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El dolor provocado por el clima

¿Por qué los síntomas de la artritis parecen cambiar cuando predomina el viento?

Por Mary Anne Dunkin | Revisado el 6 de octubre de 2021

Cuando comienza a arreciar el aire frío se prepara para el dolor de espalda, y jura que puede saber cuándo se acerca una tormenta por el dolor de sus rodillas. Pero si le menciona eso a un profesional de la salud, este podría pensar que tiene la cabeza en las nubes.

Si bien muchas personas afirman que el clima afecta su artritis, existen pocas pruebas científicas que respalden sus afirmaciones, afirma William Dixon, PhD, director del Versus Arthritis Centre for Epidemiology de la Universidad de Manchester, en Inglaterra.   Una gran cantidad de estudios han analizado la conexión entre el clima y el dolor, pero no han logrado llegar a ninguna conclusión, debido, en parte, al reducido número de participantes y a los breves períodos de seguimiento, según afirma.

Además, los estudios hacen suposiciones sobre las condiciones meteorológicas a las que están expuestos los participantes, por ejemplo, asumiendo que están cerca de su hogar durante el periodo de estudio.

Seguimiento móvil

Dixon y sus colegas sortearon esas limitaciones para su estudio, el cual fue publicado en 2019 en npj Digital Medicine, recurriendo a una pieza tecnológica omnipresente: los teléfonos inteligentes. Los dispositivos les permitieron a los más de 2,600 participantes del estudio introducir fácilmente información en tiempo real a lo largo de 15 meses, sin tener que recordar los síntomas ni complicarse con diarios en papel más adelante. Además, el GPS de los teléfonos les permitió a los científicos recoger datos meteorológicos precisos de los lugares en los que se encontraban los participantes.

El análisis de esos datos mostró una correlación «significativa aunque modesta» entre el dolor y tres componentes meteorológicos —la humedad relativa, la presión atmosférica y la velocidad del viento— incluso después de tener en cuenta el estado de ánimo y la actividad física de cada uno de ellos. En concreto, los incrementos de la humedad o de la velocidad del viento fueron asociados a mayores probabilidades de sufrir un «evento de dolor», mientras que los incrementos de la presión atmosférica fueron asociados a menores probabilidades. No obstante, la temperatura no presentó una asociación significativa con el dolor.

Otros estudios han hallado correlaciones entre las fluctuaciones estacionales y los síntomas de la artritis. En una revisión sistemática y metaanálisis, se descubrió que la gota se desarrollaba significativamente más durante la primavera, entre los meses de marzo y julio, cuando las temperaturas aumentaban. Otro estudio analizó una base de datos de pacientes con artritis reumatoide y descubrió que la actividad de la AR era mayor durante la primavera y disminuía durante el otoño. No obstante, ninguno de ellos determinó qué cambios climatológicos provocaban el aumento y la disminución de la actividad de la enfermedad y los síntomas.

¿Existe una conexión con el clima?

Terrance Starz, MD, considera que el estudio de Dixon es intrigante, pero cree que los resultados son demasiado simplistas. El Dr. Starz, profesor clínico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh, quien no participó en el estudio, no niega una asociación entre el clima y el dolor, pero afirma que es poco probable que sea una conexión directa.

«Son cuestiones multifactoriales, y es difícil separar unas de otras», afirma. Por ejemplo, a algunas personas, los tramos de días nublados pueden provocarles un estado de ánimo sombrío, lo que puede hacer que se concentren más en el dolor. O en los días ventosos y lluviosos las personas pueden quedarse en sus hogares y ser menos activas, lo cual puede exacerbar el dolor y la rigidez. Además, el efecto puede ser diferente para diferentes formas de artritis, hecho que no fue analizado en el estudio.

Dixon cree que los resultados ofrecen una serie de beneficios, entre los que se incluye la validación —evidencia de la antigua creencia de que el clima puede afectar el dolor—- y la comprensión de la naturaleza de la conexión entre el clima y el dolor que potencialmente podría ayudar a los investigadores del dolor a hallar nuevos tratamientos.

Si quiere saber más sobre cómo afecta el clima su dolor de artritis, consulte nuestros Recursos para el dolor.

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