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Desarrolle la resiliencia para hacerle frente a la artritis

Descubra estrategias para mantenerse mental y físicamente fuerte a pesar de los retos que supone vivir con artritis y enfrentarse a la incertidumbre. 

La vida con artritis puede ser impredecible, pero tener una actitud resiliente, es decir, ser capaz de recuperarse y aprender de los desafíos, puede ayudarlo a tomar el control y salir adelante.

«Ya sea que esté enfrentándose a un brote o a la ansiedad por el brote de algún virus, las enfermedades crónicas provocan contratiempos psicológicos y físicos frecuentes y, a menudo, enormes», afirma Robert Wicks, PsyD, profesor del Loyola College de Maryland y autor de "Bounce: Living the Resilient Life".

«Debe saber afrontarlos para poder cuidar de sí mismo(a). La resiliencia es lo que hace que la artritis sea una parte de su historia y (permitir que sea) toda su vivencia», añade. 

Las investigaciones demuestran que las personas que demuestran mayores niveles de resiliencia tienden a recuperarse más rápidamente, controlan mejor el dolor, son menos susceptibles a la depresión y la ansiedad crónicas, y tienen mejores resultados de salud en general que aquellas que son menos resilientes. 

«La resiliencia influye enormemente en los pensamientos y, por tanto, en el comportamiento», afirma la psicóloga y fisioterapeuta Elizabeth Lombardo, PhD, de Chicago. «Una persona con poca resiliencia, al experimentar un brote, quizá piense: "Bueno, no puedo hacer ejercicio", o "Mi médico no me ayuda lo suficiente". La persona resiliente piensa: "¿Cómo puedo mejorar mi situación?", o "¿Qué puedo hacer para volver a moverme?"».

Desarrolle su resiliencia

Los expertos coinciden en que algunas personas resultan ser resilientes de forma natural. No obstante, una gran cantidad de investigaciones demuestran que las demás personas pueden desarrollarla y reforzar su capacidad de recuperación. Wicks comenta que «es una habilidad que puede desarrollarse y perfeccionarse con el paso del tiempo».

Utilice estas estrategias para desarrollar su resiliencia y, así, recuperarse con mayor facilidad:

Concéntrese en el lado positivo. Los estudios demuestran que el optimismo es esencial para aumentar la resiliencia; cuanta más esperanza tenga, más resiliente será. Para ser más optimista, debe redefinir su experiencia de manera que, aunque es consciente de los aspectos negativos, se concentra en lo positivo. Pregúntese tres cosas: «¿Esto me abre nuevas oportunidades?», «¿Podría verlo de otra manera?», y «¿Puede salir algo bueno de esto?».

Aprenda de la experiencia. Si tiene una enfermedad crónica, ya tiene más resiliencia de la que probablemente reconoce. Cuando se enfrente a un nuevo contratiempo, ese es el momento de preguntarse: «¿Cómo afronté los problemas en el pasado?» «¿Qué funcionó y qué estrategias debo omitir esta vez?». 

Amplíe sus conocimientos. Cuando esté en la consulta del reumatólogo, haga tantas preguntas como sea posible. Además, lea regularmente sobre la artritis y la salud. Cuanto más aprenda sobre el mejor modo de vivir con su enfermedad, más control tendrá. El control y el ingenio le darán confianza para seguir adelante.

Anímese usted mismo(a). Antes de su diagnóstico, usted utilizaba sus fortalezas y sabía cómo resolver los problemas en muchos aspectos de su vida. Probablemente, hubo momentos en los que pensó que no iba a superar un reto, pero luego comprobó que no era así. Cuando se enfrente a una situación inesperada, recuerde sus logros anteriores que lo impulsarán a encontrar soluciones y salir adelante.

Busque su felicidad. Dedique tiempo a buscar y hacer las cosas que le gustan. Las alegrías, los placeres y el interés permiten que se desconecte del estrés y refuerzan el optimismo. El distanciamiento social a causa de un brote, como el del coronavirus, ofrece la posibilidad de tener más tiempo para descubrir nuevos pasatiempos.

Póngase en movimiento. El ejercicio, además de aportar beneficios físicos, disminuye la ansiedad y la depresión, mejora el sueño, y aumenta los niveles de sustancias químicas que mejoran el estado de ánimo en el cerebro.

Busque apoyo. Los grupos de apoyo son un pilar de la resiliencia. «Si uno siente que no tiene que hacerlo solo(a), es mucho más fácil seguir adelante cuando las cosas se ponen difíciles», explica Wicks. Pedir ayuda no es una muestra de debilidad. Lo más probable es que sus seres queridos deseen ayudar y solo estén esperando a que usted se lo pida. En la Red para la Artritis de Live Yes! cuenta con muchas personas que comprenden por lo que está pasando y están listas para apoyarlo. Lo mejor para impulsar la resiliencia es contar con un grupo de apoyo que crea en usted y lo anime.

Agradezca lo que tiene. Las personas que expresan su gratitud o escriben con regularidad en un diario de gratitud se sienten más conectadas, independientes, optimistas y felices, cualidades que favorecen la resiliencia. «La gratitud lo hace reflexionar en lo que tiene y, a su vez, evita que se concentre en lo que no tiene», comenta Wicks. «Cuando uno se siente afortunado(a), es más fácil seguir adelante, independientemente de los problemas que se presenten».  

Cuando se vive con artritis, todos los días son diferentes; no obstante, cultivar una actitud más resistente lo preparará para los retos por venir.

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