Cómo combatir la fatiga causada por la artritis
La fatiga relacionada con la artritis puede resultar abrumadora, pero existen formas eficaces de controlarla.
Actualizado por Linda Rath | 14 de noviembre de 2023
La fatiga no es lo mismo que el cansancio, que se siente cuando uno duerme poco o está enfermo o estresado. La mayoría de las personas puede superar ese tipo de cansancio. En cambio, la fatiga relacionada con una enfermedad crónica es abrumadora e imposible de ignorar.
Las personas con fatiga intensa, entre las que se incluye aproximadamente una de cada seis personas con artritis reumatoide (AR), afirman que les altera la vida diaria más que cualquier otro síntoma, incluido el dolor. Sin embargo, según los estudios realizados, la mayoría de los pacientes con artritis reumatoide nunca hablan de la fatiga con su médico de atención primaria, y poco más de la mitad lo hacen con los reumatólogos. Los pacientes señalan que los profesionales de la salud tampoco suelen hablar del tema. Hay una explicación para eso: la fatiga es subjetiva, varía según la enfermedad y no existe una definición médica universalmente aceptada ni una forma de medirla.
¿Cuáles son las causas?
Podría pensarse que la actividad elevada de la enfermedad y la inflamación causarían fatiga, pero algunos estudios de investigación, aunque no todos, parecen indicar que no hay mucha relación. La fatiga está más estrechamente relacionada con la percepción del dolor, la depresión, la falta de ejercicio, la obesidad, la falta de sueño y enfermedades coexistentes, como la diabetes. Los medicamentos habituales para la artritis, como el metotrexato, también pueden contribuir.
Patty Katz, PhD, investigadora y catedrática de Medicina de la Universidad de California en San Francisco, afirma que es difícil determinar las causas y los efectos de la fatiga. "La fatiga puede conducir a la inactividad y a la depresión, y la inactividad empeora la fatiga, la depresión y la falta de sueño", explica.
Control de la fatiga: un enfoque múltiple
La fatiga es complicada, y no existe una solución única que funcione para todas las personas afectadas. Pero hay varios métodos para controlar la fatiga que han demostrado cierta eficacia. Cuantos más de ellos pueda incorporar a su vida, más probable será el alivio.
Disminuir la actividad de la enfermedad. Aunque tal vez no exista una correlación directa entre la baja actividad de la enfermedad y la fatiga en todos los casos, reducir la actividad de la enfermedad puede ayudar a aliviar muchos otros síntomas de artritis, como el dolor, la falta de sueño y la depresión. Los estudios han demostrado que incluso cuando los pacientes alcanzan la remisión, la fatiga no mejora inmediatamente. Puede tardar un año o más en mejorar.Moverse más. La mayoría de las personas con artritis no son lo bastante activas, posiblemente debido a la fatiga o a la creencia errónea de que el ejercicio les dañará las articulaciones. Cientos de estudios han demostrado que nada de esto es cierto, y el ejercicio se considera una parte fundamental del tratamiento habitual de la artritis. La actividad física alivia la fatiga al actuar directamente sobre el sistema nervioso. Además, es un beneficio para las articulaciones, ya que las mantiene flexibles y fortalece los músculos de sostén. Así lo confirma una revisión de Cochrane de 92 estudios, en los que participaron más de 10,000 pacientes. La revisión se llevó a cabo en 2023. Se descubrió que el ejercicio regular aliviaba la fatiga, mejoraba la función de las manos y potenciaba la fuerza muscular. También se sabe que el ejercicio ayuda en otras afecciones relacionadas con la artritis, como la falta de sueño y la depresión, que influyen en la fatiga.
La recomendación general para la mayoría de las personas, tengan o no artritis, es hacer actividad durante 30 minutos al día, como mínimo. Lo ideal es que las actividades incluyan una combinación de ejercicio aeróbico, como nadar, caminar a paso ligero o montar en bicicleta, y entrenamiento de resistencia y movilidad. Estudios más recientes parecen indicar que, para algunas personas, las sesiones cortas de ejercicio intenso, lo que se conoce como entrenamiento a intervalos de alta intensidad o HIIT, pueden ser más eficaces que los entrenamientos más largos y menos extenuantes.
Algunas personas tienen que superar barreras mentales y emocionales para empezar a hacer ejercicio. Cuando una persona se siente agotada, es lo último que quiere hacer, pero una vez que supere el obstáculo mental, se dará cuenta de cuanto mejor la hace sentir el movimiento. Incluso un paseo rápido de cinco minutos puede marcar la diferencia. Cree su propio sistema de recompensas, elija una actividad que le guste y le den ganas de hacer, y no la abandone.
Dormir mejor. La mitad de las personas que padecen artritis reumatoide tienen insomnio. Pueden tener problemas para conciliar o mantener el sueño, o se despiertan demasiado pronto. El insomnio en pacientes con artritis se complica por la depresión, la inactividad y las afecciones que alteran el sueño, como el síndrome de las piernas inquietas y la apnea del sueño. La calidad del sueño puede ser más importante que la cantidad. El sueño de calidad es reparador y, en la mayoría de los casos, ininterrumpido, ayuda a sentirse y funcionar mejor, y tiene un efecto positivo en el sistema inmunitario. Si probó todos los trucos habituales, como acostarse a la misma hora todas las noches, en una habitación fresca y oscura, sin aparatos electrónicos, y sigue dando vueltas en la cama, es posible que sienta la tentación de tomar somníferos. Pero los somníferos pueden empeorar la depresión, provocar fatiga al día siguiente y perder eficacia con el tiempo. Los expertos afirman que solo deben utilizarse temporalmente y como último recurso. Una alternativa para tener en cuenta es una aplicación de meditación y conciencia plena. En una encuesta reciente, en la que participaron casi 10,000 personas que usaban una aplicación de meditación, la mayoría afirmó que les ayudaba a conciliar el sueño, a mantenerlo y a mejorar su calidad de sueño en general.
Terapia conductual cognitiva. El estado de ánimo, la percepción del dolor y otros aspectos de la artritis influyen en la fatiga. La terapia conductual cognitiva (TCC), una terapia hablada de corta duración que ayuda a las personas a identificar y afrontar rápidamente los desafíos, es el tratamiento más eficaz para el insomnio y se utiliza con éxito para tratar diversos problemas de salud mental. La TCC también ha tenido un éxito moderado en el alivio de la fatiga relacionada con la artritis. En un gran ensayo controlado y aleatorizado, llamado Reducing Arthritis Fatigue (RAFT, reducir la fatiga por artritis), se descubrió que la terapia conductual cognitiva en grupo administrada por reumatólogos mejoró todas las medidas de fatiga en pacientes con artritis reumatoide durante dos años, que fue lo que duró el ensayo. También se ha demostrado la utilidad de intervenciones psicosomáticas (mente y cuerpo), como el yoga, la terapia respiratoria y la meditación. En un ensayo controlado y aleatorizado de un programa de yoga de una semana de duración, que incluía trabajo de respiración y meditación, se demostró que era seguro para las personas con artritis y que mejoraba significativamente tanto el estado de ánimo como la fatiga.
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