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Seis maneras de garantizar el éxito de una cirugía articular 

Conozca las complicaciones y los riesgos del reemplazo total de cadera o de rodilla y lo que puede hacer al respecto para poder tener una cirugía exitosa que reduzca o elimine el dolor y le permita volver a realizar las actividades que le gustan.

1. Elegir un cirujano con experiencia
En un estudio publicado en la revista BMJ en 2014 se descubrió que los pacientes cuyos cirujanos realizan más de 35 reemplazos totales de cadera (RTC) al año (aproximadamente tres o más al mes) tienen menos complicaciones en comparación con los pacientes cuyos cirujanos no alcanzan ese umbral. Además, cuantos menos reemplazos realicen, mayor será la tasa de complicaciones. Según dicho estudio, la experiencia en años no es relevante, sino que la diferencia radica en la cantidad de veces que se hace esa cirugía. Su médico de atención primaria puede recomendarle un cirujano con experiencia.
2. Elegir un centro con gran volumen
Lo mismo ocurre con el hospital que elija: en algunos estudios se descubrió que las tasas de complicaciones después de un reemplazo total de articulaciones generalmente son más bajas en aquellos centros con mayor volumen de cirugías. En un estudio de 2016 de los Institutos Nacionales de la Salud, se comprobó que, cuando se trata de reemplazos totales de cadera, los hospitales que realizan más de 400 cirugías al año tienen significativamente menos complicaciones (y son menos costosos) que aquellos con menor volumen. Más del 80% de las personas en Estados Unidos vive a menos de 50 millas de un hospital con alto volumen, y muchos optan ahora por un hospital con muy alto volumen (uno que hace más de 1,000 reemplazos articulares al año). 
3. Tener cuidado con los implantes metálicos
En todo el mundo, los médicos dejaron de usar los implantes de cadera de metal sobre metal (MoM) después de que se descubriera que tenían altas tasas de fracaso y que causaban otras complicaciones. Pese a ello, algunos implantes siguen conteniendo metal y, aunque es poco frecuente, algunas personas son alérgicas a los metales que se usan. El cromo, el níquel, el cobalto, el titanio y el molibdeno son algunos de los metales más comunes en los implantes. Los síntomas pueden incluir dolor o pérdida de la función en la zona del implante, debilidad o fatiga, diarrea y dolores de cabeza. No se recomiendan las pruebas antes de la cirugía de reemplazo articular para todas las personas, y la mayoría de las pruebas disponibles no se consideran precisas. Aun así, si ha tenido una reacción al metal en el pasado (a las joyas, por ejemplo), tal vez quiera hablar con su médico sobre hacer una prueba.
4. Dejar de fumar

Los fumadores tienen tasas de complicaciones significativamente más altas que los no fumadores, como coágulos de sangre, latidos cardíacos anormales, infección del tracto urinario e insuficiencia renal. En un estudio se reveló que la tasa total de revisiones, es decir, la cantidad de cirugías que tuvieron que volver a hacerse, era 10 veces mayor en el caso de los fumadores en comparación con los no fumadores: 10% frente al 1%. Sin embargo, dejar de fumar no es fácil y suele llevar tiempo. Haga lo siguiente para comenzar: 

  • Elija una fecha para dejar de fumar y planifique cómo lo hará. 

  • Busque formas de mantenerse activo, controlar el estrés y evitar el aumento de peso mientras deja de fumar y después de hacerlo. 

  • Hable con su médico sobre los sustitutos de la nicotina y otros medicamentos que pueden hacer que sea más fácil dejar de fumar, y pida apoyo a sus amigos y familiares.

5. Reducir el exceso de peso
Los implantes de cadera y de rodilla están diseñados para soportar un peso normal: un índice de masa corporal (IMC) de 18 a 25. En muchos estudios, incluido un metaanálisis de 2018 en la revista BMJ Open, se descubrió que la cirugía puede ser menos efectiva y causar más complicaciones cuando las personas tienen más peso. Los pacientes obesos (IMC de 30 o más) son más propensos a tener dolor y discapacidad a largo plazo y problemas como coágulos de sangre y dislocación del implante. Muchos cirujanos recomiendan perder peso tanto antes como después del reemplazo articular, y la mayoría no operan a pacientes con un IMC de 40 o más. No hay un método infalible para perder peso y mantenerlo. No obstante, una dieta rica en vegetales, grasas saludables y cantidades moderadas de pescado o pollo, acompañada de ejercicio diario, es un buen punto de partida. Si tiene que bajar mucho de peso o no puede hacerlo por su cuenta, hable con su médico sobre la pérdida de peso con supervisión médica. 
6. Controlar otros problemas de salud
Las enfermedades crónicas, como la diabetes o las enfermedades cardíacas, aumentan las probabilidades de que surjan complicaciones durante el reemplazo articular y después de este. Por ejemplo, las personas con diabetes tienen el doble de probabilidades de contraer una infección después de la cirugía, y las que padecen una enfermedad hepática vuelven a ingresar en el hospital con mucha más frecuencia. La mayoría de las enfermedades crónicas no tiene cura, pero usted y su médico deben trabajar en conjunto para asegurarse de que esté lo más sano posible antes de hacerse la cirugía.  

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