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Causas de la fatiga en la artritis 

La inflamación, el dolor, la inactividad y factores relacionados con el estilo de vida pueden causar un cansancio extremo cuando se vive con artritis.

Todo el mundo se agota de vez en cuando. Pero el agotamiento que perturba su vida diaria y no mejora luego de una buena noche de sueño tiene su propio término médico: fatiga. La fatiga afecta de manera considerable la calidad de vida de las personas que padecen diversas formas de enfermedades relacionadas con la artritis, entre las que se incluyen la artritis reumatoide, la artritis psoriásica, la espondiloartritis, el lupus, la fibromialgia y la artrosis. Su falta de energía puede estar causada por su enfermedad inflamatoria y por otras condiciones de salud que esté experimentando, así como también por los efectos colaterales de los medicamentos y su etilo de vida. 

La actividad de la enfermedad y el sueño

La fatiga y los problemas de sueño van de la mano en muchas personas que tienen artritis. Los principales culpables son el proceso inflamatorio de la enfermedad y el dolor crónico que lo acompaña.

  • Inflamación: en una enfermedad autoinmune, su sistema inmunitario ataca a su organismo y el resultado de ello es la inflamación. El cuerpo se estresa mientras intenta lidiar con la liberación de citoquinas (proteínas) inflamatorias en la sangre. Esto puede causar fatiga, especialmente cuando la actividad de la enfermedad es alta o cuando una inflamación de bajo grado permanece estable durante mucho tiempo.
  • Dolor crónico: la conexión existente entre el dolor y la fatiga puede transformarse en un círculo vicioso. Lidiar con el dolor provocado por la artritis durante meses, a lo largo de muchos años, puede desgastarlo. Esto puede afectar sus hábitos de sueño, lo cual incrementará su agotamiento. Sentirse fatigado, a su vez, puede empeorar el dolor y dificultar su control. 

Otras fuentes causantes de fatiga

Su fatiga no siempre está directamente relacionada con la actividad de su enfermedad artrítica, la inflamación o el dolor. De hecho, según un estudio de 2017 publicado en Current Rheumatology Reports, el nivel de fatiga probablemente tenga más que ver con otros factores contribuyentes, como la obesidad, la falta de actividad física, los trastornos del sueño y la depresión. Es posible que varios de ellos actúen en forma conjunta para causar su cansancio extremo, pero el hecho de identificar y tratar al menos uno de estos factores podría proporcionarle alivio. 

  • Efectos colaterales de los medicamentos: varios medicamentos, incluidos algunos de los que puede tomar para la artritis, pueden causar somnolencia o fatiga. Entre los culpables frecuentes, se incluyen ciertos antidepresivos, medicamentos para controlar la presión arterial, analgésicos narcóticos, algunos antiinflamatorios no esteroideos (NSAID) de venta con receta y ciertas drogas antirreumáticas modificadoras de la enfermedad (DMARD) como la azatioprina y el metotrexato. Los corticoesteroides pueden causarle cansancio diurno al mantenerlo despierto durante la noche. 
  • Inactividad: cuantas más vueltas dé sin hacer nada, más agotado se sentirá. Los músculos que no se utilizan —incluido el músculo del corazón— pueden debilitarse, dando como resultado que se canse más fácilmente. Un estudio publicado en el 2017 en Scandinavian Journal of Medicine & Science in Sports descubrió que las personas con fibromialgia que pasaban menos tiempo sentadas y más tiempo haciendo alguna actividad física ligera presentaban niveles de fatiga y dolor más bajos que las que permanecían inactivas.
  • Anemia: en la artritis, la fatiga puede estar causada por la anemia, es decir, por la escasez de glóbulos rojos. Sin suficientes glóbulos rojos, los músculos se cansan rápidamente, provocando fatiga. Hasta dos tercios de las personas con artritis padecen una condición denominada anemia por enfermedad crónica, la cual ocurre cuando las sustancias químicas inflamatorias interfieren con la producción de glóbulos rojos del organismo. 
  • Falta de sueño: la fatiga puede ser desencadenada por insomnio o por un sueño poco reparador. Descubrir una posición cómoda o permanecer dormido puede transformarse en un reto cuando las articulaciones están hinchadas y doloridas. Dar vueltas en la cama o despertarse repetidamente es una realidad para algunas personas que padecen dolor provocado por la artritis. La apnea del sueño, una condición en la que la respiración se interrumpe durante el sueño, también puede contribuir a generar un sueño deficiente. 
  • Obesidad: tener mucho sobrepeso puede causar apnea del sueño u otros problemas de sueño, dando como resultado fatiga diurna. Pero numerosos estudios demuestran que una gran cantidad de personas obesas que no tienen alteraciones del sueño también se sienten fatigadas. La falta de ejercicio, el uso de energía extra para movilizar un mayor peso corporal y los cambios metabólicos que suelen acompañar a la obesidad también contribuyen a generar fatiga. 
  • Mala alimentación: el hecho de no ingerir alimentos y líquidos adecuados y saludables puede ser un causante de fatiga que pasa desapercibido. Su cuerpo necesita mucha agua, vitaminas y minerales para funcionar eficazmente. Si le gusta la comida chatarra y no bebe suficiente agua u otras bebidas saludables, su fatiga podría deberse a la deshidratación y a la falta de vitaminas. 
  • Depresión: el dolor de artritis puede impedirle hacer actividades que disfruta, por lo que no es de extrañar que la depresión a menudo vaya de la mano de la enfermedad. Varias investigaciones demuestran que la depresión también puede ser el resultado de cambios hormonales y en su cerebro, causados por tener que lidiar con el estrés generado por una enfermedad crónica. 
  • Pérdida de masa muscular: cuando se pierde tejido muscular, los otros músculos tienen que soportar la carga de movilizar el cuerpo. La pérdida de masa muscular puede provenir de la inactividad. Pero algunas personas con artritis inflamatoria grave experimentan una condición llamada caquexia, en la que la masa muscular disminuye y la fatiga aumenta. 
  • Otras condiciones médicas: tener artritis incrementa el riesgo de padecer otros problemas de salud, tales como enfermedades cardíacas, pulmonares, diabetes y enfermedad intestinal inflamatoria, todas las cuales pueden estar asociadas a la fatiga. Otras afecciones no relacionadas de forma específica con la artritis también pueden provocar fatiga. Entre ellas se encuentran las infecciones, enfermedades hepáticas o renales, enfermedades tiroideas y el síndrome de fatiga crónica. 

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