La artritis y la salud mental
Conozca más sobre la conexión entre la artritis, la depresión y la ansiedad, y cómo estas enfermedades pueden empeorar la artritis.
Tener cualquier forma de artritis —artrosis, artritis reumatoide (AR), artritis psoriásica (AP), artritis juvenil, lupus, espondilitis anquilosante, gota, fibromialgia o enfermedades relacionadas— puede tener un efecto negativo en la salud mental. Esto se manifiesta más comúnmente como depresión o ansiedad. También funciona al revés: los problemas de salud mental pueden empeorar los síntomas de artritis.
Definición de ansiedad y depresión
Según la Asociación Estadounidense de Psicología:
- La ansiedad se caracteriza por sentimientos de tensión, preocupación e irritabilidad junto con cambios físicos, como aumento de la presión arterial.
- La depresión se caracteriza por tristeza, falta de interés en las actividades diarias, pérdida o aumento de peso, insomnio o sueño excesivo, falta de energía, incapacidad para concentrarse, sentimientos de inutilidad o culpa excesiva y pensamientos recurrentes de muerte o suicidio.
Cómo la salud mental afecta la artritis
Los índices de depresión y ansiedad en personas con enfermedades relacionadas con la artritis varían según la población, el tamaño del estudio y las herramientas de medición utilizadas. Pero los datos muestran que los índices pueden ser entre 2 y 10 veces más altos que los índices de la población general, dependiendo del tipo de artritis.
Los estudios también indican que la ansiedad y la depresión pueden bajar el umbral de dolor. Y entonces el dolor crónico agrava la ansiedad y la depresión. Asimismo, las personas con artritis y depresión tienden a tener más limitaciones funcionales, es menos probable que sigan sus regímenes de tratamiento y tienen mayores probabilidades de desarrollar otros problemas de salud. El círculo vicioso de dolor, el deterioro de la salud y un estado de ánimo negativo pueden cambiar significativamente la evolución y el tratamiento de la artritis.
Dolor y depresión
Muchos estudios han demostrado claramente que las personas que sufren artritis y tienen los niveles de dolor más altos son las más propensas a estar ansiosas o deprimidas. No está claro exactamente por qué una mayor intensidad del dolor se asocia con la depresión. Parece ser una responsabilidad compartida.
- El dolor incita a la depresión. Vivir con dolor diario es física y emocionalmente estresante. Se sabe que el estrés crónico cambia los niveles de sustancias químicas del cerebro y del sistema nervioso. Estas hormonas del estrés y los neuroquímicos, como el cortisol, la serotonina y la norepinefrina, afectan el estado de ánimo, el pensamiento y el comportamiento. Alterar el equilibrio de estas sustancias químicas en el cuerpo puede generar depresión en algunas personas.
- La depresión empeora el dolor. La depresión debilita la capacidad de una persona de enfrentar y sobrellevar el dolor. La percepción de una persona sobre su enfermedad, por ejemplo el dolor de espalda, puede ser más negativa en comparación con las personas que no están deprimidas.
Jon T. Giles, MD, profesor adjunto de Medicina en la Universidad de Columbia y reumatólogo en el New York Presbyterian Hospital, en New York City, dice: "Las sensaciones dolorosas se transmiten a través del cerebro de una manera muy compleja, y pueden ser moduladas de manera ascendente o descendente". El estrés, la falta de sueño, la ansiedad y la depresión influyen en los niveles de dolor, explica.
Inflamación y depresión
Sabemos que el dolor y la discapacidad están relacionados con la depresión en la artritis, pero una teoría en desarrollo es que la inflamación también desempeña un papel. Un estudio publicado en The Journal of Clinical Psychiatry revisó los niveles de proteína C reactiva —un marcador de inflamación— en 10,036 personas que respondieron a la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición. Las personas que tenían síntomas de depresión mostraron niveles de PCR un 31% más altos que las que no tenían síntomas depresivos.
Hay muchos estudios que reconocen la depresión como un estado inflamatorio. "Existe un evento bien documentado llamado depresión inducida por las citocinas, donde las citocinas aumentan y se produce la depresión", explica Patricia Katz, PhD, profesora de Medicina en la Universidad de California, San Francisco. Citocinas específicas, como la interleucina-1, la interleucina-6 y el factor de necrosis tumoral-α, están involucradas en el proceso de dolor e inflamación de la artritis.
Estilo de vida y depresión
Tener artritis es doloroso y agotador. La inflamación y la fatiga que la acompañan lo desmoralizan aún más. Si a esto le sumamos una enfermedad concurrente, como la diabetes o una afección cardíaca, la vida activa que antes llevaba puede haber desaparecido. Estos problemas de salud pueden hacer que no haga ejercicio, que sea menos social y se aísle más, y que su calidad de sueño empeore. Estos cambios negativos en su estilo de vida pueden aumentar su dolor y apagar su estado de ánimo general, generando así tristeza y depresión. Si bien las causas de la depresión en las personas con artritis pueden diferir, la relación es real y puede cambiar la vida. Tratar no solo la artritis, sino también tratar específicamente la ansiedad o la depresión es clave para vivir su vida al máximo.
Los siguientes son algunos recursos para ayudarlo a abordar su salud mental y bienestar emocional:
Escuche el episodio Make Mental Health a Priority del pódcast Live Yes! With Arthritis.
Lea nuestro libro electrónico Coping & Comfort para saber qué recomiendan los expertos.
Obtenga consejos, estrategias y apoyo de expertos para controlar el dolor en nuestros Recursos para el dolor.
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