Dolor provocado por la artritis y trastornos del sueño: un círculo vicioso

Por Linda Rath

La mayor parte de las personas que padecen artritis —aproximadamente el 80% según algunas estimaciones— tienen problemas para dormir. Puede que les cueste conciliar el sueño, mantenerse dormidos o ambas cosas. La mayoría coincide en que su dolor se incrementa luego de una mala noche, creando un círculo vicioso de dolor e insomnio.

Pero numerosos estudios en los que participaron personas con y sin artritis, han demostrado que dormir mal probablemente intensifica el dolor. En un estudio llevado a cabo con adultos jóvenes sanos, una sola noche de sueño deficiente redujo su umbral de dolor en un 15%.

«Cuando no se duerme lo suficiente, se necesita más esfuerzo para funcionar, lo cual disminuye la tolerancia al estrés. Cuando tiene una menor tolerancia, el mismo dolor puede sentirse más fuerte simplemente porque su capacidad para lidiar con él es menor», afirma Julia Kim, PhD, psicóloga clínica en el Hospital for Special Surgery de New York City. 

Los investigadores afirman que esto parece ocurrir porque el insomnio activa partes del cerebro que son sensibles al dolor y silencia las partes que se supone que ayudan a afrontarlo.

Por otra parte, la falta de sueño contribuye a la fatiga y hace que la mayor parte de las personas estén de mal humor, incrementando la tensión muscular y el dolor, según señala Kim, mientras que el sueño reparador es un gran calmante del dolor. «Cuando dormimos, todo se ralentiza y los músculos se relajan gradualmente. Esta ralentización [elimina] la tensión que puede exacerbar el dolor. Es similar a los beneficios aportados por los ejercicios de respiración y relajación o por la meditación. Su cuerpo puede experimentar un restablecimiento o una sensación de alivio cuando esto sucede».

Qué cosas pueden mantenerlo despierto durante la noche

No hay duda de que es difícil dormir cuando algo duele, pero si una buena higiene del sueño no ayuda, la causa de su insomnio podría estar dada por un trastorno del sueño. Según Burel Goodin, PhD, investigador del dolor en la Universidad de Alabama, en Birmingham, muchas personas experimentan problemas relacionados con el sueño mucho antes de desarrollar artritis. Y al menos un estudio de gran envergadura sugiere que dormir mal incluso puede incrementar el riesgo de desarrollar una enfermedad reumática. Dos trastornos del sueño en particular —la apnea obstructiva del sueño (AOS) y el síndrome de piernas inquietas (SPI)— son comunes en las personas que padecen artritis y pueden interferir significativamente con el sueño.

Apnea obstructiva del sueño

La AOS interrumpe la respiración durante el sueño, generalmente porque los músculos de la garganta se relajan y bloquean parcialmente las vías respiratorias. Al sentir que necesita más aire, su cerebro se despierta durante unos segundos, generalmente varias veces por hora. Probablemente no recuerde estos episodios, pero el síntoma más común —la somnolencia diurna— es un indicio seguro de ello. Otros síntomas son:

• Ronquidos fuertes, que podría no notar si duerme solo.
• Despertar con la garganta y la boca muy secas o jadeando.
• Mal humor, dificultad para concentrarse, falta de memoria.

La AOS afecta más a los hombres que a las mujeres y a más personas con sobrepeso u obesidad —condiciones que suelen acompañar a la artrosis— que a las que tienen un peso saludable. En los casos graves, la AOS puede ser peligrosa, la somnolencia puede hacer que una persona se quede dormida mientras conduce, por ejemplo, y está asociada a un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, tales como apoplejías, presión arterial elevada e infartos.

El tratamiento suele comenzar con cambios en el estilo de vida.  Esto es lo que puede hacer:

• Pierda peso si es necesario —incluso unas pocas libras pueden marcar una diferencia.

• Deje de fumar
• Evite el alcohol y los medicamentos para dormir, ya que ambos relajan los tejidos de la garganta.
• Duerma boca abajo o de lado, no de espaldas.
• Controle los síntomas de la alergia.

Si estos cambios no ayudan o su AOS es grave, su médico podría recomendarle un dispositivo que suministre aire presurizado, el cual lo ayudará a respirar. Es posible que conozca estas máquinas por sus acrónimos: CPAP, VPAP o BiPap. Funcionan bien para muchas personas, pero son demasiado ruidosas y engorrosas para otras. Otras opciones son los protectores bucales para mantener la garganta abierta y un implante recientemente aprobado que estimula un nervio y ayuda a restablecer la respiración.

Síndrome de piernas inquietas

El SPI es un perturbador del sueño que puede convertirse en un problema para el 20% al 30% de las personas con artritis. Casi siempre se exacerba durante la noche, generalmente 30 minutos después de acostarse. Las personas que lo experimentan describen una necesidad irresistible de mover las piernas, acompañada de sensaciones de hormigueo, picazón, quemazón, dolor o sensación de arrastramiento. Una vez que se produce, la única manera de deshacerse de esta sensación es estirándose o caminando.

Aquí le proporcionamos algunos consejos que lo ayudarán a prevenir el SPI:

• Haga un poco de ejercicio todos los días, el yoga puede ser especialmente útil.
• Dese un baño caliente o masajee sus piernas antes de acostarse.
• Busque algo que lo distraiga por la noche, como por ejemplo un crucigrama o una lectura ligera.
• Evite el alcohol, las ayudas para dormir de venta libre y la cafeína a última hora del día, ya que empeoran el SPI.
• Hágase una prueba de los niveles de hierro, un bajo nivel de hierro es una de las principales causas del SPI.
• Revise sus medicamentos. Los corticoesteroides, como por ejemplo la prednisona, y los antidepresivos recetados pueden agravar el SPI.
• Desconfíe de los medicamentos para el SPI de venta bajo receta. Existen cuatro medicamentos aprobados para esta enfermedad, pero no siempre son eficaces, y algunos pueden acabar empeorando mucho los síntomas.

Publicado el 5/7/2021; revisado el 3/28/22