La relación entre el gluten y la artritis
Si tiene celiaquía o sensibilidad al gluten, cambiar su dieta puede ayudar a aliviar los síntomas de artritis.
Por Linda Rath
El dolor articular y la inflamación pueden ser síntomas comunes para los 3 millones de adultos y niños en EE. UU. que se calcula que tienen celiaquía, y posiblemente para millones más que pueden tener sensibilidad al gluten. ¿Pero qué sucede si tiene artritis? ¿Una dieta sin gluten ayudará? Los médicos aún están debatiendo este punto, pero algunos expertos dicen que podría ayudar.
¿Qué es la celiaquía?
Al igual que muchos tipos de artritis, la celiaquía es una enfermedad autoinmune. En estos trastornos, el sistema inmunitario ataca por error el tejido sano en lugar de virus, bacterias y otros patógenos. En personas que tienen celiaquía, el gluten -un complejo de proteínas que se encuentra en los granos como el trigo, la cebada y el centeno- desencadena una poderosa respuesta autoinmune que daña el intestino delgado y afecta su capacidad para absorber nutrientes. Esto puede dar lugar a síntomas gastrointestinales, como diarrea, dolor abdominal y meteorismo.
Las personas que tienen sensibilidad al gluten pueden tener síntomas en cualquier parte del cuerpo cuando los fragmentos parcialmente digeridos se filtran desde el intestino al torrente circulatorio, dice Alessio Fasano, MD, que dirige el Centro para la Investigación de la Celiaquía en Massachusetts General Hospital en Boston.
"A diferencia de otras proteínas, no digerimos el gluten por completo", dice. "En algunas personas, el sistema inmunitario ve al gluten como el enemigo y despliega armas para atacarlo, lo que provoca inflamación en los intestinos así como en otros órganos y tejidos".
Esto puede provocar problemas graves fuera del intestino, incluidos pérdida de peso, anemia, osteoporosis, infertilidad y abortos espontáneos, erupciones cutáneas, dolor de cabeza, depresión, fibromialgia y dolor articular. Esto se debe en parte a la inflamación y en parte a la mala absorción de nutrientes vitales.
Cómo obtener un diagnóstico de celiaquía
La celiaquía se diagnostica con un análisis de sangre que busca anticuerpos contra el gluten. Los anticuerpos son proteínas producidas por el sistema inmunitario del organismo cuando detecta sustancias dañinas. Si el análisis es positivo, el siguiente paso es una biopsia endoscópica para comprobar el daño en el intestino delgado.
"El interior de un intestino delgado sano se asemeja a una alfombra de pelo largo, pero en la celiaquía no tratada se ve como un piso de baldosas", explica Joseph A. Murray, MD, que dirige el Programa de Celiaquía en el campus de Mayo Clinic, en Minnesota. La celiaquía daña las vellosidades -protuberancias en forma de dedos que ayudan a la absorción de nutrientes desde el intestino delgado- e impide que hagan su trabajo.
Si bien el conocimiento sobre la celiaquía nunca ha sido mayor, continúa estando infradiagnosticada. Un motivo es que los síntomas de celiaquía son sutiles y pueden parecerse a muchos otros problemas, desde síndrome de intestino irritable y migrañas hasta artritis. Otro motivo es que una cantidad cada vez mayor de personas con celiaquía no experimenta los clásicos problemas intestinales, y unas pocas con daños intestinales graves no presentan ningún síntoma clínico. Algunos pacientes con celiaquía pueden tardar entre cinco y siete años en ser diagnosticados.
Además, tener una enfermedad autoinmune aumenta la probabilidad de tener otra, señala el Dr. Murray. Algunos estudios han demostrado que las personas con síndrome de Sjogren, artritis psoriásica y lupus también tienen mayores probabilidades de tener celiaquía.
Por lo tanto, las personas con enfermedades autoinmunes, como artritis reumatoide (AR) o diabetes tipo 1 deben hablar con sus médicos sobre realizarse pruebas para detectar celiaquía, dice el Dr. Murray.
Sensibilidad al gluten
Se sabe menos sobre la sensibilidad al gluten. Las personas con sensibilidad al gluten tienen un tipo diferente de respuesta inmunitaria a las proteínas de los granos, dice Rochelle Rosian, MD, reumatóloga en Cleveland Clinic. No desarrollan anticuerpos contra el gluten ni tienen daños en el intestino delgado, pero tienen síntomas de celiaquía, especialmente fuera del intestino. Pero como no existe una prueba para detectar la sensibilidad al gluten, algunos médicos se muestran escépticos al respecto.
"Existe controversia entre los expertos y en las publicaciones en cuanto a si realmente existe la sensibilidad al gluten no celíaca", señala Maria Vazquez Roque, MD, gastroenteróloga en Mayo Clinic, que estudia la relación entre el intestino permeable y la sensibilidad al gluten. "Pero muchos expertos médicos consideran que los pacientes tienen sensibilidad al gluten cuando se han descartado la celiaquía y la alergia al trigo [una alergia a todas las proteínas del trigo, no solo al gluten] y los síntomas mejoran con una dieta sin gluten".
Dieta sin gluten y dolor articular
Según la Dra. Rosian, es especialmente probable que la inflamación fuera del intestino afecte las articulaciones. Agrega que muchos de sus pacientes con AR que son sensibles al gluten notan menos dolor articular cuando no lo consumen.
"Sabemos que ciertos alimentos son proinflamatorios, lo cual incluye los granos que contienen gluten y los miles de alimentos elaborados a partir de ellos", dice Rosian. "Cuando algunas personas con celiaquía o sensibilidad al gluten, aunque no todas, los eliminan de su dieta, pueden comprobar que los síntomas de artritis también mejoran".
Dejar de consumir gluten
Para las personas con celiaquía o sensibilidad al gluten, una dieta sin gluten no es una moda, es medicina. El único tratamiento para la celiaquía y la sensibilidad al gluten diagnosticadas es una dieta sin gluten. Si quiere hacerse pruebas para detectar celiaquía, es importante que no pruebe antes una dieta sin gluten porque la prueba no será precisa.
En el caso de algunas personas con dolor articular relacionado con el gluten, los síntomas pueden mejorar a las pocas semanas de haber dejado el gluten. En el caso de otras personas, puede llevar un poco más de tiempo y, para muchas, es posible que el gluten no sea el problema.
"También podría tratarse de una alergia al trigo o a la lactosa o un problema con los FODMAP [pequeñas moléculas de azúcar que se encuentran en algunas frutas y vegetales], que también son proinflamatorios e irritan el revestimiento del intestino", señala la Dra. Rosian.
Sea cual sea la causa, consulte siempre a su médico y/o a un dietista antes de adoptar una dieta especial. Este profesional puede ayudarlo a evitar cualquier dificultad nutricional y, juntos, lo ayudarán a determinar si tiene alguna sensibilidad o alergia a los alimentos.
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