solo es posible saber si la persona tuvo parvovirus B19 alguna vez en su vida. 

La fiebre y el dolor articular de la quinta enfermedad en los niños quizás no necesiten tratamiento o puedan aliviarse con acetaminofeno o ibuprofeno. Los adultos con dolor e hinchazón articular quizás necesiten descansar, alterar sus actividades y tomar medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, como ibuprofeno o naproxeno sódico. En casos infrecuentes en los que se produzcan síntomas de artritis prolongados, pueden agregarse otros medicamentos de acción lenta. En ocasiones, las personas con artritis crónica a causa del parvovirus pueden tomar medicamentos como la hidroxicloroquina, pero esto rara vez es necesario. 

La quinta enfermedad suele ser leve y desaparecer por sí sola. Los niños y adultos saludables generalmente se recuperan por completo. Seguir una dieta equilibrada saludable, beber una cantidad adecuada de líquido y descansar lo ayudará a controlar con éxito esta enfermedad.