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Cómo ayudar a los niños con AJ a combatir la fatiga 

Aquí le detallamos algunas de las posibles causas de la fatiga de su hijo y cómo podría ayudarlo a combatirla si padece artritis juvenil.    

Por Linda J. Brown 

La artritis juvenil (AJ) puede acabar con la energía y la chispa que mantiene a la mayoría de los niños en movimiento. Pero existen diversos factores, que van desde la gravedad de la enfermedad hasta la calidad del sueño, que pueden causar cansancio, por lo que puede ser difícil determinar la causa (o causas) de la fatiga de su hijo.   

Los niños con la enfermedad activa o los que están experimentando un brote son más propensos a experimentar fatiga, según afirma Carol Wallace, MD, profesora asociada del Departamento de Pediatría en la Universidad de Washington y en el Hospital de Niños y Centro Médico Regional de Seattle. Esto se debe a que la inflamación crónica y sus efectos en el organismo pueden causar fatiga, según afirma la Dra. Wallace. 

Otra probable causa de la fatiga es el dolor, afirma Marisa Klein-Gitelman, MD, profesora asociada del Departamento de Pediatría y directora de la División de Reumatología del Children's Memorial Hospital de Chicago. «Si bien el dolor y la inflamación suelen ir de la mano, los niños que no padecen artritis activa pueden continuar padeciendo dolor crónico si sus articulaciones están dañadas», afirma la Dra. Klein-Gitelman. Si ese fuera el caso, el dolor, y no la inflamación, sería el desencadenante de la fatiga. 

Otras condiciones de salud, tales como el síndrome de fatiga crónica, la fibromialgia y la anemia por deficiencia de hierro también pueden causar un cansancio persistente. La inflamación crónica puede afectar la forma en la que el organismo procesa el hierro, lo cual puede empeorar la anemia. 

Por último, pero ciertamente no menos importante, el hecho de tener una enfermedad crónica puede hacer mella en la salud emocional de su hijo, lo cual puede causar síntomas físicos, tales como la fatiga. 

Impactos potenciales 

Sea cual sea su origen, la fatiga puede afectar la calidad de vida. Algunos niños incluso pueden recurrir a «soluciones rápidas» poco saludables, como por ejemplo, bebidas energéticas o bocadillos azucarados, para que los ayuden a sobrellevar la somnolencia diurna o las tareas escolares. 

«Además, si se siente fatigado, va a estar irritable. No va a interactuar con sus amigos o familiares adecuadamente», afirma la Dra. Klein-Gitelman. «Es más difícil participar en deportes, pasatiempos, actividades extraescolares y hacer los deberes. Realmente puede afectar todos los niveles de su día». 

Qué debería hacer 

Dependiendo de las causas de la fatiga de su hijo, estas medidas podrían ser útiles: 

  • Tomar el control: si el plan de tratamiento actual de su hijo no está funcionando tan bien como se esperaba, debería hablar con el médico de su hijo para explorar otras opciones de medicamentos o terapias no farmacológicas que puedan ser útiles para aliviar el dolor y la inflamación.  Además, debería pedirle al médico que compruebe si existen otras condiciones de salud que puedan causar la fatiga persistente.   
  • Mejorar el descanso: la artritis puede afectar la calidad del sueño, por lo que debería alentar a su hijo a practicar una buena higiene del sueño. Esto incluye cumplir con un horario de sueño regular, evitar la cafeína antes de acostarse y crear una rutina relajante a la hora de dormir (por ejemplo, tomar duchas o baños calientes, leer o escuchar música relajante).  
  • Fomentar el movimiento: «el ejercicio aporta más energía, resistencia, músculos más fuertes y puede mejorar la calidad del sueño», afirma la Dra. Wallace. Diversos estudios efectuados en adultos también demuestran que incrementar la actividad ayuda a reducir la fatiga. Su hijo no tiene que verse obligado a participar en deportes de equipo para obtener los beneficios —caminar, andar en bicicleta y nadar son excelentes opciones. El reumatólogo de su hijo o un fisioterapeuta podrán sugerirle otras actividades. 
  • Disminuir el estrés: el estrés en la escuela o en casa puede causar fatiga y un sueño deficiente, y los niños con artritis son más propensos a deprimirse. Un terapeuta o psicólogo podrán sugerir formas de aliviar la ansiedad. 
  • Promover una alimentación saludable:  diversos estudios demuestran que los adultos obesos con artritis reumatoide experimentan más fatiga que los pacientes que no lo son, por lo que seguir una dieta nutritiva puede ayudar a su hijo a mantener un peso saludable y mitigar la fatiga. Además, si su hijo es quisquilloso con la comida o se alimenta a base de alimentos azucarados y procesados, puede que no esté recibiendo los nutrientes necesarios para combatir la fatiga. El médico de su hijo o un dietista certificado podrán ayudarlo a averiguar qué es lo que puede estar faltando en la dieta de su hijo, como por ejemplo, vitaminas B energizantes o hierro, para prevenir la anemia.  

No existe una forma de controlar la fatiga que funcione para todos. Si la falta de energía continúa interfiriendo en la vida diaria de su hijo, debería hablar con su médico para que este le aporte otras opciones para controlarla.  

 

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