De qué modo la grasa afecta a la AP
Por Emily Delzell
La obesidad y la artritis psoriásica (AP) tienen una relación complicada Tener sobrepeso u obesidad es más común en personas con AP que en aquellas que no la tienen. La investigación también muestra que las personas con ambas afecciones tienen más probabilidades de desarrollar otras enfermedades relacionadas.
Las estimaciones de obesidad entre las personas con AP varían entre un estudio y otro; en algunos estudios se descubrió que hasta el 45% de las personas con AP son obesas. Rubén Queiro, MD, PhD, profesor asociado de Medicina en el Departamento de Reumatología de la Universidad de Oviedo en Asturias, España, publicó un estudio en 2019 en Medicina, en el que se encontró que aproximadamente el 28% de los participantes con AP eran obesos. Su estudio también confirmó pruebas anteriores de que las personas con AP tenían altas tasas de problemas relacionados con el peso, como presión arterial alta, diabetes y colesterol alto.
El efecto de la obesidad en la AP
El sobrepeso está relacionado con tener AP más grave y obtener menos beneficios de algunos medicamentos.
La grasa corporal tiene lo que los científicos llaman un efecto "dependiente de la dosis" sobre la actividad de la enfermedad y sobre la eficacia de los medicamentos biológicos. Esto significa que los síntomas y el daño de la AP aumentan junto con el aumento de la obesidad y, a la vez, disminuye la capacidad de los productos biológicos para tratar la enfermedad.
La buena noticia es que perder aunque sea una cantidad modesta de peso mejora los síntomas articulares y de la piel, y aumenta la eficacia de los productos biológicos. La pérdida de peso también puede ayudar a controlar muchos factores de riesgo relacionados con la enfermedad cardíaca, que ocurre con más frecuencia en personas con AP que en aquellas que no tienen la enfermedad, dice el Dr. Queiro.
Comprender la conexión
¿Cuál es la relación entre tener sobrepeso y una AP más activa y más difícil de tratar? La respuesta puede estar en el propio tejido graso. La grasa produce proteínas llamadas citocinas, quimiocinas y adipocinas, que promueven la inflamación.
Los científicos consideran que la obesidad es un estado continuo de inflamación de bajo grado que contribuye a una serie de enfermedades, incluida la AP, comenta el Dr. Queiro.
"El tejido graso no es un mero reservorio de energía para las personas. Es un tejido activo que es capaz de crear proteínas conocidas por participar en el desarrollo y la actividad de la enfermedad de la artritis psoriásica", dice. "Bajo las circunstancias genéticas apropiadas, este estado crónico de inflamación puede predisponer a las personas a la psoriasis y la artritis psoriásica".
Tener un exceso de grasa también puede afectar el desgaste de las articulaciones, dice Eva Klingberg, MD, PhD, reumatóloga de la Universidad de Gotemburgo en Suecia. "El aumento de peso corporal provoca estrés en las articulaciones y los tendones, un mayor riesgo de heridas [musculoesqueléticas] y la inflamación posterior durante la curación", comenta ella.
Cómo la grasa interfiere con los productos biológicos
Varios estudios demostraron que, para las personas con AP, la obesidad aumenta las posibilidades de no mejorar con un medicamento biológico. Los medicamentos que atacan y bloquean el factor de necrosis tumoral (TNF), una proteína inflamatoria hiperactiva en la AP, se ven particularmente afectados. La obesidad también reduce las posibilidades de que un producto biológico ayude a las personas a alcanzar la "actividad mínima de la enfermedad" (MDA), que es el objetivo actual de la terapia para la AP.
La obesidad se vinculó con un 60% más de posibilidades de no responder a los productos biológicos anti-TNF en una revisión de 54 estudios. La revisión, publicada en PLoS ONE en 2019, analizó los efectos de los productos biológicos anti-TNF en personas con AP y otras enfermedades autoinmunes. Se descubrió que cada aumento de 1 punto en el índice de masa corporal (IMC) aumentaba las probabilidades de no responder en un 6.5%.
"La obesidad puede afectar la respuesta a la terapia anti-TNF de dos maneras", dice el autor principal Siddharth Singh, MD, profesor asistente de Medicina Clínica en la Universidad de California, San Diego. "Primero, el peso corporal, especialmente en los extremos, puede afectar la forma en que estos medicamentos se absorben, distribuyen, metabolizan y eliminan, y el exceso de peso hace que haya menos medicamento disponible en el cuerpo".
En segundo lugar, agrega el Dr. Singh, debido a que la obesidad es un "estado proinflamatorio de bajo grado", se suma a la carga inflamatoria general del cuerpo, lo que dificulta que los productos biológicos anti-TNF hagan su trabajo. Es probable que la obesidad también interfiera con la acción de otras clases de productos biológicos, como los que se dirigen a las proteínas interleucina (IL), dice Singh. Según él, todavía no se sabe si la obesidad reduce los efectos terapéuticos de los medicamentos de molécula pequeña: medicamentos más nuevos para la AP que pueden tomarse por vía oral en lugar de inyectarse o infundirse.
Perder peso ayuda
Las pautas del American College of Rheumatology y la National Psoriasis Foundation de 2018 para el tratamiento de la AP recomiendan la pérdida de peso para los pacientes obesos. Pero existen pocos ensayos que hayan puesto a estos pacientes a dieta y hayan analizado los efectos sobre la actividad de la enfermedad.
Sin embargo, el ensayo clínico de la Dra. Klingberg hizo precisamente eso. Su investigación, publicada enArthritis Research & Therapy en 2019, mostró que la pérdida de peso en el transcurso de siete meses mejoró muchos síntomas de la AP. Específicamente, perder peso redujo el dolor, la fatiga y la cantidad de articulaciones sensibles e hinchadas de los participantes También mejoró su salud general y las mediciones de inflamación crónica. Los participantes perdieron entre el 8% y el 35% de su peso inicial; cuanto más peso perdían, más mejoraban sus síntomas.
Un estudio de Annals of the Rheumatic Diseases de 2014 mostró que las pérdidas de peso más pequeñas también reducen la actividad de la enfermedad. En ese estudio, las personas con sobrepeso y obesas que perdieron el 5% de su peso inicial tenían una probabilidad significativamente mayor de tener una actividad mínima de la enfermedad (MDA) que aquellas cuyo peso se mantuvo igual. Al igual que con el estudio de la Dra. Klingberg, una mayor pérdida de peso condujo a mayores beneficios.
El Dr. Queiro aconseja a todos sus pacientes obesos con AP que bajen de peso. "Les decimos que si reducen su peso entre un 5% y un 10% notarán claros beneficios en su salud en general, pero especialmente en la salud de la piel y las articulaciones", dice.
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